El Señor de los Pocillos
Parodia basada en El Señor de los Anillos enviada por Macarena Flores

Tres pocillos para los Reyes Felfos bajo el cielo
Siete para los Señores Menganos en mansiones de algarrobo
Nueve para nueve Hombres Mortales, los mejores amigos del Señor Oscuro,
que cuando no tienen nada que hacer van a embriagarse
a la primer posada que encuentren;

Uno para el Señor Oscuro, adicto a la cafeína,
sobre el trono oscuro, frente a una mesita de té,
en las tierras de Congor donde se extienden las sombras.

Un Pocillo para gobernarlos a todos,
un pocillo para encontrarlos,
un pocillo para atraerlos a todos
y atarlos en las tinieblas,
en las tierras de Congor
donde se extienden las sombras
y se fabrica el té.

En las tierras de Congor, en los Montes del Herrero, un pocillo fue forjado en secreto por el Señor Oscuro, Melón; un pocillo que dominaba a todos los otros y tenía voluntad propia. Melón cubrió toda la Tierra 1,3445/3 de oscuridad, algo envidioso del éxito que tenían los felfos con sus chocolates felfort y unto con los hombres éstos decidieron atacarlo, mediante un ataque (NdA: obvio!) que se denominó la Guerra de la Ultima Alianza, en la que Melón perdió el pocillo Único, que pasó a manos de Isilmut y lo traicionó, que pasó a manos de Déagol y lo traicionó, que pasó a manos de Sméagol , y no lo traicionó; pero la criatura más absurda se lo robó: Bulbo Panzón de la Cocarca del Oeste, que estaba allí por una oferta turística.

Sméagol, también llamado Gofun, que en esos momentos estaba tejiendo medias color verdes en una isla en el medio del lago, escuchó los pasos del chongitt y fue rapidísimo a su encuentro, en su pequeño bote. Bulbo buscó una salida con la vista, pero al no encontrarla se sentó en la orilla, y comenzó a cantar ‘tú, y yo, vivamos el momento’. Bulbo se metió el pocillo en su bolsillo pero Gofun alcanzó a ver el asa, en la que había puesto ‘tacita de Gofun’.

- Gofun: ¿Qué harás, mi tessoro?
- Bulbo: ah?

El chongitt se acomodó el pocillo en su bolsillo, porque se le estaba cayendo.

- Gofun: Sssssssssss...¿Y ese pocillo?
- Bulbo: Es mío. ¿Dónde está la salida? Digo, no, si te pinta, que me ayudés a encontrarla. Tengo que ver la novela. Soy Bulbo Panzón. 
- Gofun: Te ayudo, aajjjjjjjjjjjsssss, si me das lo que tengas en el bolsillo. Si me das la tacita ajjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjsfffffffffffffffffsssssssssssssssssss.
- Bulbo: Bueno. Primero mostrame la salida.
- Gofun: Dame ese pocillo.
- Bulbo: Mostrame la salida.
- Gofun: Dame ese pocillo.
- Bulbo: Mostrame la salida.
- Gofun: Dame ese pocillo.
- Bulbo: ¡Uy, qué denso!

Y, dicho esto, le dio a Gofun en la cabeza con el pocillo,(no lo desmayó, solo lo mareó) y divisando una salida le robó el bote y escapó hacia la otra orilla.

- Gofun: panzón, te odiaré siempre, maldito $%&#$ y la $%&#&% de la &%$#&%$ que $%&#$!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Y, luego de una buena sarta de maldiciones y alusiones a la madre, la hermana y otros parientes del chongitt por parte de Gofun, Bulbo escapó.



LIBRO I

LA COMUNIDAD DEL POCILLO

Pasemos ahora a Frogo, sobrino de Bulbo, que leía tranquilo a la sombra de un árbol un libro sobre Bob Marley, su cantante favorito, cuando a lo lejos escucha el canto de un viejo y el ruido de una carreta acercándose.

El viejo era Gandolfi, un famoso mago que solía comprarse fuegos artificiales para hacer facha en todas las fiestas a las que era curiosamente invitado. Frogo corrió a su encuentro, porque Gandolfi, siendo amigo de todos los pueblos libres, siempre tenía muy buenos chismes; esa era quizás la razón por la que Bulbo lo invitaba frecuentemente a tomar el té.

