Epílogo - Después de la Guerra

“Los Gamos:
Región Hobbit de la Cuaderna Este de La Comarca.
Es una estrecha franja de tierra delimitada al oeste por el río Baranduin y al este por el Bosque Viejo. Al norte, finaliza en punta en el cruce del río con el Camino del Este, en el lado oriental del Puente de Arcos de Piedra. Al sur, Los Gamos vuelve a estrecharse hasta llegar al Fin de la Cerca, la confluencia del Tornasauce con el Brandivino y con la Cerca Alta.
La zona se habita en paralelo con el crecimiento de la familia Brandigamo, residente en Casa Brandi, desde que Gorhendad Gamoviejo volviera a cruzar el río hacia el este en el año 2340. Densamente habitada, estas tierras son casi independientes del resto de La Comarca, y son gobernadas por el Señor de Los Gamos, el cabeza de familia de los Brandigamo.”

Merry dejó el libro sobre sus piernas y apretó la pluma con una sonrisa mirando su casa.
El Bosque Viejo ya no crujía irrumpiendo en el sonido del río y las nubes grises traían solo lluvia, no sombras.
Estela Bolger se sentó a su lado sin hacer a penas ruido y él la miró sonriendo, era una compañía muy agradable. No entendía como no se había percatado de ello antes.
Ella miró las hojas del libro, mostrando interés  en lo que él anotaba.
-¿Recuerdas cuando  no era seguro estar tan cerca del bosque? –le preguntó Merry. Ella le miró y asintió posando sus manos sobre su falda – Ahora todo ha cambiado tanto…
-Tú.
-¿Crees?
Ella asintió; de alguna manera había cambiado aunque fuera para bien.
Antes ya era reflexivo y responsable, pero había regresado marcado por una experiencia que le robó parte de su risueño carácter.
La Guerra le había afectado de manera profunda y la partida de Frodo no le hizo ningún bien.
Aun así, Merry no era un Hobbit triste.
Al contrario; siempre se mostraba feliz y dichoso por vivir donde vivía, por tener cuanto tenia y por estar rodeado de cuanto estaba rodeado.
-No es solo que hayas crecido y que tengas un acento raro… -Merry rió y ella se sonrojó un poco agregando -...Además tienes un porte distinto.
-Ninguno volverá a ser como antes.
Ella se apoyó en su regazo y suspiró; no le importaba mientras hubiera regresado.
El también podría haberse ido hacia esos extraños Puertos Grises y no regresar. Pero no lo hizo.
Estaba allí, escribiendo día tras día, hablándole, acariciándole el cabello…
-Algún día ¿me llevarás a Rohan?
Merry suspiró brevemente.
No quería llevarla porque era entremezclar dos mundos muy distintos, recuerdos demasiado profundos.
Verla en las Tierras de Rohan contrastaría mucho con su idea de volver a disfrutar de la rutina.
Pero a Estela la engullía la curiosidad.
-Vamos, es casi la hora de comer –le respondió en un susurro.
Ella se incorporó y sonrió empujándole un poco.
-¡Siempre pensando en comer¡ ¡No vas a caber en la casa!
El rió  abrazándola, no había argumentos ante aquello, solo ganas de jugar.
Para eso había regresado: para jugar, para relajarse y para dejar escrito todo cuanto vivió, como si así se desprendiera un poco de ello.
Si que había conocido a gente importante y fascinante, lugares maravillosos y criaturas extraordinarias, pero el dolor, el miedo, el sufrimiento….Aquello también estaba impregnado en cada detalle de su aventura.
Uno iba con lo otro.
Se concentraba en la felicidad que sentía por ver de nuevo a sus padres, a Estela que le esperó con la agradable sorpresa de entregarle todo su amor y de regresar a aquellos bosques y ríos que antes eran una amenaza y ahora eran un consuelo.
Merry era feliz.
Y compartía sus penas, cuando estas aparecían, con sus libros, impregnándolos de recuerdos.
Sam bromeaba diciendo que podrían encontrarse entre los libros de la biblioteca de Gondor, que hablara con Pippin para que moviera hilos y así colarlos.
Merry se conformaba con escribirlos, de momento, solo escribirlos.
Quién los leyera no le importaba en ese momento, solo si se trataba de Estela. Quería protegerla de todo aquello aunque ya no era una amenaza.
Quizás irían juntos a Rohan algún día….