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Ver tema#416 Respondiendo a: Findon
Narración 9
Tras decidir la ruta, el grupo se puso en marcha hacia los Puertos Grises. El solo nombre les alentaba, pero la realidad es que la caminata sería muy larga. Aravir y Findon se adelantaron para explorar el terreno y desactivar las trampas de Aravir, dejando un poco retrasados a los otros...
Accion
Una vez que hemos decidido el camino a seguir, abandonamos la cueva. Primero se adelantan Findon y Aravir para desactivar las trampas que protegen la entrada. Y, una vez hecho esto, Aravir nos da la señal de avanzar. Nos internamos por las colinas de Evendim y, en los siguientes dias, el clima empeora aun mas. Ahora, nieva todas las noches y, al amanecer, el paisaje aparece cubierto por un blanco manto. Caminabamos por los valles entre las colinas. Evitando en lo posible el terreno demasiado descubierto, pues no sabiamosi el enemigo seguia rastreando la zona. Tras tres dias de continua marcha, todavia en medio de las colinas, el amanecer nos sorprende ya en pie y dispuestos a continuar con nuestra ruta. Y yo veo como el señor enano mete su mano derecha en las profundidades de su abrigo. Yo me acerco sonriente y le digo. -Espera, aun nos queda un largo camino. Guarda el ron que nos queda para otra ocasión mejor. -El señor enano retira su mano de las profundidades de su abrigo y, sonriendo, me replica. -¿Como sabias lo que iba a hacer?. -Y yo, con una sonrisa parecida replico. -Creeme, tambien yo siento la tentacion de un buen trago. -Y en ese momento, todos podemos oir el caracteristico susurro de Namsis. -¿Os habeis fijado?, el soldado de Gondor se vuelve abstemio. -Todos rien al oir a Namsis. Yo el primero. Pero cuando termino de reir, digo. -Tu espera a que pisemos de nuevo un lugar civilizado. Entonces te demostrare de lo que soy capaz. -Y Aravir, tras reir al oir mi replica, dice. -No se por que, pero me lo imagino. -E Ibal, tambien sonriente, añade. -Si, creo que yo tambien puedo imaginarmelo. -Finalmente, Findon interviene en la conversacion. -Vamos, no debemos perder mas tiempo. Todavia nos queda un largo camino -Y asi seguimos avanzando. Durante el dia resistiendo el frio viento que no deja de soplar. Y, durante la noche, cobijandonos en el terreno lo mejor que podemos para resistir la nevadas que caen todas las noches. La unica ventaja que nos otorgaban aquel maldito clima, era que no teniamos que preocuparnos de nuestro rastro. Pues el viento durante el dia y la nieve por las noches, se encargaban de borrarlo. Tras diez dias de dura marcha, nos encontramos en una pequeña hondonada. Ya hemos dejado la cueva que nos sirvio de refugio bastante atrás. Y, por fin, nos sentimos lo suficientemente a salvo como para encender un pequeño fuego. Mientras Namsis, el señor enano y yo preparamos el campamento lo mejor que podemos, Aravir, Findon e Ibal salen de caceria. Nuestras provisiones ya escaseaban, y teniamos que reponer las existencias. Al anochecer, regresaron los tres cazadores. Y Aravir, sonriente nos enseña los conejos y el jabali que han logrado abatir. Rapidamente, mientras me gruñen las tripas por el hambre, despellejo y despiezo los cadaveres de los animales. Y una vez hecho esto, me giro hacia el señor enano y digo. -¡Oye, ese casco tuyo es muy resistente!, ¿no?. -El señor enano asiente orgulloso y replica. -Asi es. Acero enano de primera clase. Forjado con las tecnicas secretas de Telchar de Nogrod. -¿Si? -Replico yo sonriente. -Pues dejamelo que necesito una cacerola para poner a hervir toda esta carne. -El señor enano se me queda mirando y tras pensar un instante replica. -¿Tu estas tonto o que?. ¿Que quieres, que te sacuda con el casco?. -Y al oir esta replica, todos nuestros compañeros rien con ganas. Pero yo mientras rio le guiño un ojo a Namsis. La cual entiende mi gesto a la perfeccion. Y adelantandose se inclina sobre el señor enano y con ese tono suyo mas profundo y sugerente de lo habitual dice. -Señor enano, todos sabemos que el soldado de Gondor no tiene modales. Pero debo admitir que me agradaria sobremanera cenar algo caliente esta noche. Ademas, de esta forma podremos conservar los alimentos cazados por nuestros compañeros durante mas tiempo. Prestale tu casco al soldado de Gondor. Y ya seran dos favores los que te deba. -Y el señor enano se cuadra ante Namsis y, tras hacer una reverencia al autentico estilo enano, se quita el casco y me lo pasa. Y al ver el estado en el que se encuentra, Findon no puede evitar decir. -¡Por todos los Valar, limpialo un poco, Ulbar, o acabaremos todos muertos por intoxicacion!.