Como todos saben, al finalizar la guerra del anillo, por medio de su destrucción, Legolas fundó la última ciudad de elfos de Tierra Media en Gondor y se estableció allí. Tiempo después, Gandalf fue a visitarlo y le dijo que debía partir con su gente hacia el oeste. Entonces nuestro héroe se dirige a los puertos, toma la embarcación y se va hacia Aman. Esto suena perfectamente lógico para cualquiera que no conozca a Legolas, pero sabiendo que un elfo tan hábil, valiente y guapo (je je) no puede sonarnos lógico que él acabe así, con un final tan sencillo, sin ofender al maestro por supuesto.
He aquí lo que pasó con Legolas, según mi punto de vista:
Luego de haber luchado valientemente en la guerra de Gondor, y sin despeinarse siquiera, se despidió de Aragorn y del resto de la comunidad, menos de Gimli, con quien se fue a visitar primero el bosque de Farngorn, como se lo prometió a Bárbol, y luego fueron a ver la maravillosa estructura del abismo de Helm, tal y como habían quedado con Gimli.
Luego de haber realizado tamaña excursión, deciden ir a la casa de Legolas, el bosque negro, y allí Legolas recibe órdenes de que debe fundar una ciudad de elfos. Legolas pide a uno de sus tantos miles de hermanos (los miles de Legolas je je) que funde la ciudad por él, mientras él se va con Gimli de excursión por Tierra Media, que ahora al fin estaba en paz.
En éste punto de la historia, se puede apreciar que el súper hermano de Legolas fue el que en verdad fundó la ciudad élfica en Gondor, y fue él quien partió hacia Aman con su pueblo. Muchos de ustedes dirán: No pudo pasar eso, porque Gandalf hubiese reconocido al Legolas impostor!. Pues no. Recordemos que Gandalf ya contaba con sus mil y pico de años, y que TODOS los elfos del bosque negro son MUY parecidos entre sí. Ojo, no digo que sean idénticos a Legolas, pero cualquier anciano se confunde entre dos rubios con trenzas vestidos de verde, por muy ainur que sea.
Retomando a Legolas y Gimli, ellos viajaron por toda tierra media, en busca de aventuras. Pero dado que era un tiempo de paz, no encontraron ningún peligro que afrontar. Para esto, Gimli ya se había encontrado con una enana muy simpática, y decidió quedarse en el camino con ella, para luego desviarse hacia el abismo. Legolas comenzó a añorar viejos tiempos, y en su soledad se le ocurrió visitar a Galadriel. A llegar a Lothlorién, se encontró que éste estaba desierto, y que toda su magia había partido también hacia las tierras del Oeste. Entonces decide ir hacia Gondor, en busca de Aragorn. Al llegar a tierra gondoriana, visitó a su antiguo compañero de batalla. Fue recibido majestuosamente, y por el mismo Aragorn en persona. Aquí se enteró, por medio de Arwën que él y ella eran los único elfos que quedaban en la Tierra Media, y que para ellos ya no había manera de ir allá. Entonces Legolas, afligido y solo, decide irse a vagar por toda la ciudad. En esto, ve una sombra cruzar por el bosque real. Ágil y de veloz vista, sigue silenciosamente a la misteriosa figura. Prepara su arco y flecha, y apunta hacia la extraña figura. De repente, la figura se para en seco, y sacando su dardo lo lanza contra Legolas. Éste evita el arma, y se lanza sobre la malvada figura para, con sorpresa, descubrir que se trata de una maia, o una mensajera de los Valar.
La maia, también muy ágilmente, logra escabullirse y apunta a Legolas con su espada. Se da una discusión de unos minutos, pues se acusan el uno al otro de ser servidores oscuros. Finalmente, aclarada la situación, se presentan el uno al otro. La muchacha dice llamarse Aiwë. Conversan por un momento, y de improviso, Legolas le corta un mechón de pelo y le dice: Nai sílë findelyo caluva tienyanna oialë. (Ojalá el brillo de tu cabello ilumine siempre mi camino)
De ésta manera, quedan al descubierto los sentimientos de Legolas hacia la muchacha. Desde entonces, ambos se encontraban siempre en el bosque de Gondor, y poco a poco Legolas fue conquistando a la joven Maia. Y es que Legolas no la quería solo porque ella era bonita, sino porque además era valiente, intrépida y muy tierna.
Tres meses pasaron, y al crepúsculo del tercer mes, Aiwë le dijo a Legolas: Nai cala hendelyato laituva i hendenyat. (Ojalá que la luz de tus ojos bendiga los míos).
Así, el amor del elfo y la maia quedó sellado. Poco después se casaron, y vivieron para el resto de la eternidad en el bosque donde una vez se conocieron.
En consecuencia, todos los descendientes posteriores de los Gondorianos (y aceptando que la Tierra Media fue modificada y se transformó en nuestro planeta) descienden de elfos, ya sea por Arwën o por Legolas, lo cual significa que todos y cada uno de nosotros llevamos en la sangre al menos una gota de lo que una vez fue sangre de los criaturas más hermosas que cruzaron por la Tierra.