- Frogo: Llegas tarde. ¿Sos o te hacés?
- Gandolfi: Un mago nunca llega tarde. Llega precisamente a la hora que se le canta. Ay, pero no sabés: ¿viste a Galadriel? Bueno, ella lo niega completamente, pero adiviná quien está ‘posiblemente’ embarazada.

Frogo se llevó las manos al pecho y se quedó boquiabierto, mientras se subía a la carreta junto a Gandolfi que volvió a pasear.

- Frogo: ¡No podés! ¡No te puedo creer!

Gandolfi se quedó mirándolo, sorprendido de lo estúpido que parecía así Frogo.

- Frogo: ¿Vas a ir a la fiesta de Bulbo, esta noche?
- Gandolfi: ¿Bulbo? Me suena.
- Frogo: El viejo choto, ese que te invita a tomar el té de vez en cuando, mi tío, por no sé que mala casualidad, que va a cumplir ciento once años.
- Gandolfi: ¡Ah! Si, ya me acuerdo. Que cagada, che. No me invitó. Que viejo de porquería. 
- Frogo: ¿Y qué? Andá igual, de colado. Yo lo hago todo el tiempo, en todas las festicholas que encuentro.
- Gandolfi: Obvio, pibe. Seguro que va a haber joda de lo lindo... bueno, me voy a ver a ese viejo para ‘preguntarle’ por qué carajo no me invitó. ¡Rajá! Voy a ver a tu tío.

Dicho esto, empujó a Frogo y lo tiró al suelo. Unos niños chongitts le pidieron fuegos artificiales, y el mago, poniendo cara de famoso ganando un premio, soltó algunos fuegos, los más truchos, para dejar con las ganas a los pequeños chongitts.

- Gandolfi: No, si no hay caso.....todos me adoran, no hay nada que hacerle.....

Con cara de agrandado, llegó a la casa de Bulbo, golpeó la pequeña puerta con calma y esperó. No le abrió nadie. Entonces agarró el bastón y comenzó a golpear la puerta hasta romperla, y entró a la casa pateando sillas, mesas y todo lo que había, aunque no se cruzara en su camino.

Entró a la cocina, y se encuentra a Bulbo frente a un televisor bailando cumbia tropical, con algunas botellas de cerveza vacías a sus pies.

- Gandolfi: ¡Ejem!
- Bulbo: Eh............... ¡Ay, Gandolfi,........ ¿Qué onda?¿Qué de tu vida?¿Todo bien?

Pateó las botellas debajo de la mesa y forzó una sonrisa. El mago lo miró con cara de un mago mirando a un chongitt.

- Gandolfi: No te hagás! Voy a ir a tu fiesta aunque no quieras. El boludo de tu sobrino te cagó el chamullo.
- Bulbo: Ese tarado! Por eso no le dije que me voy!
- Gandolfi: A donde? Qué? Cuando? ¡Bueno, ya era hora!.....eh.....no, digo.........te.... voy a....extrañar.......sí.
- Bulbo: Sí, me voy a Revender, a ver a los felfos, a ver si me agarro unos chocolates sin que los gays me vean. Hoy me despido.
- Gandolfi: ya te dije, no son gays, son solo dandees. Frogo sospecha algo?
- Bulbo: Que va a sospechar! Pero se quiere quedar con Panzón & Cía. No se lo voy a dejar, pero me trajo un abogado y me amenazó con llamar a la mafia japonesa.
- Gandolfi: Bueno, yo le meto un chamullo, lo hago hacer un viaje o algo así para que no se quede acá, y yo te cuido la casa.

Había muchas personas que codiciaban Panzón & Cía., y Gandolfi no se quedaba afuera.

- Bulbo: hecho!!!!!

Ya es de noche, y hay ciento cuarenta y cuatro chongitts y un viejo colado reunidos en un salón de fiestas.

