Amigos de elfenomeno en particular, y de JRR Tolkien en general; el momento tan esperado se hizo realidad y todos (aficionados y neófitos) hemos acudido en masa al fenomenal reclamo que ha sido el estreno de LCDA. He de confesar que a mi condición de aficionado a Tolkien se une la de seguidor de Peter Jackson desde los lejanos (¡snif!...) años ochenta.
La cosa ha sido difícil: he tenido que pasar más de un mes, y he visionado el filme en varias ocasiones para poder escribir este artículo con todas las de la (mi) ley. Mis compañeros de "elfenomeno" conocen mi postura hacia la película, la expresé claramente la noche del estreno. Pero en ese punto, la posibilidad de despojarme de la influencia del texto original estaba muy lejana. Cuando por fin lo he conseguido, creo que ha llegado el momento de expresar mis opiniones. De todas maneras me vais a permitir abordar este artículo desde dos puntos de vista: El puramente cinematográfico, y el de la adaptación.
LA PELÍCULA.
¿Qué puedo contar de la película para ser original? Evidentemente el único camino hacia la originalidad es el de cargar las tintas en los aspectos negativos (que los hay) de la versión comercial. Y digo (mejor dicho, escribo) versión comercialporque estoy seguro ( o acaso quiero tener una fe ciega en que las cosas vayan a ir como quiero/espero) que la versión de Peter Jackson para DVD va a enjugar un poco (o un mucho) el resultado que se ha ofrecido en la gran pantalla.
He de decir (¡toma descubrimiento!) que estamos ante una gran película, de eso no hay duda, y algunos departamentos han estado inspiradísimos. A otros, sin embargo, habría que darles un azote en el culete, ya que cuando se manejan presupuestos de semejante magnitud, y en el proyecto participan profesionales de primer orden, algunos descuidos son imperdonables. Bien, paso ahora a expresar mis impresiones sobre la cinta.
- Película: Este trabajo es de los importantes; de los que marcan época en la historia del cine. El concepto de la producción en sí mismo, la ambición y el arrojo de los productores, el entusiasmo y cariño con el que este grupo de personas ha abordado su elaboración, le hacen ganarse un puesto prominente en el Olimpo de las leyendas del séptimo arte. Como decía el gran Richard Attenborough en "Parque Jurásico"; -"¡No he reparado en gastos!". Aquí, tampoco se ha reparado en tal nimiedad, y la única concesión a la economía ha sido el trasladar la producción de Hollywood a Kiwilandia, con lo que, además, hemos salido todos ganando. Me imagino que sabréis la descarga de presión que supone para el director, el contar con un presupuesto holgado que le permita llevar a imágenes sus más profundos delirios; Peter Jackson ha contado con esta gran ventaja. Por lo demás, a la vista está que la gestión ejecutiva de Barrie Osborne y Mark Ordeski ha sido excepcional: a la producción no le ha faltado de nada, y se nota el enorme caudal de recursos de que dispone.
