Autor/a: NCREA.
A veces, recuerdo palabras sin sentido, a veces me vienen a la cabeza imágenes sin vida, rostros sin amparo, caras desesperadas. A veces veo el cielo, a veces veo el agua, y siento a veces, que te añoro. De vez en cuando pienso en tus flores, arrebatadas de mi mente con odio y desamor, reflexiono sobre nosotros, y no llego a nada, pues nada es el final. Mi cuerpo desea tanto tu abrazo como mi alma tu encuentro, mi ser te añora, mi paz se perturba al pensar en ti. Tú, que nos has dado honor, fuerza, sabiduría y templanza, tú que nos amas aun estando tan lejana, sin duda tú, Arda, tú, si eres grande. Por más que miro a mi alrededor, solo veo sufrimiento y dolor, no veo más que mentira y odio, solo veo que estoy lejos, demasiado lejos de un deseado regreso a un hogar perdido, en el tiempo, en la mente, en el espacio, en todos los planos en los que se puede perder algo. ¡Maldita sea Arda!, ¿por qué me alejas de mi casa?, ¿qué odias de mi tanto como para apartarme de mis hermanos y mis hermanas?
A veces te veo pasar por la calle, a veces te huelo en el aire, a veces te admiro por la terrible forma en la que nos hiciste desaparecer, sin dejar ni rastro, sin decir adiós, sin darnos una esperanza de regreso. A pesar de mis intentos de alcanzarte, a pesar de mis llantos y canciones que al aire canto, a pesar de mi tristeza, cada vez, te alejas más, cada vez que te veo eres mas pequeña, cada vez que te escucho es más difícil entender tus bellos sonidos. Quién soy yo, Arda, si tú me abandonas, no soy más que un pedazo de carne, dejado de la mano de Eru, en un lugar perdido del universo, en un lugar desconocido, ajeno a mis pensamientos y todo yo. Mi alma, te añora, mi cuerpo te añora, te añoro Arda, añoro tu dulce abrazo en la hierba de las dulces praderas de Rohan, añoro tu olor en las claras aguas de Beleriand, añoro tu belleza en los puertos de Alqualônde, añoro a tus hijos, mis hermanos. Hoy, me acerco a ti por medio de palabras, me aproximo a tu mirada con lo que no es mas que una vana invención de un ser con vida, parece estúpido que sea así, pero he olvidado toda forma de amor al estar tan lejos de ti. El amor se esconde en mis adentros, esperando reventar en un día, con forma de ira contenida, una ira que día a día me hace más daño, una ira que si tú me guiaras hasta mi hogar, desaparecería. Mi vida, ¿qué es mi vida sino un sinfín de actuaciones en busca de una verdad?, ¿para qué esa verdad?, acaso me va a llevar hasta ti, no, desgraciadamente ya estás demasiado lejos, y yo demasiado ciego como para verte a millas de distancia. La vida, ese gran misterio, esa gran puñetera que nos ata sin compasión a placeres no deseados, y a dolores repudiados. La vida, esa gran desconocida que es tan poco amada por mí, como lo es mi retiro de tu cercanía. E aquí Arda, a un tonto y minúsculo iluso, que en vacíos intentos de gritar, se queda en susurro que se lleva el viento. Mal final sólo puede llegar tras tal vida de misterio y ahogo, pero sin ti, Arda, no soy nada, nada más que un infeliz grano de arena, perdido en un desierto interminable.
NCREA.
Por amor a Arda y todos los que la añoran como yo.