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Ver tema#427 Respondiendo a: Entaguas
Accion(resto)
No tardó en desenvainar mi espada y prepararme para bajar del árbol para acabar con aquellas bestias. îbal y Findon ya han bajado y parecen desenvolverse bien contra el enemigo. Buena lucha. Aravir, en ese momento, se prepara para bajar del árbol, pero no parece muy seguro.
- ¿Estás...
Accion
Namsis habia conjurado sobre el enorme tumulario, mientras nosotros intentabamos distraerlo un rato. La luz, habia desvanecido al espiritu... no sabia con certeza si era solo un truco del tumulario o si volveria a aparecer en cualquier rato, sostuve mi anket con ambas manos, desconfiando totalmente y atento a todo. Por otro lado, Namsis estaba tranquila, parecia saber lo que ocurria y eso no dejo de intrigarme... lo unico que sé, esque viajamos sin descanzo por el resto de la noche, por nuestro propio impulso de supervivencia, pareciamos ni pensar en agotarnos hasta encontrar un lugar suficientemente seguro.
Llegamos a un valle, se asomaban los primeros rayos del sol mientras Miquel rompia el silencio:
-Creo que ahora es un buen momento para ese trago de ron, ¿no creeis?- decia el enano a Ulbar, quien por supuesto no se negó, tampoco me extrañaba esa actitud ni puse objecion, pues tambien deseaba algo de ron para calentar mi cuerpo.
-Pues si, creo que es algo que a todos nos vendra bien. les dije a ambos, para que dejaran algo para el resto.
Miquel comenzaba a sacar el ron, repentinamente una flecha se clavo a un árbol, frente a la nariz bulbosa del enano. Sin pensarlo, rode hacia el arbusto mas cercano.
Junto a mi, estaba Findon, su reaccion fue muy similar a la mia... ambos detectamos la procedencia de la flecha y nos arrastramos siguilosamente hasta el lugar, no sería muy dificil, pues Miquel ya hacia mucho alboroto con las maldiciones que gritaba.
El individuo salto agilmente desde un árbol, claramente era humanoide...Findon y yo saltamos sobre él y conseguimos sujetarlo con fuerza.
-¡Lo tenemos. - grite sonriente, el tipo habia cometido un error muy grande y ahora deberiamos interrogarlo.
pensaba mientras Findon le quitaba la capucha.
Me quedé sin palabras, no era un enemigo al parecer... era un elfo, no me esperaba eso... solté al elfo de inmediato y éste logro esquivar el hacha del furioso Miquel.
- Mi nombre es Entaguas, soy un explorador al servicio de Cirdan de los puertos grises. Y mi mision, como podreis suponer, es montar guardia para vigilar los movimientos del enemigo. -¿Enemigos?, ¿te parecemos enemigos?. -Dice el señor enano todavia de mal humor. -Calma. -Interviene Namsis en ese momento usando su tono de voz especial para estas situaciones. -Tranquilizate, señor enano. No dudo de que tus excepcionales habilidades en combate, nos seran de nuevo utiles y necesarias. le decia mientras tocaba el hombro del enano.
Me distraje cuando mis compañeros hablaban... camine unos metros alejado de ellos para inspeccionar... un sonido llego a mis oidos, me agache un poco para concentrarme, a ver si volvia a escuchar algo. varios gruñidos llegaron hasta mi, si definitivamente eran varios gruñidos y algunas pisadas, me levante a toda prisa... Ulbar ofrecia un trago de ron a el grupo pero les adverti de inmediato.
Inmediatamente oimos el aullido.
Un huargo?. -Pregunta Findon. -Mas de uno. -Interviene Entaguas. -Posiblemente una patrulla enviada de caceria.
La decicion fue rapida... tan pronto como el enano dijo "presentar batalla!" , Ulbar, Miquel y yo nos quedamos en un claro listos para encontrarnos con el enemigo.
Entaguas, Ibal y Findon trepan a lo alto de tres arboles con sus arcos preparados. Y Namsis se coloca tras nosotros mientras nos dice. -Voy a necesitar un poco de tiempo para prepararme. No quiero que ninguno de esas bestias me moleste. -Y, como no podia ser de otro modo, el señor enano replica. -Te oigo y obedezco. Nada cruzara por aquí. Ni vivo ni muerto. -
El gondoriano y yo sonreimos con la actitud de Miquel
-¿Puede saberse a donde creeis que vais?. ¡¡Escoria maldita, estamos aqu esperandoos para destriparos a todos!!.
