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Ver tema#487 Respondiendo a: ulbar
Acción
El Gwathlo y las ruinas de Tharbad quedaron definitivamente atras tras dias de cabalgada. Durante esos dias, avanzamos a traves de la Enedwaith sin descanso ansiando llegar a nuestro destino. Una noche, acampamos entre os arboles de un bosquecillo para intentar protegernos de un chaparron n...
Acción
Mientras nos alejabamos de Tharbad, yo me sentia levemente mejor. En verdad era muy agotador tener que mirar aquellas ruinas con tanta melancolía, pero bueno ya estabamos caminando hacia nuestro destino una vez mas. A unas millas, armamos el campamento cerca de algunas rocas que nos servirían de refujio, aprovecharíamos cualquier ventaja que la naturaleza nos ofresca. La primera noche le toco la guardia a Entaguas y a Ulbar, el gondoriano pertenceció a su ejercito, así que no habia que dudar de su responsabilidad, pensé yo. El elfo… bueno, hasta ahora no he conocido muchos elfos que digamos, menos uno de cabellos tan oscuros, en verdad habia algo raro en Entaguas, pero tampoco dudaba de él. La verdad todos los compañeros eran de confiar, a excepción de Îbaldolin, no tengo nada contra él, pero bueno… al fin y al cabo sigue siendo el nuevo del grupo.
Dormí hasta que me despertaron para mi turno de guardia, justamente mi compañero sería el enano joyero… bueno, hasta ahora nose si él pueda luchar o sólo lucir joyas. De todas formas estaría mas atento durante la noche. Mientras él se quedaba vigilando el campamento, yo me dispuse a buscar por los alrededores.
- Iré a dar un vistazo- Le dije –Estaré cerca.
Ibaldolin asintió en silencio.
En unas horas y sin novedad, despertamos a los demas compañeros y retomamos nuestra ruta. Pronto divisamos lo que parecían ser las montañas nubladas…
-solo quiero recuperar el sueño perdido- dije en voz baja cuando nos detuvimos a descansar un poco… y casi me quedo dormido.
Parece que la siguiente noche no me tocaría hacer de guardia, eso espero. Sólo tenía intenciones de dormir. Aunque para nuestra mala suerte algunas gotas comenzaban a caer, y después, ya comenzo la lluvia. De todas formas no conciliaré sueño, aunque quien sabe, con el cansancio tal vez me duerma de inmediato.
Mientras pensaba esto, mis compañeros ya me miraban algo sonrientes… han de pensar que soy flojo y dormilon. Pero que mas me pueden pedir, no tengo el agunta de un elfo, ni la fuerza de un enano…
- Esta noche creo que no descansaremos mucho.- dije sin muchas esperanzas.
- Pues no creo que Ibaldoin tenga ningún problema, o al menos sus ronquidos no lo demuestran.- dijo Entaguas, señalando al enano enjoyado quien no había perdido tiempo en tumbarse y cerrar los ojos.
Poco a poco, me vino el sueño a pesar de la lluvia incesante. Estuve soñando algo hacerca de una taberna, unas jarras de cerveza, una linda camarera y de pronto silbidos…silbidos?.
Ibaldolin estaba de pie con un martillo en sus manos… luego, muchos aullidos. Me puse de pie, Namsis nos siguió hasta los guardias. Un lobo en el suelo y todos empuñando las armas.
- ¡Allí! Entre los árboles.- Entaguas nos advertia
Un lobo salió de los arbustos, pero el joyero le asesto un buen golpe con su martillo. Salieron dos más, que fueron blanco de las flechas de Findon y Entaguas. Cuando comenzaba a divisar mas ojos en la oscuridad, escuche los relinchos de los caballos.
- ¡Atacan a los caballos!- Les grite a los demas, y acto seguido desenvaine mi espada y corri hasta los caballos. No voltee para mirar, solo corri para defenderlos.
Diviso al primero, con la espada empiñada salto hasta su espalda y atraviezo el lomo de la bestia, el lobo me quita de ensima y se dispone a seguir luchando pese a su herida mortal. Un segundo intenta atacar a las monturas, pero Ulbar le clava su espada costado y le da fin a la bestia. Termino de matar al primero de una vez y Ulbar grita:
-¡Usad el fuego contra estas bestias!. ¡Debemos impedir que alcancen a los caballos!. –
el gondoriano usaba una tea y su daga para quemar a los inscursores.