Bulbo les contaba a unos pequeños chongitts la historia de su grupo favorito de cumbia tropical, Frogo bailaba Los Beatles con ropa de colores, y todas las chongitts lo rodeaban maravilladas. En otro rincón del salón, Gandolfi bailaba estilo Michael Jackson, y tenía la barba atada al cinturón.

Meriadoc "Merry" Christmas y Peregrin "Pippi" Longstocking, los mejores amigos de Frogo, estaban al lado de la carreta de Gandolfi intentando robarle algún fuego de artificio. Pippi agarró uno con forma de inodoro, que no le pareció de confianza, pero era el más grande.

- Merry: dale boludo! ese, ese, bajálo! rápido!
- Pippi: vamos a la carpa.
- Merry: Por que?
- Pippi: Debe haber cosas de valor.

Los dos chongitts entraron a la carpa, y Merry, que era algo más ‘vivo’ que el otro, se dio cuenta del lío en que estaban metidos.

- Merry: Que cagada.
- Pippi: Si, no podemos robar nada.
- Merry: La verdad que mi padre tenía razón, sos un pelotudo.
- Pippi: ¡Aaaah! ¡Cuidado, va a explotar acá adentro!

Los chongitts salieron corriendo, y el cohete explotó. No era un cohete normal. Habían caído en la trampa de Gandolfi, eligiendo el cohete con olor. Una sensación de náuseas se apoderó de todos los chongitts. Los que se quedaron parados vieron que a lo lejos el cohete estallaba en miles de chispas que no parecían chispas de un color amarronado sospechoso.

Cuando se pudieron poner de pie, Merry y Pippin vieron que la mitad de los chongitts vomitaba, junto con 36 chongitts que se estaban asfixiando. Los chongitts restantes aplaudían y daban gritos de ¡otra vez! y  ¡dale, que mi suegra todavía vive! y ¡aguante Gandolfi!, a lo cual Merry y Pippin se sintieron frustrados y  le prometieron venganza aunque el viejo no tuviera nada que ver. 

- Chongitts: un discurso, Bulbo! UN DISCURSO! UN DISCURSOOOOOOOOOOOOOO!

Bulbo no quería hablar, pero varios niños chongitts sacaron las ametralladoras que les regaló Gandolfi de entre sus ropas y comenzaron a volar sillas en dirección al chongitt así que no tuvo otra opción.

- Bulbo: Mi querido pueblo… mis queridos Panzón y Goofy, Chrismas, Longstocking, Galli, Silvia Suller, Moria Casán, Donald, Mickey, Marlboro, Philis Morris, García y Perez. Hoy es mi cumpleaños centésimo décimo primero ¡cumplo 111 años!

Aplausos de todos los chongitts.

- Bulbo: La mitad de ustedes se merece más de lo que yo querría obtener.

Esto fue inesperado para los chongitts y bastante difícil, sobre todo para Gandolfi, pero igual aplaudieron todos, exceptuando a Salli Galli, el jardinero de Frogo, quien le lanzó una silla a Bulbo gritando algo sobre hablar en términos simples.

- Bulbo: quisiera hacer un anuncio, manga de tarados!!!, así que presten atención.

Bulbo se hurgó en su bolsillo, pero no tenía nada en él. Fijó la vista en Frogo, y vio que tenía un pocillo en la mano, y que ya se estaba yendo para no despertar sospechas.

- Bulbo: ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Frogo, pendejo malcriado!!!!!!!!!! ¡¡¡¡¡Devolvé lo que te llevaste!!!!!
- Gandolfi: shiii…devolveshelo a thu thío… ¡eh, Bulbo! ¡ Tomá esssssssshto!

Dicho esto, el viejo borracho le arrojó al viejo sobrio una granada sin la espoleta, y la última vez que los chongitts vieron a Bulbo, estallaba en el cielo en una hermosa lluvia de colores.

Mientras tanto, Frogo se iba camino a Panzón & Cía. En la sala Gandolfi hacía llamadas por cobrar a larga distancia.

- Frogo: Gandolfi!! Que hashe’ papá?
- Gandolfi: Frogo, tenemos que hablar de tu pocillo.
- Frogo: qué hay con él?
- Gandolfi: es un pocillo mágico. Tienta a su portador a introducirse su asa en el dedo. Fue forjado por el oscuro señor Melón hace tiempo, en los Montes del Herrero. Tenés que destruirlo antes de que él o sus best-friends lo consigan.¿capichi?