Miro a Ulbar y en voz baja le hablo.-Como siempre, ¿no?. -Ulbar, sonriendo, me replica. -Como siempre, si. -
En ese momento aparecen numerosos huargos... todos llevan orcos como jinetes, sus miradas furiosas intentan intimidarnos, pero ninguno de nosotros retrocede ante su inmunda presencia. Tres flechas silban desde los árboles y atraviezan a tres huargos... luego ocurre lo mismo con tres jinetes... nos lanzamos a las bestias sin jinetes y acabamos con ellas con sorprendente rapidez. Ulbar esquiva la hoja de un orco... un jinete y su bestia se lanza sobre él,
-¡Atencion!. grita el gondoriano, y en ese momento volteo para verlo.. en una peligrosa hazaña, Ulbar se agacha y destripa a la bestia, de inmediato salto hacia el orco jinete y acabo con él de un solo tajo que me deja bien salpicado de su sangre. sonrio al igual que Ulbar y luego escuchamos al enano.
-¡Ahora me toca a mi!. - grita Miquel, mientras su hacha de mithril acaba con dos huargos, despues destroza sus columnas para asegurarse. Las flechas de nustros notables aqueros siguen manteniendo a raya a los orcos sin montura.
Ulbar se enfrenta a un huargo bien grande de pelaje oscuro su jinete parece ser igual de rudo, pero el gondoriano se las arregla bien... cuando mata al jinete, .Tomo mi anket y corro hacia el huargo con una furia que me domina... clavo mi espada por el costado de sus costillas causando gran dolor y aullidos en la bestia.
-¡Os debo un par de botellas de vino!. Dice Ulbar, y antes de que yo pudiera decir algo, la voz de Îbal se hace presente desde el árbol --¡Tu lo has dicho, no creas que lo voy a olvidar!. -
-¡Estoy lista, quitaos de en medio!. nos advierte Namsis... y si ella es quien lo dice, me imagino que por algo será. asique Ulbar, Miquel y yo corremos mientras Findon, Îbal y Entaguas nos cubren con sus disparos.
-Enyar súrë ar rúnya!
Una columna de fuego nace en el centro del claro... los huargos y orcos comienzan a quemarse, dando aullidos y alaridos de desesperacion...son muy pocos los que logran huir, la mayoria son consumidos por el fuego, el acto de Namsis me deja impresionado.
De pronto, Findon salte de su árbol empuñando su daga y gritando -¡Ahora, a por ellos sin piedad!.
Cada uno de nosotros toma una de sus armas y corre hacia un orco que se quema lentamente.
Me hacerco si prisa al orco que deberia exterminar, la criatura da gritos mientras rueda desesperadamente para apagar el fuego que quema su cuerpo.
Es curioso, en ese momento recuerdo que lo mismo ocurrio a mis camaradas Montaraces en el bosque, mientras ocurria el asedio a Fornost... tambien se quemaban, yo no pude hacer nada desde las murallas, no podia ayudarlos desde alli, solo observaba con impotencia como dejaban de existir, muchos de ellos eran mis amigos, gente que conoci y que jamas volveré a ver.
asique me acerque hacia el orco agonizante y le hablé con la voz mas fria, insensible y vengativa que jamas interpreté en mi vida, lo dejé quemarse.
-Eso es, sigue quemandote debes estar sufriendo mucho no?... no te daré el placer de una muerte sin dolor-
le di una fuerte patada en las costillas,una sonrisa se dibujaba en mi rostro, lo miraba a los ojos
-Mirame bestia inmunda... este fue tu cruel destino, ya no hay nada que puedas hacer para salvarte, tu amo no vendrá en tu ayuda, moriras solo y yo estaré aqui para ocuparme de tus restos y alimentar a los cuervos con ellos. La mejor parte es que...-continuaba, mientras calavava mi espada lentamente debajo de su clavicula, para producirle mas dolor en su agonía.-seguiré viviendo, matando a los tuyos y no podrás hacer nada para detenerme.-
Despues de eso, el orco murió... yo, me matuve en silencio, finjí que nada habia ocurrido, pero evidentemente todos habian sido testigos. En mi interior, me sentia bien, me habia desquitado... aunque no sería la ultima vez. Deje de hacer caso a mis compañeros por unos minutos, me dedique a cortar varias cabezas de orcos y a empalarlas . Junto a las cabezas, deje varios brazos y piernas de otros orcos y algunos colmillos de huargo.
Dejé los cadaveres decapitados y mutilados apiñados un rato, a ver si se hacercaba algun cuervo a alimentarse... de todos modos, si los quemabamos, el enemigo podria vernos desde lo lejos. No me preocupé mas del asunto, me sente en un tronco y me dispuse a limpiar la sangre de mi espada silenciosamente...
