Sé que este mensaje es un off-topic, y que seguramente no debería de estar aquí; pero creedme si os digo que necesitaba escribirlo. Y no sólo vería normal, sino incluso justo, que Adminforo lo borrase.

Pero el caso es que hoy hace cuatro años que cinco compañeros, cinco amigos, se fueron; y es que las águilas no siempre son capaces de mantener el vuelo. Y también, por un capricho del destino, quizá ese día yo nací de nuevo. Pero los cinco embarcaron ese día en los Puertos Grises, sin un adiós, sin una despedida, y todavía hoy espero que un cambio de viento los haga regresar a nuestras costas.

Uno de ellos, el que era mi jefe directo, el más querido para mí de los cinco, era también un gran tolkiendili; compañero y complice de debates, de noches de whisky y Tolkien, de pasión por la música y la literatura...

Pero si no han de regresar, espero que mi querido Mannix sirva de guía a los otros cuatro en las Tierras Imperecederas, que disfruten de las playas de Tol Eressëa y de la beatitud de los Primeros Nacidos. Y que les hablen de nosotros, que les digan que aquí, al otro lado del gran Mar que separa, todavía hay buena gente.

Os hecho tanto de menos...

Se lo que es perder a alguien querido. Incluso en estos momentos Mandos esta llamando a alguien muy cercano para mi y no se cuanto tiempo va a resistir esa llamada.

Solo queria decirte que no estas solo.

No hay mejor sitio que este para dejar tu mensaje.
Has de saber que todas las buenas gentes estaran con tigo y te daran su apuyo y cariño, y aquel que piense lo contrario no tiene nada que hacer en estas tierras.


Solo decirte que al final del camino todos no encontraremos y seran un buen momento para recuperar las risas y miradas que nos robo el tiempo.

(Mensaje original de: Pacopi)

"La Compañía del Anillo permaneció en silencio... Frodo pensó en Bilbo, en la larga amistad que había tenid con el enano, y en la visita de Balin a la Comarca tiempo atrás. En aquel cuarto polvoriento de la montaña parecía que eso había ocurrido hacía mil años y en el otro extremo del mundo".

"Y finalmente cruzaron las lomas y tomaron el Camino del Este; y Pippin y Merry cabalgaron hacia Los Gamos; y ya empezaban a cantar de nuevo mientras se alejaban. Pero Sam tomó el camino de Delagua, y así volvió a casa por la Colina, cuando una vez más caía la tarde. Y llegó, y adentro ardía una luz amarilla; y la cena estaba pronto, y lo esperaban. Y Rosa lo recibió, y lo instaló en su sillón, y le sentó a la pequeña Elanor en las rodillas.
Sam respiró profundamente- Bueno, estoy de vuelta -dijo".