Aguada la Beleg Barcelona
Ayer por la noche, la Beleg Aderthad Barcelona celebraba el estreno de Las Dos Torres en los Cines Warner La Maquinista a las diez de la noche. Pero los dos meses de trabajo previo fueron arruinados por los responsables de un cine que no se preocupa ni de sus espectadores ni de los acuerdos que se firman con él.
Debido a algunos fallos técnicos, tuvieron que parar el proyector a media película, con lo cual cuatro salas se quedaron sin película. Más tarde, intentaron reanudarlo otras tres veces más, con el consiguiente enfado de gente que lleva esperando un año para ver esta película por primera vez. Fallos técnicos pueden suceder en cualquier cine, hasta este momento no tenemos nada en contra, con los imponderables no se puede contar. Pero lo malo viene después. Nos reubican en otras salas, sin tener en cuenta que las plazas para esas sesiones estaban ocupadas por otros espectadores, quienes, al llegar, se quedan estupefactos y comienzan a alzarse en contra de nosotros. Al final, nos dan varias opciones, reengancharnos en otra sesión de esa misma madrugada, en otra sesión de cualquier otro día o reintegrarnos el importe de las entradas. Debido a la hora, mucha gente no podía quedarse a las sesiones de ese mismo día, así que la gran mayoría tuvo que irse hastiada, con media película vista nada más, y la fiesta que se planeaba convertida en un gran enfado. Bien por los Señores de Warner La Maquinista.
Debido a algunos fallos técnicos, tuvieron que parar el proyector a media película, con lo cual cuatro salas se quedaron sin película. Más tarde, intentaron reanudarlo otras tres veces más, con el consiguiente enfado de gente que lleva esperando un año para ver esta película por primera vez. Fallos técnicos pueden suceder en cualquier cine, hasta este momento no tenemos nada en contra, con los imponderables no se puede contar. Pero lo malo viene después. Nos reubican en otras salas, sin tener en cuenta que las plazas para esas sesiones estaban ocupadas por otros espectadores, quienes, al llegar, se quedan estupefactos y comienzan a alzarse en contra de nosotros. Al final, nos dan varias opciones, reengancharnos en otra sesión de esa misma madrugada, en otra sesión de cualquier otro día o reintegrarnos el importe de las entradas. Debido a la hora, mucha gente no podía quedarse a las sesiones de ese mismo día, así que la gran mayoría tuvo que irse hastiada, con media película vista nada más, y la fiesta que se planeaba convertida en un gran enfado. Bien por los Señores de Warner La Maquinista.
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