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Desde: 22/09/2006

#459 Respondiendo a: Findon

Narración 15

Miquel había arrastrado a Namsis detrás de una pequeña carreta y allí oían cómo se disparaban las ballestas, los arcos, y el fragor de la batalla, que estaba resultando a favor de los orcos. Aravir todavía corría, esquivando a veces por suerte, a veces por habilidad la lluvia de virote...

Accion

La batalla, al igual que la lluvia provocada por Namsis, arrecia. Yo lucho en medio de un grupo de orcos y ya mas de uno ha probado el filo de mis aceros. Sin embargo, mas orcos se suman a la batalla. La visibilidad empeora pues el aguacero aumenta. Y yo aprovecho la circustancia para abrirme paso entre los orcos. Un gran orco trata de cortarme el camino. Lanza una poderosa estocada con su espada. Yo la desvio con la hoja de mi daga y me inclino a la derecha. Tomo impulso y le clavo mi espada a traves de las juntas del peto de su armadura alcanzandole los pulmones. El orco cae ante mi y yo lo remato a placer. Corro entonces hasta una cas de los medianos. Abro su redonda puerta de una patada y la cierro tras entrar. Y lo que veo me sorprende. En el interior de esa casa, hay numerosos medianos. Muchos son ancianos, mujeres y niños. Pero tambien hay no pocos adultos. En silencio nos contemplamos hasta que yo digo. -¡Vamos!. ¡Ha llegado la hora de luchar!. -El silencio es la respuesta que obtengo. Contemplo a los medianos y grito. -¡Escuchad!. ¡La guerra ha llegado hasta vosotros!. ¡Debeis combatir! ¡No por la gloria de la guerra!. ¿A quien le importa esa imbecilidad?. ¡Es el momento de luchar por vuestros hogares!, ¡por vuestras familias!, ¡Por la tierra que os nutre y os da cobijo!. ¡Este es el momento de asumir el compromiso que significa ser soldado!. ¡Y eso es lo que necesita vuestro pueblo ahora!. ¡Soldados que esten dispuestros a dar su vida por la unica causa que lo merece!. ¡Por la libertad y contra la tirania de aquel que pretende dominar la tierra media!. ¿Estais dispuestos a seguirme?. -Y, esta vez, veo en la mirada de muchos medianos un brillo que me resulta muy familiar. Un brillo que significa determinacion. Y yo sonrio satisfecho. Puede que esta gente sea pequeña. Si, quizas. Pero valiente sin duda. Rapidamente algunos medianos cojen leños sin encender de la pila de madera que hay en el vestibulo de la casa. Otros corren a empuñar pequeños cuchillos de cocina. Y otros, no dicen nada pero se colocan a mi lado con sus pequeñas manos desnudas convertidas en puños. Yo me giro y me aproximo a la puerta. Miro por un instante a los medianos y digo. -No quiero que ninguno me adelante. Evitemos, si es posible, las bajas innecesarias. Formad un peloton cerrado detras de mi. -Me giro y, lentamente, abro la puerta de la vivienda. Los orcos se lanzan al asalto de la improvisada defensa que han montado mis compañeros. Y, en medio de la noche, alcanzo a ver a un bulto cubierto de barro hasta la cabeza que se arrastra como puede en direccion a las defensas. Entrecierro los ojos y, finalmente, consigo distingir a nuestro embarrado lider. Este es el momento. Los orcos estan concentrados tratando de derrotar a mis compañeros. Abro la puerta de golpe y me lanzo a la batalla con furia. Y, detras de mi, cargan los audaces medianos. Resuena un grito en el campo de batalla. -¡La comarca!. ¡Por la comarca!. -Y a mi me parece un buen grito de guerra. Yo tambien lo lanzo al tiempo que los primeros orcos, totalmente sorprendidos, se dan la vuelta tratando de contener el ataque de mi tropa de medianos. Al primer orco que se me cruza le corto la cabeza de un tajo. Al segundo le alcanzo en el muslo derecho con una estocada e, inmediatamente, le rajo el cuello con mi daga. Otros orcos saltan sobre mi. Pero de ninguno me debo preocupar. Caen alcanzados por una lluvia de certeras piedras y, de inmediato, varios medianos se lanzan sobre ellos masacrandolos con palos y cuchillos. Y yo contemplo como el objetivo prioritario de mi carga se ve cumplido. Findon, nuestro medio muerto lider, logra ponerse a salvo cubierto por los certeros flechazos de Ibal y Entaguas. Y en medio de la batalla, yo contemplo como mis compañeros se lanzan sobre la escoria orca destrozando a uno tras otro.
Aunque tarde o temprano todas las cosas hayan de perecer, a Gondor no le ha llegado todavia la hora. No, aun cuando todos los muros sean conquistados por un enemigo implacable, Gondor jamas caera bajo el dominio del Señor Oscuro.