Acción

De cualquier modo , hubiese aceptado de buen grado la propuesta de Unfeniön , estabamos encarcelados , cuando derrepente , se me acercó y me dijo que escuchara atentamente.

Ante la interrupción del guardia que nos miró con cara de ver que tramábamos , disimulamos y él siguió contándome.

Después de decirme porque habiamos terminado aquí , y que uno de los malechores quería asesinar a Burzungad , su amigo el Orco ( algo que me dejó perplejo )me comentó su plan; era el de ir a por el lider ,Scara, una vez atentemos contra el , ir a por su cuadrilla,más débiles y desconcertados tras la perdida de su superior. Pero no sería fácil , antes tendriamos que coger nuestras pertenencias , y que por nuestro bien ,no aceptaran la propuesta de Findon , nuestro compañero , que al parecer había entablado unas palabras con el guardia y se disponía a sacarnos de aquí , pero dudé por un momento si 4 pueden rivalizar con 100. Trás mi dubitativo estado, una llama de esperanza brotó en mi como nunca antes; Esta nueva gente me inspiraba confianza , mucha confianza y no es algo que aparezca a la ligera.

Trás un largo rato enjaulado, apareció Findon con el guardia. El guardía les dió una orden a los custodios y salieron .Findón agarró los barrotes de la celda de Unfeniön y dijo:

- Mi buen señor ! ¿como pensásteis que podríais escapar a tan poderoso ejército como el nuestro ?.

La contesta de Unfeniön fue contundente : Traidor ! .- gritó

El guardia vió la cara de Findon ; ese ceño fruncido .. algo había que hacer. Entonces Findon le dijo al guarda que trajera las llaves. Al cabo de muy poco tiempo reapareció el guardia con las llaves , y cuando se disponia a inclinarse para abrir la cerradura , este le propinó una buena sacudida en la cabeza con el pomo de su espada , ( la cual al parecer , había recuperado ) , y trás los anonadados rostros de los enjaulados espectadores , abrimos las celdas de los prisioneros y salimos fugazmente. Unfeniön rápidamente nos trajo nuestras pertenencias incautadas de la armería y todo estuvo a punto y listo.

Nos disponiamos a cruzar un largo pasillo , habitaciones y más habitaciones a los lados. Llegamos a un gran salón cuando derrepente, las cosas se tornaron en nuestra contra. Varios hombres nos estaban rodeando , nos superaban en numero , pero no demasiado , hasta que uno de ellos habló .

. - Deponed vuestras armas ! y se os perdonará la vida. Dijo un hombre robusto , que sobresalía entre los demás.

- Llegado el momento , a las armas pues - susurré a mis compañeros y a los prisioneros. Nada mas al mirar se notaba como esos hombres querían linchar a los guardias por ,a saber cuantos , dias de cautiverio. Esperé y esperé , a ver cual era nuestro próximo movimiento.