La Balada de Bilbo
Nuestra amiga Ilmen nos envía este poema

La Balada de Bilbo

Teje Gwir en sus estancias
El destino de los hombres.
Sin prisa forma las tramas
Dejando entrever sus nombres.
Que forjaran el destino,
Que sangraran las batallas,
Que salvarán a los pueblos,
Que lucirán sus agallas.
Nada es azar en sus obras
Que reflejan el destino
De cada alma de Arda
De todo aquel que este vivo.
Así comenzó la historia
De un héroe que no sabía
Que su tapiz lo mostraba
Con tan alta gallardía.
De corazón noble y puro;
Con su valor aun dormido,
No pensó que era su suerte
La de ser el elegido.
Debía comenzar un día
Una historia inesperada;
Que forjaría las historias
De tantos otros mañana.
Se embarco en una aventura
Sin pensarlo y de repente;
Mas no adivino aquel héroe
Que no era solo la suerte
La que había de acompañarlo
En sus arduas aventuras;
Entre monstruos y dragones,
Batallas, miedos, bravuras.
Se aventuro en un paisaje
Tan lóbrego y tan oscuro
Que casi olvido las luces
Del sol entre tanto apuro.
Y siguió firme adelante;
Y creció sin mas remedio;
Y dejo de ser el mismo
Tras tanta guerra e infierno.
Y modifico sus rimas.
Y reinvento sus canciones,
Y volvió a soñar sus sueños,
Y consiguió sus honores.
Y aunque nada fue lo mismo
Al regreso de su viaje;
Trajo mas que unas monedas
En su cargado equipaje.
Trajo tesoros antiguos
Por el tiempo ya olvidados;
Y cumplió las profecía
Que lo había señalado.
Como el que diera comienzo
A una historia que algún día
Salvaría a la tierra toda
Devolviéndole la vida.
Una historia que debía
Continuar con duro esmero;
Pues en sus manos estaba
La suerte del mundo entero.
Fue el forjador  de un destino;
Que con soberbia templanza
Le devolvería al mundo
Su desterrada esperanza:
Y le dieron muchos nombres
Que mostraban su valor;
Y se cantaron canciones
Con esmero y con ardor.
Fue el amigo de los elfos,
El jinete del barril,
El numero de la suerte,
El de juventud sin fin,
El portador del anillo,
Y el tío Bilbo adorado;
De quien acabaría siendo
Su heredero señalado.
Teje Gwir en las estancias
El destino de los hombres
Y en el dibuja la historia
Y a los héroes les da nombre.
Y ve Mandos en sus tramas
Las almas de los mortales;
Y conoce sus desdichas,
Sus virtudes y sus males.
Y en hilos de plata dice:
La profecía fue cumplida;
Y nuestro héroe ha logrado
La misión que le incumbía.
Y vivieron para siempre
En el reino Bienamado.
Portadores del Anillo
¡Su tapiz ha sido hilado!