¡Que alguen mate a esa escoria!. ¡Apesta y es ruidosa!. – La flecha de Entaguas terminó con él.
Yo, aun cerca de los caballos, seguia preparado para lo peor… otro lobo salio de la oscuridad, le di una estocada para hacerlo retroceder. La bestia parecia ser ágil y solo dio un gruñido de remordimiento, se hacerco una vez mas para morderme el brazo cos sus terribles fauces.
¡Por estas bestias roñosas, ni siquiera merece la pena que ilumine el campamento!. –
Namsis lo atravieza con su espada, dejandome libre de problemas. Sonrio ante su actitud, que ya se parece a Ulbar.
De la nada, nos llegan mas lobos. Sin temor, corro hacia uno y le destrozo la cabeza con mi espada. Cerca de mi, ambos enanos luchaban arduamente contra dos lobos mas, la sangre de las bestias salpicaba mucho. Los aullidos seguian viniendo, seguramente quedaban muchos lobos mas.
-¡No podremos sostener la situacion mucho tiempo!. ¡Debemos rechazar este ataque y aprovechar para abrinos paso a caballo- dijo Findon.
- ¡Muy bien!. ¡Que los dos enanos se queden protegiendo a los caballos!. ¡El resto, hagamos huir a estas bestias de una vez por todas!.- Replicaba Ulbar.
De pronto cuatro bestias vinieron corriendo, una de ellos tumbo a un caballo sin que pudierasmos preverlo, Miquel corrio hasta él para socorrerlo.
Con un corte libro al caballo de aquella bestia, el lobo cayó destripado mientras el señor enano revisaba las heridas de la montura.
-Parece que no es nada grave!, solo unas heridas superficiales!- nos avisaba Miquel
Los demas nos preocupamos de eliminar a los lobos mientras los enanos se quedaron al lado de los caballos para darles mayor proteccion.
Mientras los demas daban caza a los lobos, yo me dedique a buscar maderos de la fogata y los puse a una distancia prudente de los caballos formando un circulo. Ibaldolin y Miquel dominaban bien a las bestias.
Cuando termine esta tarea, empeze a ayudar a los demas con los lobos… las bestias parecian que llegaban eran cada vez mas grandes y de pelaje negro, a mi parecer.
Mientras nos alejabamos de Tharbad, yo me sentia levemente mejor. En verdad era muy agotador tener que mirar aquellas ruinas con tanta melancolía, pero bueno ya estabamos caminando hacia nuestro destino una vez mas. A unas millas, armamos el campamento cerca de algunas rocas que nos servirían de refujio, aprovecharíamos cualquier ventaja que la naturaleza nos ofresca. La primera noche le toco la guardia a Entaguas y a Ulbar, el gondoriano pertenceció a su ejercito, así que no habia que dudar de su responsabilidad, pensé yo. El elfo… bueno, hasta ahora no he conocido muchos elfos que digamos, menos uno de cabellos tan oscuros, en verdad habia algo raro en Entaguas, pero tampoco dudaba de él. La verdad todos los compañeros eran de confiar, a excepción de Îbaldolin, no tengo nada contra él, pero bueno… al fin y al cabo sigue siendo el nuevo del grupo.
Dormí hasta que me despertaron para mi turno de guardia, justamente mi compañero sería el enano joyero… bueno, hasta ahora nose si él pueda luchar o sólo lucir joyas. De todas formas estaría mas atento durante la noche. Mientras él se quedaba vigilando el campamento, yo me dispuse a buscar por los alrededores.
- Iré a dar un vistazo- Le dije –Estaré cerca.
Ibaldolin asintió en silencio.
En unas horas y sin novedad, despertamos a los demas compañeros y retomamos nuestra ruta. Pronto divisamos lo que parecían ser las montañas nubladas…
-solo quiero recuperar el sueño perdido- dije en voz baja cuando nos detuvimos a descansar un poco… y casi me quedo dormido.
Parece que la siguiente noche no me tocaría hacer de guardia, eso espero. Sólo tenía intenciones de dormir. Aunque para nuestra mala suerte algunas gotas comenzaban a caer, y después, ya comenzo la lluvia. De todas formas no conciliaré sueño, aunque quien sabe, con el cansancio tal vez me duerma de inmediato.
Mientras pensaba esto, mis compañeros ya me miraban algo sonrientes… han de pensar que soy flojo y dormilon. Pero que mas me pueden pedir, no tengo el agunta de un elfo, ni la fuerza de un enano…
- Esta noche creo que no descansaremos mucho.- dije sin muchas esperanzas.
