Es la corona de acero que ostentaba el Rey Brujo de Angmar. Era una corona abierta, suficientemente ancha como para poder engarzarse en el Yelmo del Señor de los Nazgûl. En principio, la llevaba siempre que tenía forma visible, como lo pudo comprobar Frodo en Amon Sûl. De hecho, la corona y su manto fueron lo único que quedaron del Rey Brujo en el momento de su muerte a manos de Eowyn en la Batalla de los Campos de Pelennor.

La Corona aparece en “La Comunidad Del Anillo”, cuando Frodo ve la forma física del Rey Brujo en la Cima de los Vientos gracias al poder del Anillo. Se puede observar que la joya es un círculo de metal del que sobresalen varias espigas verticales, triangulares y de distinto tamaño.