Acción

- ¡Por Arnor!- grite mientras pensaba en lo que haria a Sgronak si tubiera la oportunidad.

Despues de ver como respondio Burzumgad, el resto de los prisioneros no dudaron en venir rapidamente en nuestra ayuda. Uno de ellos, el cual llevaba un pico, seguramente utilizado en la mina cercana al campamento, no dejaba de arrancar las cabezas de nuestros enemigos, hasta que Sgronak se le acerco por detras atravesandole el corazon con su espada. El resto de prisioneros no siguieron el ejemplo de sus compañeros y se acercaron hacia el centro de la contienda, hacia Barin.

Yo, por mi parte, tambien me coloque cerca del General, con intencion de defenderle hasta la muerte. Un orco se avalanzo hacia mi, pero por suerte para mi probo el acero de mi espada. Segundos mas tarde, un dunledino lanzo su hacha hacia mi, pero lo esquive rapidamente mientras sacaba mi cuchillo de caza y atravesaba con este el craneo del dunledino.

Alrededor del general los prisioneros luchaban con valor, pero los hombres y orcos de Sgronak los hacian retroceder rapidamente. Por una vez deseaba no haberme entrometido, pero alli me encontraba yo, rodeado por muchos enemigos por el mero hecho de seguir a Sgronak y a Scara durante semanas para saber donde y cuando atacarian a Burzumgad,

La batalla parecia imposible de ganar, pero era impresionante ver con que destreza luchaban mis compañeros, sin temor a la muerte. Asi que decidi atacar, aunque dejara este mundo en el intento. Despues de decidirlo, me avalanze sobre un grupo de enemigos, espada en mano.