La muerte de una reina
Roza el rostro
de sus hijos,
no hay llanto o consuelo
sólo ve amor.

¡Qué hermoso es el mundo
cuando lo miras
sin el velo de la muerte
que vaga por la vida!

¡Qué horrible es el mundo
cuando caminas,
sabiendo que ya nada
te queda en la vida!

¡Lórien,Lórien,
la de las plantas magníficas,
a tu puerta llaman,
abre a tu hija!

Un día hermoso
ella se marchó,
cerrando los ojos
para siempre descansó.

¡Arwen,Arwen!
claman en Gondor,
pero ella no les oye:
el mundo ya abandonó.

Ellos cuentan
que conoció el dolor,
pero que en su vida
reinó el amor.