- Pues no creo que Ibaldoin tenga ningún problema, o al menos sus ronquidos no lo demuestran.- dijo Entaguas, señalando al enano enjoyado quien no había perdido tiempo en tumbarse y cerrar los ojos.
Poco a poco, me vino el sueño a pesar de la lluvia incesante. Estuve soñando algo hacerca de una taberna, unas jarras de cerveza, una linda camarera y de pronto silbidos…silbidos?.
Ibaldolin estaba de pie con un martillo en sus manos… luego, muchos aullidos. Me puse de pie, Namsis nos siguió hasta los guardias. Un lobo en el suelo y todos empuñando las armas.
- ¡Allí! Entre los árboles.- Entaguas nos advertia
Un lobo salió de los arbustos, pero el joyero le asesto un buen golpe con su martillo. Salieron dos más, que fueron blanco de las flechas de Findon y Entaguas. Cuando comenzaba a divisar mas ojos en la oscuridad, escuche los relinchos de los caballos.
- ¡Atacan a los caballos!- Les grite a los demas, y acto seguido desenvaine mi espada y corri hasta los caballos. No voltee para mirar, solo corri para defenderlos.
Diviso al primero, con la espada empiñada salto hasta su espalda y atraviezo el lomo de la bestia, el lobo me quita de ensima y se dispone a seguir luchando pese a su herida mortal. Un segundo intenta atacar a las monturas, pero Ulbar le clava su espada costado y le da fin a la bestia. Termino de matar al primero de una vez y Ulbar grita:
-¡Usad el fuego contra estas bestias!. ¡Debemos impedir que alcancen a los caballos!. –
el gondoriano usaba una tea y su daga para quemar a los inscursores.
¡Que alguen mate a esa escoria!. ¡Apesta y es ruidosa!. – La flecha de Entaguas terminó con él.
Yo, aun cerca de los caballos, seguia preparado para lo peor… otro lobo salio de la oscuridad, le di una estocada para hacerlo retroceder. La bestia parecia ser ágil y solo dio un gruñido de remordimiento, se hacerco una vez mas para morderme el brazo cos sus terribles fauces.
¡Por estas bestias roñosas, ni siquiera merece la pena que ilumine el campamento!. –
Namsis lo atravieza con su espada, dejandome libre de problemas. Sonrio ante su actitud, que ya se parece a Ulbar.
De la nada, nos llegan mas lobos. Sin temor, corro hacia uno y le destrozo la cabeza con mi espada. Cerca de mi, ambos enanos luchaban arduamente contra dos lobos mas, la sangre de las bestias salpicaba mucho. Los aullidos seguian viniendo, seguramente quedaban muchos lobos mas.
-¡No podremos sostener la situacion mucho tiempo!. ¡Debemos rechazar este ataque y aprovechar para abrinos paso a caballo- dijo Findon.
- ¡Muy bien!. ¡Que los dos enanos se queden protegiendo a los caballos!. ¡El resto, hagamos huir a estas bestias de una vez por todas!.- Replicaba Ulbar.
De pronto cuatro bestias vinieron corriendo, una de ellos tumbo a un caballo sin que pudierasmos preverlo, Miquel corrio hasta él para socorrerlo.
Con un corte libro al caballo de aquella bestia, el lobo cayó destripado mientras el señor enano revisaba las heridas de la montura.
-Parece que no es nada grave!, solo unas heridas superficiales!- nos avisaba Miquel
Los demas nos preocupamos de eliminar a los lobos mientras los enanos se quedaron al lado de los caballos para darles mayor proteccion.
Mientras los demas daban caza a los lobos, yo me dedique a buscar maderos de la fogata y los puse a una distancia prudente de los caballos formando un circulo. Ibaldolin y Miquel dominaban bien a las bestias.
Cuando termine esta tarea, empeze a ayudar a los demas con los lobos… las bestias parecian que llegaban eran cada vez mas grandes y de pelaje negro, a mi parecer.
Stream of Consciousness-Dream Theater
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En el Sur la temible Oscuridad crece
Los Reinos se enfrentan a su destino
Minas Tirith es el barco que corta la marea
La marea del destino que todo lo inunda.
Del Oeste les lleg...

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En el Sur la temible Oscuridad crece
Los Reinos se enfrentan a su destino
Minas Tirith es el barco que corta la marea
La marea del destino que todo lo inunda.
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