Terra, la Doncella
Breve relato fantástico en el cual se nos narra el hado de Terra, la Doncella.

                 TERRA, LA DONCELLA


Allá iba dando brincos, de piedra en piedra, cual abeja de flor en flor, cual  conejo de col en col, comparable en belleza al canto de un ruiseñor. Y saltaba con la gracia de un cervatillo, con la intención de cruzar el río. Y su sola vista encima de las aguas, hacían de éstas puras y cristalinas, como las de un arroyo. Así era Terra, hermosa de cuerpo y mente, bella entre las bellas de su pueblo, linda en la juventud de la humanidad. De oscuros y ojos y cabellos negros; su rostro....   denotada inocencia; su sonrisa....  como de mil flores abiertas en primavera. Vestía de blanco y sin mácula y se dirigía al pueblo. Éste entre bosques de rama seca, pues era otoño y los árboles ofrendaban sus plegarias al viento.
Así  llega Terra, con el pelo recogido con cinta y con jarro de agua que llenó del río. Y todos en el pueblo la saludan porque la quieren bien y todo son palabras de  cortesía y amabilidad melosa. Pero también suscita miradas de deseo que no percibe, pues desconoce el mal que arraiga en e corazón de algunos hombres. Y hay uno, en ese pueblo de robustos leñadores, que la desea en demasía y la quiere para sí.
Irvin el desdichado, en varias ocasiones la había abordado, pero siempre con el mismo resultado, decepciones para casa y odio acumulado.
Pero a Terra le gustaba un muchacho del pueblo cercano, pícaro y un poco mentiroso, mas de buen corazón. Locke era su nombre y estaba loco por ella. Aunque este chico no acostumbraba a decirle cosas bonitas, y ella gustaba de tales minucias; y si se las decía porque la situación lo requería, Terra dudaba de su veracidad y desconfiaba de él, ya que en dichas ocasiones una sonrisa lobuna atravesaba de oreja a oreja transversalmente la cara de Locke.
Y cuanto más intentaba Locke conquistarla por esos medios, más se alejaba ella, pues tiene fama entre las muchachas del pueblo.