¡¡Pero que guarro que puede ser nuestro señor enano!!. ¡¡Ya sabemos que eres un poco bajo, pero creeme. El agua no te va a encoger!!. ¡¡Lavate de vez en cuando!!. -Y mientras yo, riendo, trato de limpiar el puñetero casco lo mejor que puedo con nieve, Aravir, Ibal y Namsis se dedican a agarrar al señor enano para evitar que salte sobre Findon. Finalmente, Findon se disculpa riendo por su comentario y el señor enano rie por la broma. Pronto todos estamos reunidos en torno al fuego mientras oimos la nieve derretida burbujear al hervir dentro del casco del señor enano. Y yo, agito de vez en cuando con una rama los trozos de carne para evitar que se les pege demasiado la roña. Tras un rato, todos empezamos a comer. Y no se si sera por el hambre, o por que al fin es una comida caliente, pero no queda ni un solo resto de los conejos atrapados por Aravir. El jabali que tambien habian traido nuestro equipo de caza, lo reservamos para los siguientes dias. Finalmente, ya de noche, decidimos los turnos de guardia. Al señor enano y a mi nos toca la primera ronda. Ya ha oscurecido. Ambos permanecemos de pie camuflados entre unos arbustos. El viento al fin se para y empieza a nevar. Todo parece tranquilo y el tiempo va transcurriendo. Hasta que, de pronto, Namsis se levanta como impulsada por un resorte y nos dice. -¡¡Cuidado, viene a por nosotros!!. -El señor enano y yo nos giramos sobresaltados y yo digo. -¿Quien?, ¡calmate!. ¡Puede ser otra pesadilla!. -Pro Namsis no me escucha. A patadas despierta a Aravir, Findon e Ibal mientras dice con un tono de voz perfectamente audible. -¡¡En pie!!, ¡levantaos!. ¡Preparaos para combatir!. -Nuestros compañeros se levantan alarmados.Y, mientras el sueño desaparece de sus rostros, el señor enano dice. -¡Pero calmate!. No olvides que yo estoy aquí. ¿Quien se atreveria a atarcarnos?. -Y desde la oscuridad de la noche llega un siseo. Un sonido que parece puro odio. Yo me adelanto y desenvaino mis armas. Y frente a mi, aparece una alta sombra mas densa que la noche. Mas profunda que cualquier oscuridad natural. Todos notamos un escalofrio que recorre nuestros cuerpos mientras de esa sombra, surge una risa. Frente a mi, aparece una alta figura. Esta cubierta de harapos pero debajo puedo ver el brillo del metal. Y en donde deberia estar su cabeza, no hay nada salvo dos puntos de luz rojiza que se fijan en mi. La aparicion vuelve a reir y mirandome fijamente me dice con una voz que parece surgir de una tumba. -No sois aquel a quien debo cazar. Pero no importa. Esta noche, seran vuestras vidas las que terminen. Y sera asi por que asi me place que sea. -Y dicho esto, el tumulario desenvaina dos impresionantes mandobles y se lanza sobre mi. Con mi espada y con mi daga desvio como puedo los dos tajos que descarga mi enemigo. Salto hacia atrás y me disponngo a golpear cuando apuradamente debo alzar mi espada para parar un tercer golpe. Mi enemigo no es solo fuerte. Es rapido, muy rapido. Con mi daga consigo desviar la estocada que me lanza con su mandoble derecho y, agachandome, logro esquivar el tremendo tajo que descarga con su mandoble izquierdo. Me alzo entonces y sonrio mientras digo. -¡¡Mi turno!!. -Golpeo con todas mis fuerzas a mi enemigo en el pecho con mi espada. Resuena el entrechocar del metal y debo retroceder esquivando por muy poco la contra de mi enemigo. Mi golpe tan solo ha desgarrado los harapos con los que se cubre. Ahora todos podemos ver el suave brillo de la armadura de de mithril que le protege. Su mandoble izquierdo pasa a escasos centimetros de mi rostro. Yo me doy cuenta de que mi ataque no le ha hecho nada al ser que tengo delante y retrocedo parando otra serie de fuertes golpes. Y mientras retrocedo, digo. -¡¡Que alguien piense algo y que lo haga rapido!!. ¡¡Este desgraciado nos va a dar problemas, y van a ser problemas muy graves!!.