Frogo lo miró de manera estúpida.

- Frogo: eh?
- Gandolfi: Dios mío.....

Frogo lo miró de manera estúpida, de nuevo.

- Frogo: Mira, Gandolfi!!! Dice algo en el borde!!!!DICE ALGO EN EL BORDEEE!!!!!!! Ah, pensé que no me habías escuchado.

El mago suspiró.

Gandolfi: bueno, a ver qué dice. Léelo.
Frogo: ....esto.....yo......no sé leer......

El chongitt se sintió avergonzado y le pareció que se sonrojaba. Quizás era porque   siempre había mantenido la frente en alto y era orgulloso; o también podía ser porque Gandolfi comenzó a señalarlo y a reírse a carcajadas. Luego de unos minutos se quedó serio, pero tenía lágrimas en los ojos.

Gandolfi: y yo no traje mis anteojos de borde de perlas... qué cagada. Se les oxidó un borde y queda, no sé, digo yo, medio mal ir así por la calle, sobre todo con los 5kg de cinta de papel que les agregué para arreglarlos un poco. Voy a hacer un intento...a ver...

El mago acercó el pocillo a su nariz, pero no veía nada. En realidad no sabía leer, pero no se animaba a decirlo, porque presentía que a Frogo no le había hecho mucha gracia su observación acerca de su vista. Aunque lo de los anteojos era verdad y los compró para sentirse a la moda, porque había visto a Panwen, la hija de Elrondo (señor de Revender) con unos parecidos.

Gandolfi: mah, taza de mierda!!!

Gandolfi escuchó un ruido afuera, y sacó a un asombrado Salli Galli junto con las tijeras de podar, unas revistas Playmenganos y unos cuantos cuadros robados. Lo tiró sobre la mesa y acercó su cara a la de Salli.

Gandolfi: Que hacías ahí afuera, y qué escuchaste???

Salli: bueno, no sé, si usted me entiende; o sí, sí, bueno, le pido perdón, si me permite el atrevimiento, estaba leyendo.

Gandolfi: mirá, pibe, hoy no estoy de humor. Los porotos me cayeron pesados, me cagó una paloma, se averió el caballo, dos chongitts pelotudos arruinan mi mejor fuego de artificio, y tuve que matar a Bulbo...olvidá lo último que dije. La cosa es que acá mando yo. Punto. Vas a ir con Frogo a Revender. Punto. Yo me quedo con Panzón & Cía. Y dame esa revista... y los cuadros, ¿son de valor? Cualquier cosa, encuéntrenme en Brrr, El Pescado Reventado.

A la mañana siguiente, Frogo y Salli atravesaban los campos.

Salli: aquí es.
Frogo: de qué miércole hablás?
Salli: que aquí es donde me agarró colitis. Estaba demasiado lejos de casa, así que me fui atrás de esos arbustos, y me ‘desahogué’. Lo recuerdo como si fuera ayer.....
Frogo: ...
Salli: Frogo?...... Frogo!!!! Soy libre!!!! Siiiiii!!!! Vamos todavíaaaa!!!!!

Salli se puso a bailar, no muy bien quizás, cuando Frogo apareció detrás suyo.

Frogo: que decías? Me aburrí con tu historia de colitis, y me dieron ganas de desagotar la tubería, y yo no discuto con mi cuerpo. No se puede ganar en esa discusión; lo vi en la revista  de Utilísima.
Salli: La nueva?
Frogo: sí.
Salli: me la prestas? Quiero ver eso sobre la torta de los Quince Años.
Frogo: la tengo acá. Nunca salgo sin ella. Si querés te la presto...

Frogo ya estaba sacando la revista, cuando aparecen nada más y nada menos que Pippi y Merry tirándolos al suelo junto con un montón de vegetales traficados, provenientes de las empresas Maggot Inc., cuyo propietario era constantemente buscado por la policía de la Cocarca, pues se rumoreaba que se había hecho, entre otras cosas, cirugía estética en varias partes del cuerpo, liposucción, uso de peluca y contactos con TV Compras. Estos rumores habían sido comenzados por, obviamente, Gandolfi, pero Frogo se encargó de hacerlos públicos en todo el pueblito de Chongitón. De todos modos, las empresas Maggot no tienen mucha influencia en la historia, así que pueden olvidar todo lo que dije.

