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lo Miquel III
lo Miquel III
Desde: 08/06/2006

#461 Respondiendo a: gandalf el beis

Accion

La lluvia creada por Namsis no cesa, es más, cada vez cae con más fuerza apagando las violentas lenguas de fuego que consumen los edificios cercanos. Mientras Entaguas y yo decidimos dejar de combatir cuerpo a cuerpo y sacar nuestras armas de alcance. Nos retiramos a una colina cercana y emp...

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Tras el conjuro, Namsis queda devilitada, y cae de rodillas exausta. Yo, que estoy a su lado, la arrastro hasta detrás de una carreta, que nos servirá de protección. Aguardamos quietos, y podemos escuchar claramente como nuestros amigos atacan a los orcos, asomo la cabeza y me puedo fijar en Ulbar, a pocos metros de nuestra posición, machacando a los indeseables orcos que se le acercan.
Jajajaja, supongo que no quiere ni que le ayudemos...MIro a Namsis, que se está recuperando rápidamente, esperaremos unos minutos más... Al cabo de un rato, oigo gritos de burla por parte de los orcos, me asomo de nuevo y vuelvo a fijarme en la figura de Ulbar, que está al frente de un batallón de una veintena de medianos, armados con cuchillos, palos y con los puños. En ese instante, Findon e Îbal se levantan y empiezan a disparar, al tiempo que Ulbar, los medianos y Aravir, se adelantan hacia el enemigo. Miro a Namsis.
- Vámonos, ya hemos perdido suficiente tiempo.-susurra.
- ¡Jajajajaja! ¡Tu lo has dicho!- respondo yo.
Y sin más dilación, salgo del escondite con el hacha en mano, y me apresuro a llegar al objetivo. Agarrando fuertemente a mi Mithral, desgarro la espalda de un orco de abajo a arriva, con un rapido movimiento y, aprovechando ese impulso, le doy en todas las costillas a otro, que cae al suelo, igual que el otro, chillando de dolor. Tras escupirle, le corto el cuello, a tiempo para bloquear un ataque enemigo con el mango. Me ha pillado por sorpresa. Es un sucio orco, con una larga cimitarra que a buen seguro a visto tiempos mejores. Entonces, sonrie y atraso la cabeza, asqueado al ver (o lo que deberia ser ) su boca. Y en ese forcejeo, le doy una patada en la entrepierna, abaja la guardia y le parto la cabeza en dos. El enemigo, aunque disminuye su numero rapidamente, ataca y ataca sin parar, y no se como va el escuadron hobbit de Ulbar.
- ¡¡Eh!! - grito entonces - ¡¿Hay alguien por aquí?!
- ¡Sí! ¡Estamos bien, no te preocupes por nosotros, y vigila tu espalda!- dice la voz de Îbal.
Instintivamente me giro y veo, a pocos metros una enorme figura, imponente pero quieta. Maldita sea... ¡¡es un árbol!! Me doy la vuelta al tiempo de esquivar una espada, pero no soy lo suficientemente rápido, y me da en todo el costado. Un corte bastante profundo. Por un momento, me siento confuso, la sangre empiza a salir por la herida, pero aún me quedan fuerzas, y muchas. Y en ese preciso momento, un grito orco dice:
- ¡Ahora!
Y el orco que me ha atacado se aparta y veo como otro, con una lanza en las manos, se abalanza hasta mi con fuerza y desición. Que se prepare, el punzante dolor no me hara caer, ¿O sí? Quién sabe... ese orco no estará vivo para verlo. El tiempo y la distancia se han consumido y el orco está justo a mi lado, me tambaleo y evito el golpe de la lanza, que queda ingrustada en el árbol. Momento en que aprovecho para partirla en dos con el hacha, y seguidamente matar al atacante. Le doy con el borde del filo, un golpe es suficiente.
¡Ja! Creian que tenian posibilidades con moi... me miro la herida. Sale mucha sangre, demasiada. Pongo la mano intentando vanamente parar la hemorragia, me la llevo a la boca. Un momento... aquí hay sangre, sí.... pero....¡¡Oh!!¡¡ Mi reserva de vino!! Palpo mi abrigo en busca del preciado líquido, que habia estado allá, en mi bolsillo, innumerables meses. Pero la vida es dura, y el destino es... es algo parecido.
- ¡¡Malditos!! Pagaréis caro esto, y tanto.
Y despues de batallar, cortar, y amputar, consigo reunirme con los arqueros, detrás de el pequeño monticulo. Me hacen señas, indicandome el paradero de Ulbar y cia, diciendome tambien que Namsis está con ellos. Me dirijo hasta allí, cada uno libra su batalla individual, estan desperdigados y rodeados. No dudo del valor de los medianos, y ciertamente, sin ellos no podríamos vencer, pero su falta de experiencia en la batalla, podría costarnos caro. Los compañeros estan completamente magullados en los brazos, sangran en numerosas heridas, pero siguen de pie. En ese momento, una flecha pasa silvando a mi lado, le da en toda la cabeza a un enemigo, corro hasta el lado de Aravir.
- Llegas tarde pequeñín - me dice Aravir.
Este se va a enterar algún día....¬¬
Finalmente, todos los enemigos son abatidos, y los superviventes huyen, para encontrar la muerte a manos de los arqueros hobbits, y las piedras que lanzan.
Me encuentro mal,
por favor, llevadme a un bar.
Yo no me encuentro nada bien,
Llevadme a mí también.
Sé de un lugar donde hacen una poción
que da fuerza al espíritu, enaltece el corazón.

¡¡Alza tu cerveza, brinda por la libertad, bebe y vente de fiesta, el infierno es este bar!!