¿Cómo era Smaug?
"Allí yacía, un enorme dragón aureorojizo, que dormía profundamente; de las fauces y narices le salía un ronquido, e hilachas de humo, pero los fuegos eran apenas unas brasas llameantes. Debajo del cuerpo y las patas y la larga cola enroscada, y todo alrededor, extendiéndose lejos por los suelos invisibles, había incontables pilas de preciosos objetos, oro labrado y sin labrar, gemas y joyas, y plata que la luz teñía de rojo. Smaug yacía, con las alas plegadas como un inmenso murciélago, medio vuelto de costado, de modo que el hobbit alcanzaba a verle la parte inferior, y el vientre largo y pálido incrustado con gemas y fragmentos de oro de tanto estar acostado en ese lecho valioso."
(El Hobbit, "En el umbral")
Smaug, otro de los "famosos" dragones alados de Tolkien, es uno de los personajes con los que nos encontramos en El Hobbit, el guardián del tesoro al que se enfrentan Bilbo y sus compañeros Enanos. Según se puede leer en el fragmento citado, Smaug era de color dorado-rojizo, algo similar, seguramente, al color de Glaurung, era capaz de expulsar fuego por sus fauces, y, al igual que vimos que ocurría con el gran gusano, le gustaba dormir con la cola enroscada sobre un tesoro.
Al hablarnos de Smaug en El Hobbit, Tolkien nos aporta algunos datos más respecto a los dragones, como, por ejemplo, que éstos tienen un gran sentido del olfato, y que son capaces de dormir con un ojo entornado, por lo que es difícil sorprenderlos aún cuando supuestamente están descansando:
"Había olvidado el sentido del olfato de los dragones, o quizá nadie se lo había dicho antes. Un detalle que también conviene tener en cuenta es que pueden dormir con un ojo entornado, si tiene algún recelo."
(El Hobbit, "Información secreta")
Otro dato que tal vez pueda resultarnos de interés, y que se nos aporta en El Hobbit, es que los dragones se criaban en una zona concreta, en el Brezal Marchito (o Brezal Seco, una región en las vertiente oriental de las Ered Mithrin, al norte de Erebor), según podemos averiguar a través de las palabras que pronuncia Thorin mientras observan el mapa hecho por Thrór sobre la Montaña donde se encuentra el tesoro guardado por el dragón:
"Recuerdo la Montaña muy bien, así como las tierras que hay por allí. Y sé dónde está el Bosque Negro, y el Brezal Marchito, donde se crían los grandes dragones."
(El Hobbit, "Una tertulia inesperada")
Un poco más adelante, en ese mismo capítulo, en el relato que Thorin Escudo de Roble hace acerca de la llegada de Smaug a la Montaña, podemos encontrar varios datos más de interés acerca de Smaug y los dragones en general:
"Por aquellos días había muchos dragones en el Norte, y es posible que el oro empezara a escasear allá arriba, con enanos que huían al Sur o eran asesinados, y la devastación general y la destrucción que los dragones provocaban y que iba en aumento. Había un gusano que era muy ambicioso, fuerte y malvado, llamado Smaug. Un día echó a volar y llegó al Sur. Lo primero que oímos fue un ruido como de un huracán que venía del norte, y los pinos en la Montaña crujían y rechinaban con el viento. Algunos de los enanos que en ese momento estábamos fuera (...), bien, vimos desde bastante lejos al dragón que se posaba en nuestra montaña en un remolino de fuego. Luego bajó por las laderas, y los bosques empezaron a arder. Ya para entonces todas las campanas repicaban en Valle y los guerreros se armaban. Los enanos salieron corriendo por la puerta grande; pero allí estaba el dragón esperándolos. Nadie escapó por ese lado. El río se transformó en vapor y una niebla cayó sobre ellos y acabó con la mayoría de los guerreros: la triste historia de siempre, sólo que en aquellos días era demasiado común. Luego retrocedió, arrastrándose a través de la Puerta Principal, y destrozó todos los salones, aceras, túneles, callejuelas, bodegas, mansiones y pasadizos. Después de eso no quedó enano vivo dentro, y el dragón se apoderó de todas las riquezas. Quizá, pues es costumbre entre los dragones, haya apilado todo en un gran montón muy adentro y duerma sobre el tesoro utilizándolo como cama. Más tarde empezó a salir de vez en cuando arrastrándose por la puerta grande y llegaba a Valle de noche, y se llevaba gente, especialmente doncellas, para comerlas en la cueva, hasta que Valle quedó arruinada y toda la gente murió o huyó. Lo que pasa allí ahora no lo sé con certeza, pero no creo que nadie viva hoy entre la Montaña y la orilla opuesta del Lago Largo."