Frogo: pero quienes carajo son ?!!!
Pippi: Frogo!!! Qué hace´ macho??
Salli: ah, son ustedes!! bueno, yo me voy, si ud. me entiende, Sr. Frogo.
Merry: .....que vienen los de seguridad!!!
Pippi: aaaah! Rajemos!!!
Frogo: por?
Pippi: porque estos son vegetales robados!!!
Merry: esperen. No podemos correr con todas las lechugas. Tenemos que dejarlas acá.
Frogo: no hace falta. Tiráselos a Salli, y listo!!

Dicho esto, antes de salir corriendo con todo lo que les daban sus pequeñas piernas, le arrojaron los vegetales a Salli, quién se quedó parado como un imbécil, pensando si el beneficiado de la conversación habría sido él o los otros tres. Al fin, decidió salir corriendo pase lo que pase. Divisó a los otros en el borde de una cornisa mientras una idea se le iba formando en la lenta cabeza.

Corrió hacia ellos, y los empujó por detrás. Una idea no muy complicada, pero teniendo en cuenta el cerebro de Salli. Cayeron todos juntos, con Salli encima de ellos, para disgusto de los chongitts.

- Pippi: hijo de p...!!
- Frogo: cállense, que van a tener que venir con nosotros a Revender.
- Merry: por?
- Frogo: porque según Gandolfi le tengo que llevar el pocillo mágico a un tal Elboludond y nos persiguen los amigos de Melón.
- Pippi: y le dijiste que sí???Tan boludo sos???
- Frogo: es que según Gandolfi  la hija de Elrondo es bastante fácil.
- Salli: tengo la canilla floja, si ud. me entiende, voy a echarme un cloro.

Salli fue hacia el río para sus necesidades corporales, y los otros chongitts lo perdieron de vista.

- Pippi: menos mal que se fue, no me lo aguanto.
- Merry: Me querés decir para qué mierda lo trajiste? Es un pesado.
- Frogo: si, no lo soporto, pero Gandolfi me dijo que lo traiga, y que me iba a pagar  y yo por unos mangos hago cualquier cosa. Además, lo puedo usar de porta-equipaje.
- Pippi: uh, hablando de Roma...

Salli se acercaba corriendo. Estaba colorado y tenía los pantalones mojados. Los chongitts comenzaron a reírse porque notaron que corría como dama, pero se callaron cuando vieron lo asustado que estaba.

- Salli: vi a un jinete negro!!! Corran!!!
- Frogo: por eso te measte?
- Salli: no, es que no llegué a bajarme los pantalones.
- Merry: che, yo digo que corramos. Si es que el meón no miente, tengo la impresión de que esos tales jinetes ‘afroamericanos’ (no hay por que ser racista) vienen a matarnos. 
- Salli: no quise decir negro de raza ocura. El color de la piel no tiene por qué ser motivo de discusión. Somos todos iguales y...
- Frogo: coooorraaaan!!!!!

Los chongitts se escondieron debajo de un tronco, justo a tiempo para que el jinete no los viera. Según ellos. El jinete sabía muy bien que estaban allí, pero quería darles una sorpresa. Se escondió él también detrás del árbol, y, apenas los chongitts no lo vieron, salieron corriendo como si llevasen el demonio dentro.

Llegaron a una balsa que estaba curiosamente allí atada, y sin pensarlo dos veces, la robaron, como todo chongitt en apuros haría. El jinete negro aún seguía escondido, sin enterarse de la huída de los chongitts, aunque se demoraron quince minutos porque no lograban cortar la cuerda que ataba la balsa, y otros quince porque Salli había olvidado su mochila.

Entonces, al fin partieron rumbo a Brrr, El Pescado Reventado.

