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Ver tema#58 Respondiendo a: Entaguas
Acción
La mesa vuela, arroyando a los orientales y orcos, rompiendo con las ventanas que aún no estaban rotas. Justo en aquel, momento, sonó un feroz y atroz grito que nadie esperaba. Era ronco y bastante grave. Repentinamente, un troll atravesó la pared derecha de la taberna. Era un ser corpulento...
Acción
Enfurecido a causa de que mi jarra de cerveza me había sido arrebatada de la mano por una oportuna flecha, desenfundo mi puñal y rajo el estómago de uno de los trasgos que no se había percatado de mi presencia. La confusión reina en la taberna y diviso no muy lejos a un grupo de resistentes al ataque enemigo. Me dirijo hacia ellos para ayudarles lo mejor que puedo, dando algún golpe en el camino a algún enemigo despistado, pero un troll acaba de atravesar una pared de la taberna, que se viene abajo por momentos. Finalmente consigo llegar hasta el grupo aliado, formado por compañeros de todas las razas. En mi empeño por llegar hasta ellos, descuido mi espalda y la cimitarra de uno de los orientales que roza mi hombro, pero al volverme oigo un grito de dolor del que me había atacado, cuya garganta es oprimida con dureza por las fuertes mandíbulas de un gran lobo negro, al que miro a la vez agradecido y extrañado. Sin perder un instante, junto con el pequeño grupo que resiste, contenemos al enemigo como podemos, pero el techo de la taberna comienza a desmoronarse por momentos.... debemos escapar....
Enfurecido a causa de que mi jarra de cerveza me había sido arrebatada de la mano por una oportuna flecha, desenfundo mi puñal y rajo el estómago de uno de los trasgos que no se había percatado de mi presencia. La confusión reina en la taberna y diviso no muy lejos a un grupo de resistentes al ataque enemigo. Me dirijo hacia ellos para ayudarles lo mejor que puedo, dando algún golpe en el camino a algún enemigo despistado, pero un troll acaba de atravesar una pared de la taberna, que se viene abajo por momentos. Finalmente consigo llegar hasta el grupo aliado, formado por compañeros de todas las razas. En mi empeño por llegar hasta ellos, descuido mi espalda y la cimitarra de uno de los orientales que roza mi hombro, pero al volverme oigo un grito de dolor del que me había atacado, cuya garganta es oprimida con dureza por las fuertes mandíbulas de un gran lobo negro, al que miro a la vez agradecido y extrañado. Sin perder un instante, junto con el pequeño grupo que resiste, contenemos al enemigo como podemos, pero el techo de la taberna comienza a desmoronarse por momentos.... debemos escapar....
"La vida tiene el sentido que nosotros le damos y en ello reside la grandeza del hombre" -Friedrich Nietszche.