II

El  otoño acaba y empieza la primavera, los pájaros trinan, las ranas croan y las vacas rumian, todos felices y henchidos de esperanzas. Las festividades de la cosecha comienzan, y todos se reúnen en el pueblo de Locke por la noche, para reír, cantar y bailar. Y vienen bardos y trovadores de otras comarcas y a cada cual mejor entonando un lay acompañado por flautas; de héroes que lucharon contra el Rey Oscuro, sentado en su trono negro; de batallas ganadas, de amores perdidos; narran y narran para deleite del público.
Terra hace mucho que no ve a Locke y éste bebe mucho y dice tonterías para impresionarla. Pero ella no le presta atención, pues solo tiene ojos para los caballeros del rey Lot, que acuden desde lejos a despojar doncellas.
Embelesa a Terra uno que parece gallardo y arrogante; de buen porte y con arrojo y  habla a las mil maravillas, y a todas complace y a todas dice cosas bonitas. Con lengua de serpiente embaucaría a las mismísimas walkirias.
Con capa negra y lóriga viste, grebas de piel y  botas de cuero calza. Y se desprende del guantelete, cuando a Terra el turno le llega, y toma su mano y besa, tal galantería su corazón calienta.
De entre todas las damas en Terra se fija, y ella lo nota: Pero también Locke, que corta con las insinuaciones que hace a la que es dulce como la miel y bella _ ¡Oye! Vete a buscar jarana a otra parte, ¡qué parcas y arpías a tus pies rendirías!_ dice entre balbuceos; ya odres de vino le hacen efecto y se calienta la sangre y la cabeza, y con la cara enrojecida acomete contra el gallardón, y aunque es fuerte, mas no corpulento, éste de un empujón lo tira al suelo. Pero ya se monta y los amigos de Locke arremeten contra los caballeros; y hay sangre, puños y dientes rotos; y sillas surcan el aire; y mesas soportan el peso de unos y otros.
Terra avergonzada con la actitud de Locke abandona la fiesta. Y sola a media noche se adentra en la floresta. Pero uno se da cuenta, para desgracia, de su huida; pues ojos rencorosos la espían y la siguen amparados en la oscuridad de la noche.
Mas Terra nota su presencia, y el se escuda ora detrás de abedul ora detrás de un nogal o bien detrás de un pino  de los múltiples que pueblan la región.
Pero ahora asustada acelera el paso hasta convertirlo en carrera, y ciega en la oscuridad tropieza. Se ha roto un tobillo, empero continua con destreza, hasta que cansada se derrumba y espera el amargo final. Su corazón palpita cuando de entre las matas surge una figura, y ella que asustada estaba suspira en alivio _ Menos mal Irvin, que el terror por un momento me has inspirado, pero ven  y ayúdame que por tu culpa yazco en el suelo con el pie estropeado._ Y aunque inocente, Terra pudo vislumbrar la malicia en sus ojos, y un miedo que todo lo puede la paraliza cuando el malvado se arroja encima suya con intenciones inequívocas.
Mas no se asusten lectores, que no llegó a cometer tan atrocitas solaz, ya que en el momento en que con muesca aviesa se dispone a ultrajar a tan humilde mozuela, una mano en el hombro a Irvin desconcierta. Y lo que sigue es una marabunta de pies manos retozando entre hierba espino y maleza. Y un brazo rodea un cuello, y el miembro libre tira del cabello, suena un chasquido y a Irvin rompiósele el pescuezo.
Y el salvador no es otro que el audaz gallardón, que de la pelea al verla huir, escapó.
Y es el ideal perfecto, todo lo que busca en hombre, su sueño hecho realidad. Sensible, atento, comprensivo, valiente y demás epítetos. Y enamórala rápido, con dulces palabras que harían  dudar en época actual de su naturaleza sexual. Pero no se engañen, mi público expectante, pues solo era mascara de pura falsedad. Él mucho empeño puso para robar su doncellez, el tesoro mas preciado, la flor del edén. Y lo consiguió, y ya no hubo en su boca palabras con miel. Y ella se decepcionó y él se fue. Quedó mustia como una rosa arrancada antes de tiempo de un tupido jardín.
Gran daño provocó Gallardón en ella. Y aun así Terra fue a buscarle al castillo de Lot y se enteró de que iba a casarse con la princesa Miriel, de belleza sin parangón. Tan hermosa era que rivalizaba con el sol, pues producía ceguera a aquel que en ella ojos pusiera.

