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Ver tema#280 Respondiendo a: Palmero
Acción
Cuando subíamos por la colina, en la que yo luchaba con mi conciencia, pues a veces me daban ganas de ponerme a cantar...
Cuando llegamos a la enfermería donde reposaba Barin, encontramos junto a el a una persona, (al parecer un Bardo que decía haber visto, a un ejercito...) a su lado se e...
Acción
Todos nos sobresaltamos con la irrupción de Unfenion en la enfermería. Llevaba una nota torpemente escrita en cuyo burdo trazo reconoció Burzumgad el puño de Sgronak (o Rogfft). Según explicó el camarada morguleño se trataba de un viejo conocido que tiempo ha se la tenía jurada, más que por otra cosa, a mi intuición, por rencor o algún tipo de envidia de la celebridad y renombre de Burzumgad. Todo parecía apuntar a que alguien financiaba las empresas del miserable orco, que planeaban tanto el asesitano del Señor de Morgul como el de sus acompañantes. Pronto se hizo patente la ira en los rostros de los presentes, pero fue Findon el que manifstó una reacción más violenta desenfundando su arma y posándola en el cuello de Unfenion, aún manchado de sangre. Hubiera lamentado en verdad un enfrentamiento entre cualquiera de los camaradas y me dispuse, al igual que otros, a separar y tranquilizar a Findon. El muy pícaro respondió con una carcajada y se dirigió a Eldaril en tono burlón. El elfo se ofendió, no sin razon, y el ambiente se volvió de pronto tenso.
-No me dejes beber, ya has visto lo que pasa- me dijo Findon inclinándose hacia mí.
-Desde luego amigo, pero hemos de controlarnos. Los elfos del bosque son ancianos y sabios, y puede que a menudo no compartan el gusto por cierto tipo de bromas... y qué demonios! mostremos respeto por aquel que nos ha pagado semejante riada de cerveza! Desde luego, hemos bebido demasiado.
Me acerqué a Eldaril después de dejar a Findon acomodado en un sillón. El elfo aún tenía el ceño fruncido.
-Compadre, te pido perdón en nombre de mi compañero, en verdad las chanzas estan algo fuera de lugar en una hora como esta, en la que nos hemos enterado que una horda de mercenarios asesinos buscan nuestras cabezas. Pero es un buen hombre, algo pillo quizá pero honrado y muy valiente. Además la vista y la lengua de un beodo se enturbian todavía más de madrugada. Si gustas, la próxima vez le invitaremos a zumo de rábanos.- bromeé, y el gesto de Eldaril se tornó en sonrisa.
Volví junto a Findon y me senté a su lado al tiempo que Palmero se presentaba formalmente ante Mirimo. Aproveché la ocasión para darme a conocer ante el nuevo compañero.
-Y yo soy Inglor, no tengo residencia fija pero si un especial gusto por Arnor, a tus servicios, maese Bardo.
Todos nos sobresaltamos con la irrupción de Unfenion en la enfermería. Llevaba una nota torpemente escrita en cuyo burdo trazo reconoció Burzumgad el puño de Sgronak (o Rogfft). Según explicó el camarada morguleño se trataba de un viejo conocido que tiempo ha se la tenía jurada, más que por otra cosa, a mi intuición, por rencor o algún tipo de envidia de la celebridad y renombre de Burzumgad. Todo parecía apuntar a que alguien financiaba las empresas del miserable orco, que planeaban tanto el asesitano del Señor de Morgul como el de sus acompañantes. Pronto se hizo patente la ira en los rostros de los presentes, pero fue Findon el que manifstó una reacción más violenta desenfundando su arma y posándola en el cuello de Unfenion, aún manchado de sangre. Hubiera lamentado en verdad un enfrentamiento entre cualquiera de los camaradas y me dispuse, al igual que otros, a separar y tranquilizar a Findon. El muy pícaro respondió con una carcajada y se dirigió a Eldaril en tono burlón. El elfo se ofendió, no sin razon, y el ambiente se volvió de pronto tenso.
-No me dejes beber, ya has visto lo que pasa- me dijo Findon inclinándose hacia mí.
-Desde luego amigo, pero hemos de controlarnos. Los elfos del bosque son ancianos y sabios, y puede que a menudo no compartan el gusto por cierto tipo de bromas... y qué demonios! mostremos respeto por aquel que nos ha pagado semejante riada de cerveza! Desde luego, hemos bebido demasiado.
Me acerqué a Eldaril después de dejar a Findon acomodado en un sillón. El elfo aún tenía el ceño fruncido.
-Compadre, te pido perdón en nombre de mi compañero, en verdad las chanzas estan algo fuera de lugar en una hora como esta, en la que nos hemos enterado que una horda de mercenarios asesinos buscan nuestras cabezas. Pero es un buen hombre, algo pillo quizá pero honrado y muy valiente. Además la vista y la lengua de un beodo se enturbian todavía más de madrugada. Si gustas, la próxima vez le invitaremos a zumo de rábanos.- bromeé, y el gesto de Eldaril se tornó en sonrisa.
Volví junto a Findon y me senté a su lado al tiempo que Palmero se presentaba formalmente ante Mirimo. Aproveché la ocasión para darme a conocer ante el nuevo compañero.
-Y yo soy Inglor, no tengo residencia fija pero si un especial gusto por Arnor, a tus servicios, maese Bardo.
-Si, es cierto- dijo la primera Voz. -Creo que deberíamos dar un nombre a esa comarca. ¿Cual sugiere?
- El Maletero se encargó de ello hace ya algún tiempo- dijo la segunda voz. - El tren de Niggle-Parish está a punto de salir: eso es lo que ha venido gritando durante años. Niggle-Parish. Le...
- El Maletero se encargó de ello hace ya algún tiempo- dijo la segunda voz. - El tren de Niggle-Parish está a punto de salir: eso es lo que ha venido gritando durante años. Niggle-Parish. Le...