Acción

No pude menos que maldecir para mis adentros a Eldarl cuando abrió de par en par las ventanas y el sol de la mañana nos dio de lleno, no obstante la reunión acerca de la que fui informado me pareció al fin motivo de sobra para justificar el madrugón.
El las salas regias de Meduseld el rey conferenciaba con los mariscales en medio de una charla agitada que poco cedía a la pompa cortesana. Indudablemente Edoras no era Minas Tirith, que tanto había tenido yo que frecuentar, aún cuando la premura y las malas noticias quizás justificasen el griterío de los militares, el arrebato de los funcionarios y la premura del monarca.
Los planes trazados eran audaces, y se tornaba exhaustivo tomar decisiones; yo oí las palabras de mi buen camarada Palmero y le coloqué la mano en el hombro.
-parece que nuestros caminos se separan por ahora, amigo. Yo opto por acompañar a quienes atacarán al campamento, pues a esos dos canallas de Scara y aquel miserable que se llama a si mismo Sgronak me los he montado entre ceja y ceja, y es el momento de arreglar cuentas personalmente con ellos...no te aflijas...es quizás bueno que de nuestro pueblo halla representante en los dos grupos y te conozco tanto como para saber que jugarás tu parte con arrojo y habilidad militar...
La pregunta que mi amigo Inglor me dirigiese en esos momentos me dio mucha gracia:
-¿Música? por cierto que una estridente marcha en re mayor cantada por roncos bombardones de campaña no es de mi desagrado...pero te respondo con la garra con que te lo harían la mayoría de mis soldados: para música, ¿que mejor que el redoble de las botas y el contrapunto de los aceros????