Mientras tanto, Gandolfi había ido a visitar a su buen amigo Sartuman el Blanco Ala, no precisamente por amistad, sino que más bien era porque le cancelaron los servicios de Panzón & Cía por falta de pago. Estaban ahora los viejos en la morada de Isenspa, que constaba de piscina, playa privada, playa nudista, sauna, club privado, strip-club, prostíbulo y bar con mesa de pool, videojuegos y varios casinos, aunque la atracción principal de Isenspa era la torre de Orthanc  en el centro de la ciudad. Allí vivía Sartuman, un rico y viejo mago que se planchaba la barba y el cabello y vestía de blanco, y que, traficando cassettes (si, cassettes) con Congor, vía On-Line, había logrado conseguir aquél magnífico lugar.

En aquél instante los viejos magos jugaban al pool. Si es que podía llamarse ‘jugar al pool’  a subirse a la mesa y jugar al fútbol con las pelotitas.

- Sartuman: y acá viene Sartuman... y la tiene...y la amaga y ¡GOOOOOOOOOOOOL!  ¡GOOOOOOOOOOOOOOOOOOOL!
- Gandolfi: che, deberíamos aprender a jugar de verdad, ya me estoy aburriendo.
- Sartuman: la verdad que yo también. A estas horas casi siempre me pongo a chatear.
- Gandulfo: como? con quién? Desde cuándo?
- Sartuman: Todo empezó cuando me puse a chatear por primera vez.

Gandolfi lo siguió mirando, pero el mago no decía nada.

- Gandolfi: si...y... después?
- Sartuman: de qué hablaba? ah, sí. Creo que te debo dinero. Tomá.

Sartuman le entregó a Gandolfi un billete de 100 pesos.

- Gandolfi: ah! eh, si, si, claro, si... pero, estee, me enteré de que tenés Internet...
- Sartuman: si, si!! y conocí a una mina que está buenísima. Si vieras, pero justo cuando estamos chateando, se aparece un tal Melón, y entre una cosa y otra nos hicimos grandes amigos. El me prestó el BMW, y ahora me pidió que forme un ejército de ortos para combatir contra toda la Tierra 1,3445/3 y conseguir el pocillo único.
- Gandolfi: te dije que un chongitt tiene el pocillo único?
- Sartuman: no me digas!!
- Gandolfi: te lo digo.
- Sartuman: tengo que avisarle a Melón antes de que me olvide. Estoy fatal del Alzheimer.
- Gandolfi: eso sí que no!!! no voy a permitir que traiciones al que me paga las facturas!!!
- Sartuman: pero si fuiste vos quien lo nombró!!!
- Gandolfi: nada!!! te reto a un duelo!!!
- Sartuman: hecho!! morirás!!... pero después de un juego de pool ¿si?
- Gandolfi: bueno, me pinta.

Los magos jugaron una vez más, y luego otra, porque tenían mucho que hablar todavía. Luego se agarraron en un tiroteo de balas de goma y Sartuman salió invicto, no sin antes entregarle de nuevo 100 pesos a Gandolfi, quien fue enviado a lo alto de Orthanc, porque Sartuman había olvidado que tenía que matarlo. El mago no podría ir a Brrr.

Por mientras, los chongitts llegaban a El Pescado Reventado.

En los portones los atendió un hombre de cabello y gafas oscuras. Su cara se parecía mucho a una sartén.

- Portero: cuatro chongitts!! Y de la Cocarca, por la pinta y el olor.¿Que pueden estar haciendo acá?
- Frogo: nuestros asuntos no le incumben. Por mientras le digo que yo soy el señor...ehh....el señor......
- Pippin: ¡Monomonje!

Él y Merry comenzaron a reírse a carcajadas. Algo muy característico en ellos era hacer que los demás queden como imbéciles delante de todo el mundo sin poder hacer nada, lo que al principio resultaba muy cómico, pero luego se tornaba irritante, sobre todo porque esas risitas idiotas hacían el mismo efecto de un taladro en el oído.

Portero: ¿Monomonje? pase, pase...

