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Leandro
Leandro
Desde: 04/11/1999

#8 Respondiendo a: Anónimo

Mis disculpas

Bueno, venirme bien me viene el 11 de octubre, donde creo que estarás, yo espero estar también.
Saludos.
avyel (que prepara su espada élfica)

(Mensaje original de: avyel)

Sssshinnnk!!!

Ese es el ruido que emite mi hacha al ser afilada. Aquí te espero, Gwaihir (aunque ese no sea tu verdadero nombre, jajaja).
Bueno, bromas aparte, acabo de volver del fin de semana y me encuentro con este estupendo artículo. Hombre, la verdad es que suelo ser tolerante hasta límites desesperantes para mucha gente, y nuestro amigo alado lo sabe muy bien. A mí no me importa que la gente critique a Tolkien. De hecho, de vez en cuando me parece muy saludable y positivo. Cuando veo que a alguien no le gusta lo mismo que a mí, mi reacción inicial es la de rechazo, como creo que le sucede a todo el mundo. Pero pensándolo un poquito, no me gusta (absolutamente nada) despreciar a quien no tiene mis mismos gustos, porque a mí no me gusta que me desprecien cuando no me gusta algo que gusta a los demás (espero no estar liándoos).
Pero como dijo el genial Groucho Marx: "En este caso, haré una excepción". ¿Y por qué? La respuesta la habéis dado vosotros mismos: es perfectamente admisible una crítica formulada por alguien que entienda del tema, pero no por alguien ignorante. Y en este caso tenemos el delicioso aliciente de alguien que es ignorante a propósito. Pues el periodista, quien quiera que sea, hace gala de su completa estupidez, y encima se siente orgulloso de ella.
No menos condenable es el papel del editor y el director del periódico, a quienes con todo el respeto que unas personas tan importantes y con una responsabilidades envidiables, quiero enviar desde aquí...
¡¡Una sonora pedorreta!! ¡¡¡PRRRRRRRR!!!
Y es que, señores, su responsabilidad para con el lector de un periódico (es decir, la de informarle) ha quedado eclipsada por los comentarios chabacanos y superficiales que cualquiera (no sólo los profesionales del periodismo) puede hacer de cualquier tema. Tan estúpido es el que escribe sin saber, como el que lo publica cerrando los ojos a lo que publica, sólo abriéndolos al sensacionalismo que tanto dinero les hace recaudar. Señores, por mi parte se pueden ir todos a freir espárragos.
Eso sí, y aquí más de uno me colgará. Tampoco me agrada demasiado la postura fanática, dentro de la cual confieso englobarme (al menos parcialmente). Tan mala es una crítica ignorante como una "demasiado" aduladora. Cualquier fanático de Tolkien (y la mayoría lo somos, ¡¡y orgullosos que estamos!!) es el menos indicado para realizar una crítica del Maestro. Muchos no sabemos ver los fallos que Tolkien tenía (que los tenía), y eso es cerrar los ojos, al igual que los cierran esos periodistas ignaros de los que tanto nos quejamos.
De todas formas, ese artículo de "El País" es poco menos que imperdonable, tanto para un fanático como para un aficionado. No es la primera vez que enviaría una carta a este periódico, quejándome de la "desinformación" de uno de sus artículos, aunque sí sería la primera en relación con la obra de Tolkien. Mmmm... suena tentador.
Si decidís escribir una carta al director de este periódico en relación con este tema, permitidme que os ruegue que no lo hagáis desde la perspectiva de un fanático de Tolkien, sino con vuestro ya demostrado conocimiento en lo que a literatura se refiere. Ahí es donde realmente les dolerá.
Por cierto, que la dirección web desde la que se puede enviar una carta al director de este periódico es: http://www.elpais.es/p/d/cartas/cartas.htm. Os aconsejo leer antes el "Aviso importante" al final de dicha página.
Un saludo. ¡Y adelante!
Leandro
PD: Gwaihir, el día 11 comprobaremos si tus garras son tan fuertes como mi hacha, jajaja. Un abrazo, y encantado de conocerte.
El corazón de los hombres a menudo no es tan malo como sus actos, y rara vez tan malo como sus palabras. (J.R.R. Tolkien)