Una vez que hemos decidido el camino a seguir, abandonamos la cueva. Primero se adelantan Findon y Aravir para desactivar las trampas que protegen la entrada. Y, una vez hecho esto, Aravir nos da la señal de avanzar. Nos internamos por las colinas de Evendim y, en los siguientes dias, el clima empeora aun mas. Ahora, nieva todas las noches y, al amanecer, el paisaje aparece cubierto por un blanco manto. Caminabamos por los valles entre las colinas. Evitando en lo posible el terreno demasiado descubierto, pues no sabiamosi el enemigo seguia rastreando la zona. Tras tres dias de continua marcha, todavia en medio de las colinas, el amanecer nos sorprende ya en pie y dispuestos a continuar con nuestra ruta. Y yo veo como el señor enano mete su mano derecha en las profundidades de su abrigo. Yo me acerco sonriente y le digo. -Espera, aun nos queda un largo camino. Guarda el ron que nos queda para otra ocasión mejor. -El señor enano retira su mano de las profundidades de su abrigo y, sonriendo, me replica. -¿Como sabias lo que iba a hacer?. -Y yo, con una sonrisa parecida replico. -Creeme, tambien yo siento la tentacion de un buen trago. -Y en ese momento, todos podemos oir el caracteristico susurro de Namsis. -¿Os habeis fijado?, el soldado de Gondor se vuelve abstemio. -Todos rien al oir a Namsis. Yo el primero. Pero cuando termino de reir, digo. -Tu espera a que pisemos de nuevo un lugar civilizado. Entonces te demostrare de lo que soy capaz. -Y Aravir, tras reir al oir mi replica, dice. -No se por que, pero me lo imagino. -E Ibal, tambien sonriente, añade. -Si, creo que yo tambien puedo imaginarmelo. -Finalmente, Findon interviene en la conversacion. -Vamos, no debemos perder mas tiempo. Todavia nos queda un largo camino -Y asi seguimos avanzando. Durante el dia resistiendo el frio viento que no deja de soplar. Y, durante la noche, cobijandonos en el terreno lo mejor que podemos para resistir la nevadas que caen todas las noches. La unica ventaja que nos otorgaban aquel maldito clima, era que no teniamos que preocuparnos de nuestro rastro. Pues el viento durante el dia y la nieve por las noches, se encargaban de borrarlo. Tras diez dias de dura marcha, nos encontramos en una pequeña hondonada. Ya hemos dejado la cueva que nos sirvio de refugio bastante atrás. Y, por fin, nos sentimos lo suficientemente a salvo como para encender un pequeño fuego. Mientras Namsis, el señor enano y yo preparamos el campamento lo mejor que podemos, Aravir, Findon e Ibal salen de caceria. Nuestras provisiones ya escaseaban, y teniamos que reponer las existencias. Al anochecer, regresaron los tres cazadores. Y Aravir, sonriente nos enseña los conejos y el jabali que han logrado abatir. Rapidamente, mientras me gruñen las tripas por el hambre, despellejo y despiezo los cadaveres de los animales. Y una vez hecho esto, me giro hacia el señor enano y digo. -¡Oye, ese casco tuyo es muy resistente!, ¿no?. -El señor enano asiente orgulloso y replica. -Asi es. Acero enano de primera clase. Forjado con las tecnicas secretas de Telchar de Nogrod. -¿Si? -Replico yo sonriente. -Pues dejamelo que necesito una cacerola para poner a hervir toda esta carne. -El señor enano se me queda mirando y tras pensar un instante replica. -¿Tu estas tonto o que?. ¿Que quieres, que te sacuda con el casco?. -Y al oir esta replica, todos nuestros compañeros rien con ganas. Pero yo mientras rio le guiño un ojo a Namsis. La cual entiende mi gesto a la perfeccion. Y adelantandose se inclina sobre el señor enano y con ese tono suyo mas profundo y sugerente de lo habitual dice. -Señor enano, todos sabemos que el soldado de Gondor no tiene modales. Pero debo admitir que me agradaria sobremanera cenar algo caliente esta noche. Ademas, de esta forma podremos conservar los alimentos cazados por nuestros compañeros durante mas tiempo. Prestale tu casco al soldado de Gondor. Y ya seran dos favores los que te deba. -Y el señor enano se cuadra ante Namsis y, tras hacer una reverencia al autentico estilo enano, se quita el casco y me lo pasa. Y al ver el estado en el que se encuentra, Findon no puede evitar decir. -¡Por todos los Valar, limpialo un poco, Ulbar, o acabaremos todos muertos por intoxicacion!.