Namsis habia conjurado sobre el enorme tumulario, mientras nosotros intentabamos distraerlo un rato. La luz, habia desvanecido al espiritu... no sabia con certeza si era solo un truco del tumulario o si volveria a aparecer en cualquier rato, sostuve mi anket con ambas manos, desconfiando totalmente y atento a todo. Por otro lado, Namsis estaba tranquila, parecia saber lo que ocurria y eso no dejo de intrigarme... lo unico que sé, esque viajamos sin descanzo por el resto de la noche, por nuestro propio impulso de supervivencia, pareciamos ni pensar en agotarnos hasta encontrar un lugar suficientemente seguro.
Llegamos a un valle, se asomaban los primeros rayos del sol mientras Miquel rompia el silencio:
-Creo que ahora es un buen momento para ese trago de ron, ¿no creeis?- decia el enano a Ulbar, quien por supuesto no se negó, tampoco me extrañaba esa actitud ni puse objecion, pues tambien deseaba algo de ron para calentar mi cuerpo.
-Pues si, creo que es algo que a todos nos vendra bien. les dije a ambos, para que dejaran algo para el resto.
Miquel comenzaba a sacar el ron, repentinamente una flecha se clavo a un árbol, frente a la nariz bulbosa del enano. Sin pensarlo, rode hacia el arbusto mas cercano.
Junto a mi, estaba Findon, su reaccion fue muy similar a la mia... ambos detectamos la procedencia de la flecha y nos arrastramos siguilosamente hasta el lugar, no sería muy dificil, pues Miquel ya hacia mucho alboroto con las maldiciones que gritaba.
El individuo salto agilmente desde un árbol, claramente era humanoide...Findon y yo saltamos sobre él y conseguimos sujetarlo con fuerza.
-¡Lo tenemos. - grite sonriente, el tipo habia cometido un error muy grande y ahora deberiamos interrogarlo.
pensaba mientras Findon le quitaba la capucha.
Me quedé sin palabras, no era un enemigo al parecer... era un elfo, no me esperaba eso... solté al elfo de inmediato y éste logro esquivar el hacha del furioso Miquel.
- Mi nombre es Entaguas, soy un explorador al servicio de Cirdan de los puertos grises. Y mi mision, como podreis suponer, es montar guardia para vigilar los movimientos del enemigo. -¿Enemigos?, ¿te parecemos enemigos?. -Dice el señor enano todavia de mal humor. -Calma. -Interviene Namsis en ese momento usando su tono de voz especial para estas situaciones. -Tranquilizate, señor enano. No dudo de que tus excepcionales habilidades en combate, nos seran de nuevo utiles y necesarias. le decia mientras tocaba el hombro del enano.
Me distraje cuando mis compañeros hablaban... camine unos metros alejado de ellos para inspeccionar... un sonido llego a mis oidos, me agache un poco para concentrarme, a ver si volvia a escuchar algo. varios gruñidos llegaron hasta mi, si definitivamente eran varios gruñidos y algunas pisadas, me levante a toda prisa... Ulbar ofrecia un trago de ron a el grupo pero les adverti de inmediato.
Inmediatamente oimos el aullido.
Un huargo?. -Pregunta Findon. -Mas de uno. -Interviene Entaguas. -Posiblemente una patrulla enviada de caceria.
La decicion fue rapida... tan pronto como el enano dijo "presentar batalla!" , Ulbar, Miquel y yo nos quedamos en un claro listos para encontrarnos con el enemigo.
Entaguas, Ibal y Findon trepan a lo alto de tres arboles con sus arcos preparados. Y Namsis se coloca tras nosotros mientras nos dice. -Voy a necesitar un poco de tiempo para prepararme. No quiero que ninguno de esas bestias me moleste. -Y, como no podia ser de otro modo, el señor enano replica. -Te oigo y obedezco. Nada cruzara por aquí. Ni vivo ni muerto. -
El gondoriano y yo sonreimos con la actitud de Miquel
-¿Puede saberse a donde creeis que vais?. ¡¡Escoria maldita, estamos aqu esperandoos para destriparos a todos!!.
