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Ver tema#56 Respondiendo a: burzumgad
Acción.
(Pedón por el post vacío, no me suele pasar)
Cuando Palmero, mi orco de confianzame, me notificó de aquella agesión, grande fue mi asombro, y también el del capitán Barin.
-No te preocupes, Burzum, mandaré por esos sujetos.- me dijo Barin.
Pero Palmero no podía con su indignación, p...
Acción.
A mi mente venian, entre embriagadoras bocanadas de humo y olor a cerveza, las viejas andanzas y venturas del pasado, asi como los rostros risueños de mis viejos camaradas. No sabía nada del Dúnadan Abârmil a quien me moría por ver y saludar. A quien si esperaba ver era a mi querido Burzumgad, el ilustre señor de Minas Morgul. En el momento que sorbía mi jarra reviviendo la risa y las chanzas del orco, mis ojos se cruzaron con los de alguien encapuchado en la barra, proximo a mí, alguien a quien debió de incomodar mi mirada pues apartó los ojos de inmediato y continuó mirando en todas direcciones con no poco disimulo. Al ver la reacción de este esbozé una sonrisa, "diría que a alguien se le ha perdido algo entre los morrales y bolsillos de los despreocupados bebedores" pensé. Se anunció en una de las mesas una partida de cartas y gran parte de los presentes dirigió su atención a ese punto, algunos, incluído el encapuchado, corrieron a jugar. Colándome entre la espesura de gente que se arremolinaba en torno a la mesa de juego, me situé próximo a mi sospechoso sin más intención que presenciar una honrada partida entre parroquianos. También llamó mi atención un hombre que no parecía del pueblo, más bien de fuera, un montaraz, tal vez. Me pareció apreciar cierto brillo en sus ojos mientras se repartían los naipes.
A mi mente venian, entre embriagadoras bocanadas de humo y olor a cerveza, las viejas andanzas y venturas del pasado, asi como los rostros risueños de mis viejos camaradas. No sabía nada del Dúnadan Abârmil a quien me moría por ver y saludar. A quien si esperaba ver era a mi querido Burzumgad, el ilustre señor de Minas Morgul. En el momento que sorbía mi jarra reviviendo la risa y las chanzas del orco, mis ojos se cruzaron con los de alguien encapuchado en la barra, proximo a mí, alguien a quien debió de incomodar mi mirada pues apartó los ojos de inmediato y continuó mirando en todas direcciones con no poco disimulo. Al ver la reacción de este esbozé una sonrisa, "diría que a alguien se le ha perdido algo entre los morrales y bolsillos de los despreocupados bebedores" pensé. Se anunció en una de las mesas una partida de cartas y gran parte de los presentes dirigió su atención a ese punto, algunos, incluído el encapuchado, corrieron a jugar. Colándome entre la espesura de gente que se arremolinaba en torno a la mesa de juego, me situé próximo a mi sospechoso sin más intención que presenciar una honrada partida entre parroquianos. También llamó mi atención un hombre que no parecía del pueblo, más bien de fuera, un montaraz, tal vez. Me pareció apreciar cierto brillo en sus ojos mientras se repartían los naipes.
-Si, es cierto- dijo la primera Voz. -Creo que deberíamos dar un nombre a esa comarca. ¿Cual sugiere?
- El Maletero se encargó de ello hace ya algún tiempo- dijo la segunda voz. - El tren de Niggle-Parish está a punto de salir: eso es lo que ha venido gritando durante años. Niggle-Parish. Le...
- El Maletero se encargó de ello hace ya algún tiempo- dijo la segunda voz. - El tren de Niggle-Parish está a punto de salir: eso es lo que ha venido gritando durante años. Niggle-Parish. Le...