- Dirección: Bien, como fan declarado de "El Cabronazo", y como conocedor de su obra, creo que Peter Jackson me sorprende más cuando maneja presupuestos más bajos. De todos es conocido el dicho "el hambre aviva el ingenio"; extrapolando dicha máxima al tormentoso mundo de las producciones cinematográficas obtenemos esta otra: "la falta de pasta aviva el ingenio". Quizá haya sido el poco margen de maniobra que te da un guión basado en uno de los libros más leídos "urbi et orbi", pero no he encontrado en el guión más que destellos de esa chispa a la que PJ me tiene acostumbrado (Uno en concreto, que me devolvió al PJ más tarado, es la sensacional (y diabólica) reacción de Bilbo ante Frodo en Rivendel). Hay, sin embargo, un aspecto en el trabajo de Peter Jackson, que ante la avalancha de sensaciones visuales que sus películas derrochan, no me había parecido de lo más relevante de entre sus talentos: La dirección de actores. Efectivamente, a mi juicio la labor de PJ en este campo, en esta producción, es sobresaliente. El director ha conseguido sacarle todo el jugo a un enorme elenco de actores de talento, a los que ha sabido subordinar a la propia historia, sin dejar que nadie ocupe más hueco que el que el guión le otorga. Solamente la inmensa talla dramática de algunos de los actores hace que "invadan" planos, y que los realcen con su presencia; pero jamás ha primado el lucimiento de cara a la galería. Repito, para mí, este ha sido uno de los mayores éxitos de PJ en este trabajo. Se nota que la gran cantidad de profesionales de primer orden, al mando de las diversas facetas de la producción, han permitido a PJ centrarse algo más en este tema. (Dentro, por supuesto, de la conocida meticulosidad con la que el director ha supervisado otras facetas del rodaje). Al hilo de esta afirmación, una de mis escenas favoritas ha sido la de la salida de Moria: Sublime... En cualquier caso, sigo teniendo a "Criaturas Celestiales" como la película número uno del neocelandés de los pies descalzos.
- Actores: Esta es la principal piedra angular en la que se apoya la calidad de la película. El cine es puesta en escena e interpretación: la película está sobrada de ambas. Los actores, como ya he mencionado, están sensacionalmente dirigidos, y asumen con naturalidad su simbiosis con la historia. Esta, les proporciona un marco genuino donde poder concentrarse en los aspectos dramáticos, y los actores devuelven unos desarrollos de los personajes que hacen justicia al relato. Nadie está por encima del guión, cosa bastante difícil en los textos actuales, normalmente pensados para la mayor gloria de la estrella de turno, y en torno a la cual suelen girar los argumentos. Aquí nada de eso ocurre, y si tenemos que centrar la trama alrededor de un personaje, en mi modesta opinión éste no es otro que el Anillo. El resto de los personajes tienen al siniestro objeto como referencia, y ante él dudan, ambicionan, temen, cambian de estado de ánimo, etc... Dentro de la nota alta que a mi parecer se llevan los actores en general, quiero destacar tres interpretaciones por inspiración y carisma: La primera es la de Sir Ian Holm, que como hombre curtido en anteriores aventuras tolkiendili, entiende perfectamente qué colores requiere el personaje de Bilbo Bolsón. Holm oscila del humor y la socarronería hasta la más profunda tristeza, pasando por la melancolía, la ansiedad e incluso la agresividad. Su dominio del personaje, su interrelación con Frodo y Gandalf, el poso de sabiduría escénica que imprime al entrañable Bilbo es de lo más fino que he visto en los últimos años. El segundo es Sean Bean; actor de gran talento, con una enorme escuela dramática a sus espaldas, al que su personaje de Boromir, gracias al texto de PJ, ha conseguido sacar de la línea recta que se dibuja entre los miembros de la compañía, haciéndole destacar sobremanera. Boromir encarna los auténticos valores y miserias de la raza de los hombres, la cual por cierto, va a ser la protagonista absoluta de los hados que el destino tiene preparado para Arda en el futuro (y es que, a pesar de lo que afirmase el Maestro, yo percibo que ESDLA es más una historia de Hombres, y de cómo estos recibieron el mundo como legado, que una historia de Hobbits, por mucho que copen las peripecias más efectistas del relato). Mr Bean (¡joder, qué digo!) Mr Sean Bean (mejor ¿no?) vuelve a ofrecer una composición sensacional, como ya lo hiciera dando la réplica a Harrison "Indiana/Han" Ford en "Juego de Patriotas", uno de los mejores papeles antagonistas de la pasada década. Y ya para finalizar, el "jamón del centro". Estaba tan seguro que Sir Ian MacKellen se iba a salir, que no me aprovecharé de la situación (en los primeros mensajes de nuestro foro se me pudo leer batiéndome el cobre con los defensores del nacionalista escocés que recibe títulos de "Sir", los cuales opinaban, sin saber siquiera quien era MacKellen, que nadie como el ex 007 para encarnar al Peregrino Gris). Además, se ha escrito tanto sobre su interpretación, que no me extenderé en los detalles que gentes mucho más versadas que yo en esto de la crítica, se han jartao de verter sobre este veterano y sensacional actor. En cuanto al resto del reparto, sería injusto no mencionarles a todos, porque están muy bien. También el joven Wood, al que PJ habrá "exprimido" más a fondo (supongo) en las dos próximas entregas, donde el personaje de Frodo (y el de Sam, por cierto) cobra su verdadera dimensión dramática.