Y pidió audiencia con el rey, para impedir el casamiento, mas Gallardón  dijo  no tener conocimiento y que solo ahora sabía de su existencia. Y ella reprendiole alegando que en su vientre existía un ser viviente, fruto del amor. No obstante el se casó y al cabo partió a la guerra, pues el Rey Oscuro, que vive en el norte, atacó. Y mandó legiones tenebrosas a conquistar el mundo. Y las  huestes del rey Lot lucharon por la salvación.
Terra volvió  triste a su pueblo, enmudecida por la pena y con un hijo en sus entrañas. Allí se enteró de que Locke se marcho al desaparecer ella, pues el mayor mal que hozo Terra fue darle su amor a Gallardón. Y se sintió más desolada aún.
Y con el tiempo dio a luz aun niño al que llamaremos Gallardín. Pero no fue de gran consuelo, ya que todo su amor se fue con Gallardón, y decidió en su estupidez de mujer recuperarlo. Dejo el retoño al cuidado de sus padres y partió al norte en busca de noticias de su amado. Y vagó por aldeas y pueblos sin fortuna, hasta que desesperada encontró un nuevo amor.
Y éste era el ideal  que no era ideal y que era real y se llamaba Solopiensoenti. Y muchas muchachas sueñan con encontrar  a un tipo así, pues en verdad era muy atento, muy sensible, muy comprensible, muy así... ¿sabéis? En época actual se le consideraría afeminado, pero creedme, este personaje solo sueña con mujeres, bellas o feas.
Y se casó. Mas con el tiempo se arrepintió, pues un ideal al hacerse realidad no es como cabe esperar. Y terminó odiando tanta mesura y ternura con tesón hasta provocarle nauseas.
Y como su marido hacia lo que se le mandase, se pusieron en camino en busca de nuevas tierras, lejos de la guerra que se libraba en el norte.
Y por coincidencia llegaron a una aldea en la que Locke con moza de partido se encontraba. Y ésta no era mejor que ella, pero cuidaba de Locke con resuello.
Y el encuentro dichoso y Terra lloraba, porque aun sentía  algo por Locke. Y no le dijo que estaba casada; y a Solopiensoenti lo despidió diciendo que se marchara y no volviera, y él todo comprensivo le dio la razón y felicidades le deseo. Y se marchó llorando cual niño que se siente desgraciado.
Ahora tenía que disputarse a Locke con la otra moza, pero lo tenía fácil,  ya que él siempre la había amado, igual ahora que antaño. Y fueron dos los corazones rotos que dejaron atrás esta nueva pareja,  pues la nueva moza se dio cuenta de que lo había perdido y aunque no la abandonase, pues una promesa es una promesa, ella en un día de nubes grises y negras se quitó la vida.
Y Locke la lloró porqué la quería a su manera. Pero la felicidad volvió de la mano de Terra. Y en verdad la amaba con locura, pero no lo esteriorizaba, y ella de él siempre dudaba, pues un te quiero a tiempo soluciona problemas.
Y así fue que otra vez se puso Terra mustia de tristeza. Y la guerra se había extendido hasta ese recóndito lugar y las legiones negras allí llevaron crueldad inusitada.
Y de la batalla llegaron los hombres de Lot acosados por el enemigo, ¿y que me decís, mis queridos lectores?, aquí llegó  Gallardón, convertido en una sombra de lo que fuera otrora, y a Terra le dio un vuelco al corazón, pues le quiso mucho y aunque no lo supiera, solo creyó amarlo. Y le cerro las puertas de su corazón. Mas  él  experto en llaves supo abrirla.
Sin embargo Locke no estaba dispuesto a perderla, y reto en duelo a muerte a Gallardón, y Terra no sabía quien quería que del lance saliese victorioso y viviría.
Locke lucía cota de mallas y yelmo dorado que pertenecieron al padre de la moza ahora sin vida. Y Terra nunca lo había visto así, pues su imagen era gloriosa, y su esplendor radiante y su espada refulgía con los rayos del sol. Y  lo vio apuesto y gallardo. Pero aún se debatía en a cual de los dos prefería.
Y el lance comenzó y aunque Locke era fuerte y diestro, Gallardón era experto y aguerrido y pronto lo dio por tierra. Y cuando Gallardón  se disponía a despojarle de vida, Terra se le lanzó al brazo y rezó por su vida; mas éste la hizo a un lado, y en ese mismo instante, en hora aciaga para Locke, llegaron a la aldea los guerreros de armadura negra. Y hubo muerte tanto de hombres, como de mujeres y niños. Y Gallardón huyó y Locke también lo habría hecho de no ser porque a Terra la atraparon los de mano negra.
Y Terra gritaba el nombre de Gallardón, pero éste se había ido y fuego y muerte campaban por la aldea.
La cogieron entre cuatro, agarráronle de pies y manos; y uno se despojó de armadura dispuesto a ultrajarla. Pero  como surgido de la nada Locke asesto un mandoble  que partió el almete en dos, llegando la hoja hasta los dientes; a otro le corto el brazo a la altura del hombro y color carmesí brilló al sol.
Y dio muerte a los cuatro, pero pronto se vio superado por una multitud de enemigos crecientes y recibió allí muerte cruel.
Y Terra fue violada, pero ya no le importo, porque comprendió tarde que Locke la amaba. Y  no la mataron sino que la dejaron allí desamparada; y para colmo de su desgracia apareció Gallardón que quería su porción y ella se negó y por él también fue violada.
¿Pero como pudo poner en duda el amor de Locke y preferir a Gallardón? Y  allí se quedó largo tiempo llorando a su  amado. Tarde se dio cuenta de que su verdadero amor, el amor de su vida.
Y lo lloró, y ya no le importaban sus desgracias, solo Locke. Pero quizá  le estuviese merecido por amar a un hombre malvado, por abandonar a su hijo, por jugar con un hombre bueno (Solopiensoenti), y por desdeñar el amor verdadero. Quizá la culpa de todo la tuviera haber nacido mujer, quizá........
Y ahora llorad y apiadaos de ella, porque en verdad destino cruel era el hado que dios le había dado........