La Conversación
Ascaréwen nos vuelve a sorprender con un relato corto escrito en forma de diálogo pero en el que solo sabemos de las intervenciones de un interlocutor.
Estaba viéndote caminar, tu silueta recortada en la luz del sol,...tienes mejor semblante hoy que cuando llegaste, tus mejillas se tiñen de rosa, eso es buena señal, la sangre fluye por tus venas, vigorosa, joven, nueva, con el fulgor de tus pocos años; hay oxigeno aquí, las praderas verdes nos alimentan generosamente.
Te veo día a día realizar las labores que te corresponde, y creo que tienes los ojos muy alegres, pues es como si estuvieras reprimiendo una canción que sube desde tu pecho a tu boca.
Estás sorprendida? O quizá no confías mucho en una anciana mujer que nunca antes habías visto, o quizá te maravilla que te vaya descifrando lo que sientes en estos momentos; pero que no se turbe vuestro ánimo, pues así, con este rostro surcado por el tiempo, con las manos encallecidas y temblorosas, con este cuerpo lento y flojo, así con estos ojos apagados y mi voz que es ya imprecisa, así como me ves ahora, ¡yo también he vivido!.
¡¿Piensas que no te he visto observándolo desde que llegaste casi desfallecida en su brioso corcel, herida en el cuerpo y también quizá en el alma; "esta guerra nos está matando" dijiste una vez, pero ya no pensabas en tus padres ni en tus hermanos...sólo tenías ojos para él, te vas abandonando dulcemente, y ya sólo vives para verlo, sólo respiras si le hablas, sólo sientes si te sonríe.
Una sonrisa tan maravillosa como el sol entre las imponentes colinas de Dorthonion en primavera, un cabello dorado ondeando orgulloso al viento...y sus ojos...¡sus ojos, que fue lo primero que viste después del horror, te transportan fuera de tu tiempo, te llevan lejos a las tierras imperecederas que sólo un mortal ha visto y que ningún otro contemplará jamás.
Pero he aquí que miras a esta vieja desconocida y frunces el seño, no te aflijas, yo también soy mortal, soy alguien de tu raza, te puedo entender.
¡Pero escucha!, aún hay quien me tiene por sabia, ¡Apártate, vete lejos! arranca ilusiones y quimeras de tu mente, renuncia a su mirada y a su cálida voz, ¡Y vuelve a tu pueblo!...¡Y olvida, sobre todo olvida! Olvida a los eldar. El fuego que despliegan es cálido y dulce, pero su fin es abrasador y te consume...
¡Qué!¿Estás ofendida?...deseas irte, en unos años recordarás lo que te digo ahora...¡¿Acaso no he tenido yo un cabello negro y brillante como el tuyo?!¡Mis manos también eran de seda! Y mis ojos no tenían dolor; mi mente era ágil y mis decisiones temerarias, pero temí demasiado tarde...mi corazón perdió el camino de regreso...
¡No llores!¡No te desesperes! no nos corresponde caminar con los Eldar , sus continente es pausado, sus años innumerables, todos esos bellos ojos miran siempre hacia un mismo lugar.
¡Que morirás si no lo ves!¡Morirás de todas formas!...pero él seguirá radiante, inasible, inquebrantable por la oleada del tiempo. Aleja el dolor y el sentimiento y sólo observa el objetivo de su mirada, traspasa todo, no se detiene en ti, o en mí, o en cosa alguna en Arda; miran al infinito, a su ideal, a su temor...
Eres joven, vete y busca tu lugar...¡Qué!¿Ya te vas?, te secas los ojos con rabia, seguramente lamentas haberme escuchado, piensas que estoy loca...talvez enloquecí un poco, o quizá tienes tu propia locura.
¡No importa , volverás! Lo veo en tu semblante, en tus labios temblorosos, en tu andar inseguro...búscame y podremos hablar...¡muchacha!, ¡muchacha!, ¡no sabes aún mi nombre...pregunta por Andreth...por Andreth...por An...!




Me imagino que pueden estar de acuerdo con lo escrito o no, de ser así háganmelo saber a: ascarewen@hotmail.com.