Ya dentro, Frogo fue el único que se asombró al encontrarse con una lujosa y rica mansión dorada. Cuál fue su sorpresa al descubrir que la hierba que se había fumado en el camino ya estaba haciendo efecto, porque pronto la mansión se desvaneció y se encontró con una posada sombría atiborrada de Gente Grande y Menganos. Efectivamente era lógico que él solo hubiera alucinado, puesto que él mismo encontró la hierba y no se le cruzó por la cabeza en ningún momento compartirla. De hecho, aún le quedaba bastante y pensaba seguir fumando ese mismo día y quizás estafar a alguno que otro Hombre con ella.

Los chongitts repararon en un viejo algo gordo que tenía pinta de ser el posadero. Quizás porque en su espalda tenía un papel pegado que decía ‘posadero’. Pippi se acercó al hombre caminando con estilo rapero.

Lo que le sucedía en verdad era que tenía que ir al baño, pero quería ir a uno decente en una posada y no echarse un cloro por ahí como quién dice. 

- Merry: hola, buen día señor, me preguntaba si podría darnos alojamiento, si es usted tan amable, señor y... un baño, porque mi amigo tiene que hacer necesidades, señor.

Puso los ojos angelicales y tímidos.

- Posadero: pero por qué ese trato tan formal? Trátame como a un amigo, por lo pronto te digo que me llamo Mantecato y que tendrán sus cuartos enseguida.

La mirada angelical desapareció del rostro de Merry, y en su lugar apareció la típica mirada estafadora de todo Christmas.

- Merry: bueno, gracias gordo, y ahora nos tenemos que ir porque este otro se está meando.

Los chongitts se sentaron a la mesa y se dedicaron a llamar a gritos al cantinero mientras Pippi corría al baño.

De pronto Frogo reparó en un hombre sombrío que estaba sentado en un rincón fumando pipa. Estaba vestido con un traje como el de Superman con capa roja y vestimenta azul, pero con una ‘F’ en lugar de una ‘S’, y ceñía una espada al costado.

- Frogo: oye, Salli, quién será ése?

Salli, que estaba tan borracho que apenas podía apoyarse en la mesa, se limitó a encogerse de hombros. Frogo decidió preguntarle al cantinero.

- Frogo: cantineroo!!!!
- Cantinero:  siii???
- Frogo: quién es ese tipo?
- Cantinero: pocas veces se lo ve por aquí.
- Merry: pero quien es?
- Cantinero: es algo sombrío.

Pippi salió del baño ajustándose los pantalones.

- Pippi: de quién hablan?
- Cantinero: de aquél hombre de capa roja.
- Pippi: pero quién es?
- Cantinero: es un tipo misterioso.
- Frogo: Pero por la #$%#$%#$%*!!!!!!! sos sordo o tarado???? me querés decir de una #$%*$%& vez por todas quien #$%#$%* es ese tipo???!!!!!

Todo el bar se quedó callado. Al fin el hombre habló de nuevo.

- Cantinero: es un guerrero, muy callado, pero que sabe contar una buena historia cuando se lo propone, como ser aquella vez que el había conocido a una mina en un callejón  y le dijo q...
- Frogo: como se llama?
- Cantinero: Panwen, y le dijo que n...
- Frogo: me refiero al hombre.
- Cantinero: ah!! si, sabes que acá nadie conoce su nombre verdadero pero le llaman Tacos, por muy buenas razones.
- Frogo: Tacos...

El cantinero se retiró, porque en ese preciso instante había entrado una hobbit, la estrella del strip-tease. Salli se levantó para verla.

- Frogo: esta mina me parece conocida... oh! ya recuerdo: aquella noche detrás de los arbustos...
- Salli: pero... ¡esa es Rosita Coto!
- Frogo: si, la recuerdo bien. Muy bien...

Si Salli no hubiese estado tan ebrio, le habría acertado el golpe que iba directo al ojo derecho de Frogo. Pero no lo hizo, sino que la mano le cayó sobre la mesa y se durmió otra vez.

- Merry: oye, donde está Pippi?

Merry se volteó buscando a Pippi, y a Frogo le dieron unas ganas irresistibles de ponerse el asa del pocillo en el dedo. En eso se escucha a Pippi hablando con Rosita.

