La última carga de los Rohirrim
¡¡Gloria a los valientes en la hora final,
honremos su memoria cantando la gesta,
perviva su hazaña cuando les vayamos a enterrar,
convirtamos nuestro dolor en un día de fiesta !!
Muchas tierras crucé y recorrí cientos de millas
cuando oí hablar de una historia grande de verdad
aquella que hablaba de los que lucharon en Cuernavilla
al último de los cuales supe se daría regio funeral
Y los valientes seguían avanzando...
El aire traía un coro de extrañas voces de fondo
audible a medida que a Edoras me acercaba
mas deciros puedo que nada me impresionó mas hondo
que la gran hoguera en mitad de la plaza
donde las gentes allí reunidas en rondo
esta trova de sus mayores así cantaba:
En la fortaleza del Abismo de Helm
todo un Pueblo se resiste a morir
el agresor es quien menos pudieron creer
y por ello la traición no vieron venir
Padres, hijos, hermanos y amigos, unidos en un cantar
jóvenes temerosos, ancianos decididos, no importa la edad
mientras tengan firmeza bastante para empuñar
espada, cinto, caballo, orgullo y lealtad
Y los valientes seguían avanzando...
Sanguinarias olas en un océano de maldad
rompen contra las murallas amenazando inundar
el fango que bajo la lluvia hace más penoso batallar
a sabiendas que el enemigo no tendrá para ellos piedad
Incontenibles como un furioso oleaje
batido por un huracán
las hordas de uruks y hombres salvajes
a refugiarse en la ciudadela obligan al Rey Théoden ordenar
Sin salida y enjaulados
los arietes golpean el portal
buenos hombres y mejores soldados
sin remedio comienzan a desesperar
Y los valientes seguían avanzando...
Mientras tanto en la penumbra de una esquina
dos líderes meditan qué será de su Pueblo
en sus manos los hombres han puesto la vida
¡es entonces cuando sus voces se alzan sobre los lamentos!
El crepúsculo de la noche da paso al púrpura albor
y el juramento de dos reyes con sangre eterna se ha sellado
"¡Elevemos los corazones y muramos con honor,
que se recuerde este sacrificio como jamás se ha contado
y hagamos temblar a los asesinos en esta su aurora de dolor!"
Y los valientes seguían avanzando...
En el cenit de la tormenta
un trueno de cascos la marea resquebraja
es el preludio de un devenir que aumenta
a cada paso de montura, a cada relincho de quijada
Brillos de hoja reclaman venganza
cinchas prietas que al corcel arrea
manos recias que sacian de ira las lanzas
odio pervertido que a los jinetes no refrena
Y los valientes seguían avanzando...
Nada detenía la carga de los Eorlingas
cabellos al viento, sin yelmos ni estandartes
penetrando hasta el interior de las filas corrompidas
que cerrábanse en contención a su paso, mas no obstante...
... los valientes seguían avanzando...
¡Loa a los bravos Rohirrim y su negativa a aceptar
que no hay esperanza ni para los desesperanzados!
tengan justa recompensa estos dioses del cabalgar
a la vera de los mejores de sus antepasados
Y los valientes seguían avanzando...
Y los valientes seguían avanzando
hacia su destino mortal
mientras el candor encarnado
traía la fuerza del poderoso Erkenbrand
y juntos todos, fuertes y valientes,
en una caballería triunfal
permitieron que una estrellada noche
en torno a una pira ritual
los hijos y nietos de aquellos guerreros
pudieran con alegría expresar
agradecimiento a quienes su sangre vertieron
en una épica carga final
¡¡Gloria por siempre a los valientes, Oh si, gloria sin par,
bendición para los que nunca dejaron de avanzar!!
Y creedme cuando os digo
que mientras me alejaba con los primeros rayos
todo lo hubiera dado
por cabalgar a la diestra de Elessar, gran Soberano
y desenvainar mi espada junto a la suya, Andúril
igual que en un despuntar de antaño,
al alba, ¡¡en la última carga de los Rohirrim!!