¡¡Pero que guarro que puede ser nuestro señor enano!!. ¡¡Ya sabemos que eres un poco bajo, pero creeme. El agua no te va a encoger!!. ¡¡Lavate de vez en cuando!!. -Y mientras yo, riendo, trato de limpiar el puñetero casco lo mejor que puedo con nieve, Aravir, Ibal y Namsis se dedican a agarrar al señor enano para evitar que salte sobre Findon. Finalmente, Findon se disculpa riendo por su comentario y el señor enano rie por la broma. Pronto todos estamos reunidos en torno al fuego mientras oimos la nieve derretida burbujear al hervir dentro del casco del señor enano. Y yo, agito de vez en cuando con una rama los trozos de carne para evitar que se les pege demasiado la roña. Tras un rato, todos empezamos a comer. Y no se si sera por el hambre, o por que al fin es una comida caliente, pero no queda ni un solo resto de los conejos atrapados por Aravir. El jabali que tambien habian traido nuestro equipo de caza, lo reservamos para los siguientes dias. Finalmente, ya de noche, decidimos los turnos de guardia. Al señor enano y a mi nos toca la primera ronda. Ya ha oscurecido. Ambos permanecemos de pie camuflados entre unos arbustos. El viento al fin se para y empieza a nevar. Todo parece tranquilo y el tiempo va transcurriendo. Hasta que, de pronto, Namsis se levanta como impulsada por un resorte y nos dice. -¡¡Cuidado, viene a por nosotros!!. -El señor enano y yo nos giramos sobresaltados y yo digo. -¿Quien?, ¡calmate!. ¡Puede ser otra pesadilla!. -Pro Namsis no me escucha. A patadas despierta a Aravir, Findon e Ibal mientras dice con un tono de voz perfectamente audible. -¡¡En pie!!, ¡levantaos!. ¡Preparaos para combatir!. -Nuestros compañeros se levantan alarmados.Y, mientras el sueño desaparece de sus rostros, el señor enano dice. -¡Pero calmate!. No olvides que yo estoy aquí. ¿Quien se atreveria a atarcarnos?. -Y desde la oscuridad de la noche llega un siseo. Un sonido que parece puro odio. Yo me adelanto y desenvaino mis armas. Y frente a mi, aparece una alta sombra mas densa que la noche. Mas profunda que cualquier oscuridad natural. Todos notamos un escalofrio que recorre nuestros cuerpos mientras de esa sombra, surge una risa. Frente a mi, aparece una alta figura. Esta cubierta de harapos pero debajo puedo ver el brillo del metal. Y en donde deberia estar su cabeza, no hay nada salvo dos puntos de luz rojiza que se fijan en mi. La aparicion vuelve a reir y mirandome fijamente me dice con una voz que parece surgir de una tumba. -No sois aquel a quien debo cazar. Pero no importa. Esta noche, seran vuestras vidas las que terminen. Y sera asi por que asi me place que sea. -Y dicho esto, el tumulario desenvaina dos impresionantes mandobles y se lanza sobre mi. Con mi espada y con mi daga desvio como puedo los dos tajos que descarga mi enemigo. Salto hacia atrás y me disponngo a golpear cuando apuradamente debo alzar mi espada para parar un tercer golpe. Mi enemigo no es solo fuerte. Es rapido, muy rapido. Con mi daga consigo desviar la estocada que me lanza con su mandoble derecho y, agachandome, logro esquivar el tremendo tajo que descarga con su mandoble izquierdo. Me alzo entonces y sonrio mientras digo. -¡¡Mi turno!!. -Golpeo con todas mis fuerzas a mi enemigo en el pecho con mi espada. Resuena el entrechocar del metal y debo retroceder esquivando por muy poco la contra de mi enemigo. Mi golpe tan solo ha desgarrado los harapos con los que se cubre. Ahora todos podemos ver el suave brillo de la armadura de de mithril que le protege. Su mandoble izquierdo pasa a escasos centimetros de mi rostro. Yo me doy cuenta de que mi ataque no le ha hecho nada al ser que tengo delante y retrocedo parando otra serie de fuertes golpes. Y mientras retrocedo, digo. -¡¡Que alguien piense algo y que lo haga rapido!!. ¡¡Este desgraciado nos va a dar problemas, y van a ser problemas muy graves!!.
Aunque tarde o temprano todas las cosas hayan de perecer, a Gondor no le ha llegado todavia la hora. No, aun cuando todos los muros sean conquistados por un enemigo implacable, Gondor jamas caera bajo el dominio del Señor Oscuro.