Recuerdo hace un par de años. Era una tarde de un sábado algo frío y nublado, cuando apenas quedaba un mes para el estreno de nuestra esperada trilogía y me encontraba solo, aburrido, con mis propios pensamientos como compañero único. Decidí, por enésima vez, escuchar la banda sonora que, como aperitivo y marco estelar, nos había propuesto Howard Shore. En ese momento, casualidades de la vida, cuando estaba escuchando la pegadiza melodía de Muchos Encuentros me llamaron al teléfono móvil. Bien, me rompió el momento, pero, eso sí, tenía la tarde arreglada. Fue en ese preciso momento donde pensé, ¿y...
(sigue)
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