NARRACIÓN

La noche era fria y oscura. Mientras Eldaril trataba de curar al malherido general, Findon y yo reposabamos sobre un tronco a unos dos metros de ellos. Parecia que Barin estaba cada vez peor, pero no queria perder la esperanza.

-Espero que lleguen rapido- dije a Findon-. Como nos ataquen ahora, me parece que no tendremos oportunidad de acerles frente. Fui el ultimo en salir de la batalla, y no me parecio ver nada que pudiera retrasarles, aunque me parecio escuchar al orco que nos saco de la celda algo sobre los prisioneros. Esperemos que no decidieran ir a salvarlos, ya que no valdria la pena. La mayoria de ellos murieron poco despues de que os fuerais, ya solo quedaban un par de elloscuando me fui.

Tras contarle todo a Findon, me dispuse a sacar la pipa que llevaba habitualmente, cuando me di cuenta que me la habia dejado en mi casa en Arnor antes de salir tras Sgronak un mes atras. No habia soltado el arco en ningun momento, ya que me temia que aparecieran mas hombres y orcos a por nosotros.

-Yo que tu cargaria un virote- le dije a Findon- no vaya a ser que...

Tuve que callarme, ya que vi a un pequeño grupo de hombres salir del bosque. Parecia que no nos habian visto, asi que apague la hoguera y cogi una flecha, por si se daban cuenta de que estabamos alli.