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Namsis
Namsis
Desde: 09/12/2006

#424 Respondiendo a: ulbar

Accion

Tras el ataque del tumulario, corremos durante el resto de la noche hasta el amanecer. Exaustos, nos detenemos al fin al ver las primeras luces del alba. Jadeantes vamos recuperando la respiracion en medio de un bosquecillo de arboles situado en un valle poco profundo. Son las estribaciones...

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-Mornië alantië.
Oigo el susurro de Îbal, cuando la luz de mi vara se extinguió y de nuevo todo quedo inundado por la oscuridad de la noche. En aquel momento fuimos alertados por un lejano revuelo. Recogimos el campamento y echamos a correr sin detenernos hasta que llego el alba. Mientras resoplamos cansados y observamos la llanura que se abre ante nosotros, con aquel viento helado ha persistido durante todo el viaje, escucho la voz de Miquel quien propone beber un buen trago de ron después de todo lo ocurrido (algo que a todos nos parece buena idea) Pero antes de éste pudiera sacar el odre de su abrigo, se oye el silbido de una fecha que acaba por clavar se un árbol cercano, pasando a unos centímetros de la nariz del señor enano. Inmediatamente Aravir y Findon ruedan por el suelo ocultándose entre los arbustos. Yo desenvaino mi espada al mismo tiempo que Ulbar empuña las suyas e Îbal prepara su arco. El siguiente sonido que escuchamos, no es otro que la voz enfurecida de Miquel, mientras empuña su hacha:
-¡Serás desgraciado!. ¡Justo ahora que íbamos a echar un buen trago!. ¡Sal y da la cara si te atreves, que te la voy a arreglar a hachazos, jodido pedazo de imbecil!.
Los demás escrutamos el bosquecillo atentos a cualquier movimiento, mientras seguimos escuchando las maldiciones del señor enano. Llegamos a distinguir como Aravir y Findon se acercan sigilosamente hacia el lugar de donde provino la flecha.
Durante unos instantes no ocurrió nada y de no ser por los insultos de Miquel, todo estaría en silencio, hasta que de pronto llegamos a distinguir como una figura desciende de un árbol, acercándose después hacia nosotros, aunque solo puede dar algunos pasos pues Findon y Aravir, quienes le habían descubierto ya, se levantaron rápidamente para sujetarle.
- -¡Lo tenemos!- nos grita Aravir.
Mientras el desconocido intenta en vano liberarse, Findon le desprende la capucha que le cubre el rostro descubriendo a un elfo. Esto hace que nuestros compañeros le suelten al momento, dejándole el tiempo justo para esquivar el golpe lleno de odio que le propino el señor enano. Entre Ulbar e îbal consiguen detener a Miquel antes de que vuelva a levantar su hacha, mientras el elfo se presenta ante todos.
- Mi nombre es Entaguas, soy un explorador al servicio de Cirdan de los puertos grises. Y mi misión, como podréis suponer, es montar guardia para vigilar los movimientos del enemigo.
Pese a que la voz de Entaguas sonaba tranquila, Miquel no puede replicar aún bastante enfadado:
-¿Enemigos?, ¿te parecemos enemigos?.
- Calma. –Intervengo yo, posando una mano en su hombro -Tranquilízate, señor enano. No dudo de que tus excepcionales habilidades en combate, nos serán de nuevo útiles y necesarias.
Así es como Miquel consigue calmarse, y mientras Ulbar e îbal comentan algo entre ellos y los demás envainamos las armas, ahora más tranquilos, Aravir levanta la mano advirtiéndonos de algo.
-Escuchad.-dice a continuación, y en ese momento todos llegamos a oír un aullido ya familiar.
El aullido se convierte en varios y todos nos preparamos para luchar. Findon, Îbal y Entaguas, trepan hasta un árbol preparando sus arcos, mientras que Miquel, Ulbar y Aravir se adelantan empuñando de nuevo sus armas. Yo me situó tras de ellos, pidiéndoles que me den tiempo para que pueda concentrarme y hacer uso de mi magia.
Poco después asomaron tres huangos, con jinetes a sus lomos, que son derribados por nuestros arqueros. Al momento veo como Ulbar, Aravir y Miqeul se lanzan a la lucha, aniquilando sin piedad a otros tres huangos que surgieron tras los primeros. Y así muchos huargos y sus jinetes caen irremediablemente ante las flechas certeras de los arqueros o ante las armas de mis demás compañeros, mientras yo continuo repitiendo unas palabras hasta que siento la magia y tras advertir a mis compañeros que se aparten, alzo la vara y grito:
-Enyar súrë ar rúnya!
Entonces surge una columna en llamas, que devora a los orcos y sus huargos que estaban en el claro, otros infelices se lanzan contra la nieve apara apagar el fuego que les abrasaba.
Al bajar los brazos, la columna desaparece, quedando solo una nube de humo.
-¡Ahora, a por ellos sin piedad!- grita Findon descendiendo del árbol y empuñando su cuchillo.
La reacción en inmediata por parte de todos y nuestras armas no cesan de mancharse de sangre hasta que todos los enemigos caen bajo ellas.
"He gleams like a star
And the sound of his horn´s
Like a raging storm
Proudly the high lord
Challenges the doom
Lord of slaves he cries"


"No queda sino batirse"- Quevedo y Villejas