- Pippi: si, ese es Frogo Panzón, el que mira embobado el pocillo. Si, es el mismo que coqueteó con vos y no te llamó más, y el qu...
- Frogo: Pippi!!!!!
- Pippi: cuidado, boludo!!

Frogo tropezó y el pocillo le cayó en la cabeza dejándolo inconsciente. En menos de un parpadeo, el sujeto sombrío que lo había estado observando lo tomó por la espalda y se lo llevó a la habitación (¡¿?!).

Al llegar a ella, Frogo ya había despertado, pero pensó que una de las buenas hierbas que había traído no le caerían mal luego del golpe.

- Tacos: usted llama mucho la atención, señor Panzón.
- Frogo: bueh, no, si es una naturaleza, es un don, si soy sexy no hay nada que hacerle...
- Tacos: me refiero al pocillo. ¿Estas asustado?
- Frogo: al fin alguien me lo pregunta! estoy cagado de miedo.

Tacos se quedó mirándolo en silencio.

- Tacos: ah... bueno, pero ¿por una taza de mierda?

En aquel preciso momento, la puerta se abrió de golpe y entraron Pippi, Salli y Merry, que venía acompañado con Rosita.

- Salli: interrumpimos?
- Tacos: eh?? no, no!!
- Frogo: oh...¡Rosita! tanto tiempo sin verte... te ves muy bien...

Rosita cruzó los brazos, Merry aprovechó para mirarle el escote y Salli estaba a punto de pegarle otra vez a Frogo. Tacos echó atrás la capa roja y siguió hablando. Rosita se retiró.

- Tacos: debemos ir a Revender.
- Frogo: si, ya estábamos enterados.

Tacos lo miró asombrado.

- Tacos: pero ¿saben donde queda?
- Frogo: no tenemos ni idea, pero parece que queda acá derecho.
- Tacos: irán conmigo entonces.

Durmieron toda la noche, y al despertar les avisaron que los jinetes habían ido a buscarlos, pero que como no los encontraron les dijeron que se encuentren todos en Revender.

Al fin, partieron todos con el sujeto Tacos, que no los guiaba muy bien, pero, como el cantinero había dicho, contaba buenas historias cuando se lo proponía.

CONTINUARÁ...



Créditos

Casting:

Bulbo...........Arnold Swarzeneger
Gofun...........E.T.
Frogo...........Luis Miguel
Gandolfi........Ricky Martin
Merry…..........Harry Potter
Pippi...........La Mona Jiménez
Salli...........Tom Hanks
Tacos...........Tarzán
Panwen..........Graciela Alfano
Niños chongitts....Cortesía de la Correccional de menores  
Elrondo.........Pedro José Gonzales García (y ese quién es!!!)
Maggot..........Sean Connery
Guión de:.......Macarena.
Producción de:..Macarena.
El elenco fue elegido por:...Macarena.
Colaboraron con la historia: Macarena.(bueno, para hacerlo más fácil, digamos simplemente que dicha persona hizo también todo lo demás).
Música:
- “Losing My Religión”………R.E.M.
- “Masticar”......Fun People
- “Azul”..........Cristian Castro
- “Nanana Nanananana”...Bob Marley
- “Tekila”........Olodum
- “Tonta”.........Comanche o Green o alguno que toque cumbia tropical
(Y ninguna otra, en realidad éstas se fueron repitiendo sucesiva y constantemente durante toda la aventura)

Patrocinadores:

Chocolates Felfort, (¡el chocolate de los felfos!), patrocina este segmento (aunque dicha organización no lo sepa).
Gaseosas Istari  ¡la magia está en el sabor!
Correccional de menores “Encerrando Abejitas


NdA: esta historia no tiene segundas intenciones, ni pretende ser ofensiva hacia nadie; fue escrita con el propósito de entretenerme y entretener. Por ello, agradecería que, en caso de merecer de ustedes algún tipo de crítica, ya sea buena o un reberendo tomatazo, sea la misma enviada  a: macarena_5@hotmail.com. (epa!!! no se esperaban ese lenguaje de literatura inglesa después de semejante rollo, no?? qué??..eh, si, bueno, ya lo estoy dejando, ya me voy).

Hasta pronto!!!