(El Hobbit, "Una tertulia inesperada")
Por un lado, según relata Thorin, podemos saber que en el norte hubo una época en la que había muchos dragones, que estaban provocando una gran devastación. Según este relato, uno de ellos, Smaug, llegó a la zona de la Montaña acompañado de un ruido atronador y arrojando fuego, quemando lo que encontraba a su paso, lo que, hasta cierto punto nos puede parecer similar a lo que Tolkien describirá respecto a la aparición de Ancalagon y los demás dragones alados en la Guerra de la Cólera.
Por otro lado, y según este mismo texto, sabemos que los dragones, aparte de destruir y quemar todo lo que se encuentran a su paso, tienen unos repulsivos hábitos alimenticios: además de comerse a los poneys de Bilbo y compañía, se alimentan de gente, incluyendo a doncellas (algo, por otra parte, muy típico en las leyendas populares), que se llevan a las cuevas. Esto lo podemos ver confirmado, además, en este otro fragmento:
"Cinco pies de altura y tres pasan con holgura, dicen las runas, pero Smaug no podría arrastrarse por un agujero de ese tamaño, ni siquiera cuando era un dragón joven, y menos después de haber devorado tantos enanos y hombres de Valle."
(El Hobbit, "Una tertulia inesperada")
Por último, en El Hobbit se nos confirma que los dragones tienen un punto débil, tal y como pudimos ver con Glaurung:
"-Siempre entendí -dijo Bilbo en un asustado chillido- que los dragones son más blandos por debajo, especialmente en esa región del... pecho; pero sin duda alguien tan fortificado ya lo habrá tenido en cuenta."
(El Hobbit, "Información secreta")
Como hemos podido leer acerca de Glaurung, Túrin le infligió heridas graves al gran gusano clavándole la espada en el vientre. Pero Smaug había tomado una precaución al respecto, tenía el pecho acorazado con las gemas del tesoro:
"-Tu información es anticuada -espetó-. Estoy acorazado por arriba y por abajo con escamas de hierro y gemas duras. Ninguna hoja puede penetrarme."
(El Hobbit, "Información secreta")
Sin embargo, Bilbo pudo observar que Smaug, tenía un hueco sin cubrir de gemas, que es por donde finalmente consiguen acabar con el dragón, gracias a una flecha certera de Bardo:
"El dragón descendió de nuevo, más bajo que nunca, y cuando volvió y se precipitaba sobre Bardo, el vientre blanco resplandeció, con fuegos chispeantes de gemas a la luz de la luna. Pero no en un punto. El gran arco chasqueó. La flecha negra voló directa desde la cuerda, directa al hueco del pecho izquierdo, donde nacía la pata delantera extendida ahora. En ese hueco se hundió la flecha, y allí desapareció, punta, astil y pluma, tan fiero había sido el tiro. Con un chillido que ensordeció a hombres, derribó árboles y desmenuzó piedras, Smaug saltó disparado en el aire, y se precipitó a tierra desde las alturas. Cayó estrellándose en medio de la ciudad. Los últimos movimientos de agonía lo redujeron a chispas y resplandores. El lago rugió. Un vapor inmenso se elevó, blanco en la repentina oscuridad bajo la luna. Hubo un siseo y un borboteante remolino, y luego silencio. Y ese fue el fin de Smaug y de Esgaroth, pero no de Bardo."
(El Hobbit, "Fuego y agua")
© Las FAQ de ElFenómeno, 2003