Acción.

La situación hizo que me sintiera algo incómodo: La firme advertencia de Unfeniön y las risas ahogadas de Findon me hicieron sentir algo afligido por Eldaril: Hacía años que no veía un elfo de los bosques (desde las primeras andanzas que compartí con Burzumgad y compañía, en las que conocí al elfo Rumil). La presencia de Eldaril me remontaba al pasado, cuando aún tenía contacto con los elfos del bosque, y me reconfortaba. Quise aliviar la tensión y aproveché que Findon se había serenado al presentarse.

-Amigos, debo pediros que seais algo más corteses con aquél que os ha dado de beber. No me malentendais, él socorrió a Barin, mi amigo, y gracias a él Barin vive para contar el percance con los Dunlendinos y para ordenar el próximo movimiento contra el enemigo. Ya conoceis mi carácter mediador y es que temo que estas rencillas desemboquen en alguna discusión mayor que nos haga concluír haciéndo el trabajo sucio de ese hombre con el que recién se ha topado Unfenion. Ahora estamos todos en el saco y nuestra unión puede ser una piedra en el zapato del enemigo, como lo ha sido hasta ahora. Al fin y al cabo, compañías más abigarradas se han visto funcionar, y cierto es que aprenderemos mucho los unos de los otros, sobre todo proviniendo de lugares tan distintos.-me volví hacia Eldaril, quien, al parecer, me había escuchado. Continué, esta vez, dirigiéndome a ambos, a Findon y a Eldaril- Es lógico que a Findon le llame la atención el distinguido y liviano porte élfico, dado los pocos elfos del bosque que se ven por Arnor (por no decir ninguno), como también es lógico que a Eldaril Findon le parezca un pícaro jovenzuelo, de hecho, en esta sala todos sois unos jovenzuelos a nuestro lado. Pero aun del más pequeño se pueden aprender cosas nuevas y el corazón me dice que dentro de poco terminaremos jugándonos la vida los unos por los otros, en perfecta armonía.

La tensión pareció mermar y prosiguieron las presentaciones