Miro a Ulbar y en voz baja le hablo.-Como siempre, ¿no?. -Ulbar, sonriendo, me replica. -Como siempre, si. -
En ese momento aparecen numerosos huargos... todos llevan orcos como jinetes, sus miradas furiosas intentan intimidarnos, pero ninguno de nosotros retrocede ante su inmunda presencia. Tres flechas silban desde los árboles y atraviezan a tres huargos... luego ocurre lo mismo con tres jinetes... nos lanzamos a las bestias sin jinetes y acabamos con ellas con sorprendente rapidez. Ulbar esquiva la hoja de un orco... un jinete y su bestia se lanza sobre él,
-¡Atencion!. grita el gondoriano, y en ese momento volteo para verlo.. en una peligrosa hazaña, Ulbar se agacha y destripa a la bestia, de inmediato salto hacia el orco jinete y acabo con él de un solo tajo que me deja bien salpicado de su sangre. sonrio al igual que Ulbar y luego escuchamos al enano.
-¡Ahora me toca a mi!. - grita Miquel, mientras su hacha de mithril acaba con dos huargos, despues destroza sus columnas para asegurarse. Las flechas de nustros notables aqueros siguen manteniendo a raya a los orcos sin montura.
Ulbar se enfrenta a un huargo bien grande de pelaje oscuro su jinete parece ser igual de rudo, pero el gondoriano se las arregla bien... cuando mata al jinete, .Tomo mi anket y corro hacia el huargo con una furia que me domina... clavo mi espada por el costado de sus costillas causando gran dolor y aullidos en la bestia.
-¡Os debo un par de botellas de vino!. Dice Ulbar, y antes de que yo pudiera decir algo, la voz de Îbal se hace presente desde el árbol --¡Tu lo has dicho, no creas que lo voy a olvidar!. -
-¡Estoy lista, quitaos de en medio!. nos advierte Namsis... y si ella es quien lo dice, me imagino que por algo será. asique Ulbar, Miquel y yo corremos mientras Findon, Îbal y Entaguas nos cubren con sus disparos.
-Enyar súrë ar rúnya!
Una columna de fuego nace en el centro del claro... los huargos y orcos comienzan a quemarse, dando aullidos y alaridos de desesperacion...son muy pocos los que logran huir, la mayoria son consumidos por el fuego, el acto de Namsis me deja impresionado.
De pronto, Findon salte de su árbol empuñando su daga y gritando -¡Ahora, a por ellos sin piedad!.
Cada uno de nosotros toma una de sus armas y corre hacia un orco que se quema lentamente.
Me hacerco si prisa al orco que deberia exterminar, la criatura da gritos mientras rueda desesperadamente para apagar el fuego que quema su cuerpo.
Es curioso, en ese momento recuerdo que lo mismo ocurrio a mis camaradas Montaraces en el bosque, mientras ocurria el asedio a Fornost... tambien se quemaban, yo no pude hacer nada desde las murallas, no podia ayudarlos desde alli, solo observaba con impotencia como dejaban de existir, muchos de ellos eran mis amigos, gente que conoci y que jamas volveré a ver.
asique me acerque hacia el orco agonizante y le hablé con la voz mas fria, insensible y vengativa que jamas interpreté en mi vida, lo dejé quemarse.
-Eso es, sigue quemandote debes estar sufriendo mucho no?... no te daré el placer de una muerte sin dolor-
le di una fuerte patada en las costillas,una sonrisa se dibujaba en mi rostro, lo miraba a los ojos
-Mirame bestia inmunda... este fue tu cruel destino, ya no hay nada que puedas hacer para salvarte, tu amo no vendrá en tu ayuda, moriras solo y yo estaré aqui para ocuparme de tus restos y alimentar a los cuervos con ellos. La mejor parte es que...-continuaba, mientras calavava mi espada lentamente debajo de su clavicula, para producirle mas dolor en su agonía.-seguiré viviendo, matando a los tuyos y no podrás hacer nada para detenerme.-
Despues de eso, el orco murió... yo, me matuve en silencio, finjí que nada habia ocurrido, pero evidentemente todos habian sido testigos. En mi interior, me sentia bien, me habia desquitado... aunque no sería la ultima vez. Deje de hacer caso a mis compañeros por unos minutos, me dedique a cortar varias cabezas de orcos y a empalarlas . Junto a las cabezas, deje varios brazos y piernas de otros orcos y algunos colmillos de huargo.
Dejé los cadaveres decapitados y mutilados apiñados un rato, a ver si se hacercaba algun cuervo a alimentarse... de todos modos, si los quemabamos, el enemigo podria vernos desde lo lejos. No me preocupé mas del asunto, me sente en un tronco y me dispuse a limpiar la sangre de mi espada silenciosamente...
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En el Sur la temible Oscuridad crece
Los Reinos se enfrentan a su destino
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La marea del destino que todo lo inunda.
Del Oeste les lleg...

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