- Diseño de producción: En esta asignatura, tan delicada, pues todos y cada uno de los millones de fieles que integramos el culto a Tolkien teníamos nuestra imagen de Arda y sus personajes bastante pre-definidas, solo puedo hablar del enorme empeño que sus responsables han puesto en la tarea. El vestuario es magnífico, el maquillaje soberbio, las esculturas, edificios, armaduras, etc..., con algunos matices, que de gustos ya se sabe; pero el aspecto visual de las películas ha estado a la altura que los maestros Lee y Howe suelen elevar siempre que se trata de plasmar el imaginario de Tolkien.
- Montaje: El montaje de la película es algo delicado de tratar. En general, debo admitir que se trata de una edición correcta, donde, sobre todo en las escenas más mimadas, se nota una obsesiva fijación en el tempo: La escena de Aragorn y Arwen en Rivendel es una de mis favoritas; desde los planos generales de Rivendel, el trávelin hacia el puente, hasta los primeros planos de ambos, iluminados con exquisita sensibilidad. Un gran resultado. Y como esa, tenemos varias muestras. Sin embargo, en esta versión comercial por lo menos, el montaje, siempre en mi humilde e ignorante opinión, cojea en varios aspectos. La transición espacio temporal es muy inconcreta; por ejemplo, da la impresión que Bree está al otro lado del Brandivino (y que no se pase de listo quien yo me sé, que sabe a lo que me refiero, je-je); el paisaje tras cruzar el río y los matorrales bajo la lluvia, de entre los que aparecen los Hobbits, parecen ser parte del mismo paisaje de La Comarca; el viaje de Gandalf a Isengard, creando una confusión al espectador que no sabe si Gandalf va o los Espectros vienen... No son los únicos ejemplos de fallos en el montaje, pero tampoco es cuestión de ponerse en plan asquerosillo. Pienso que no es de lo más brillante de la cinta. A pesar de lo que he oído y leído por ahí, no creo que sea uno de los mejores que haya visto. Aun así, tiene muchas virtudes, entre ellas el sentido del ritmo (lo que a veces, sin embargo, hace incurrir en lo anteriormente expuesto). Consigo adivinar en que momentos director y montador han estado deleitándose en la edición y en que momentos han pasado de puntillas. No sería justo de todas maneras, si no reconociese que la cosa va a mejorar muy mucho cuando Peter Jackson se haga cargo de la edición del DVD, y añada más de una hora de metraje (los rumores apuntaban a eso pero ahora sabemos por PJ que sólo será media hora). Entonces se podrá calibrar esta suerte de la producción en toda su dimensión.
