Antiquísimo sendero de las Montañas Blancas, construido por una raza que, o bien sentían una inspiración por los Hombres Púkel, o eran los mismísimos Druedain, ya que misteriosas estatuas de Hombres Salvajes se escalonaban en los recodos del camino.

La Escalera unía el Valle Sagrado con el baluarte del Sagrario salvando los más de mil metros de desnivel entre ambos. Era un prodigio de la ingeniería, algo sorprendente en pueblos, pretendidamente primitivos, como los que habitaban las Ered Nimrais en tiempos ancestrales. Estaba diseñado para que monturas y carruajes pudiesen subir por él, pero con una disposición, en cerradas revueltas, que hacían que cada tramo dominase completamente al anterior, lo que convertía al baluarte del Sagrario en prácticamente inexpugnable, a menos que el ataque proviniese del aire.

Las estatuas de los Hombres Púkel estaban en posición de cuclillas, con los brazos rodeando las rodillas, y para finales de la Tercera Edad, habían perdido las facciones por el efecto del tiempo.