Acción

Cuando llegué al sitio donde nos esperaba, mi señor, vi que tenía caballos suficientes para la huida así que montamos en los caballos y empezamos la huida.
Cuando ya llevabamos, varias millas, una lanza fue a parar al caballo de Barin, que a consecuencia de esto cayó de bruces en el suelo. La compañía paró, yo bajé de mi caballo y desenfundé mi daga.
Tan pronto como bajamos de llos caballos, varios dundelinos nos rodearon:
-Maldita sea, -dije preparandome para la inminente lucha que estaba a punto de comenzar.
Yo me dirigí, a mi señor y le dije:
-Bueno aquí estamos señor, en una pelea como en los viejos tiempos, buena suerte- susurré a mi señor, Burzumgad, pues a lo mejor, yo de allí salía sin vida.
En ese momento, supe que debíamos escapar de allí como creo que pensaban todos, además de que Unfeniön, estaba abriendo tras de si una línea, me puse al lado de el, y empezé cortar cabezas, mientras decía, a Unfeniön:
-No te conozco de nada, pero estoy dispuesto a dar mi vida, por vos, como espero que vos la deis por mi- dije, para que supiera, que no era un orco con maldad...