- Efectos: Los efectos, tanto especiales como visuales, como era de esperar, son uno de los puntos fuertes de la película. Desde añejos trucos como la "perspectiva forzada", hasta el programa desarrollado por WETA "Massive", están a la altura que la imaginación de Tolkien se merecía. Cuando vi la escena de la batalla en las faldas del Orodruin, me quede paralizado: Nos vamos a relamer de gusto pensando que si las batallas en Helm, Pelennor, y frente a la Puerta Negra, están así de conseguidas, el resultado final va a ser demoledor. Por otra parte, lo poco que hemos visto de Gollum nos invita a pensar en un personaje antológico, por lo menos en lo que a su recreación digital se refiere. Si ambos puntos funcionan (recreación de batallas/diseño por ordenador) no quiero ni pensar lo que puede ser el ataque de los Ents a Isengard. Tened clinex preparados, y no para secarse las lágrimas precisamente ;-). Sin embargo, no he quedado conforme al cien por cien con la animatrónica del Troll, ni de la compañía a su paso por Moria. Las minas están espléndidas, lo admito, pero fijaros en la carrera de la compañía cuando son perseguidos por los Orcos antes de la aparición del Balrog; canta un poquito. En cambio, y ya que lo mencionamos, el bicho está, nunca mejor dicho, de muerte. Ese es mi Balrog, con un par...de cuernos ¡y con alas! Por lo demás, no hay nada que reprochar al resto de los efectos. Los Orcos son hediondos, las fortalezas y ciudades "im - presionantes", y como no, mi querido amigo Gwaihir, que volando voy volando vengo, hace una entrada espectacular (para que luego diga que es un chico tímido).
- Fotografía: Otro tanto que apuntar en el haber de la cinta. La iluminación también está a gran altura, captando con acierto esa suerte que tan bien dominaba Tolkien. Pocos autores son capaces de dotar de luz propia a sus escenarios como el Profesor, y aquí PJ y su gente han representado este aspecto de su novela con brillantez. El colorido de la Comarca, la luz celestial de Rivendel, la luz mística y misteriosa de Lorien, las sombras que acompañan a los Nazgûl, los desgarradores tonos de las mazmorras de Orthanc, la amenazante oscuridad de Moria... todo está captado, a mi entender, con gran habilidad. Ante tal despliegue de estímulos, la reputada lente de Andrew Lesnie (y el exquisito gusto de quien la maneja) se ha hartado a recoger imágenes espectaculares, detalles sobrecogedores, y ha realzado de manera notable la labor de interpretación de los actores. Sin lugar a dudas, la factura técnica de la fotografía es irreprochable.
- Música: La música es de lo que menos me gusta, sinceramente. Me parece una partitura correcta, eficaz, socorrida si me apuráis, pero no me parece que esté a la altura de la película. Sin entrar a valorar sus méritos técnicos y artísticos, para lo cual os emplazo al sensacional artículo escrito por nuestro compañero y amigo Tombo, creo que el "score" que compuso Leonard Rosemann para la versión animada de Baskhi es muy superior, y desde luego mucho más inspirado que la música de Shore. Ahora es cuando hecho de menos a compositores como Kilar, Danny Elfman (con ese nombre, no sé en que estaría pensando el bueno de Peter, je-je) o el mismísimo John Williams..Pero bueno, tampoco voy a decir aquí que Mr Shore sea un desastre: hay partes que me gustan mucho (Lorien), y partes que me dan ganas de vomitar (Concerning Hobbits). Pero para que veáis lo extraña que es la mente humana, y más la mía, castigada por los excesos durante más de veinte años, ante el desencanto generalizado de la canción "May it be", no puedo evitar alucinar con ese tema tan íntimo y evocador. Enya, cuyo nombre ya de por sí sugiere a alguna antigua princesa de los Vanyar, ha pasado a formar parte de la Tierra Media para mí. Si ya era la reina de todas las Banshees de Irlanda, ahora da un salto a otro mundo más perdido y mítico; estremecedora.
- Sonido: El sonido de la película, o su edición posterior, tampoco me acaban de convencer demasiado. A pesar de estar en la carrera "pre-oscars", o tengo cera para montar un museo, o es que estoy más sordo que el de Fuendetodos, pero mi impresión es que está continuamente en un plano similar. Es cierto que ayuda a cargar la tensión en ciertos momentos, como cuando los Hobbits se esconden bajo las raíces, y la explosiva mezcla de los resoplidos y los cascos de los caballos inundan la escena con casi tanta fuerza como lo hacen las imágenes. Pero a pesar de algunos momentos brillantes, en general el sonido es más efectista que eficaz. Los efectos de sonido, sin embargo, si que son realmente buenos y enumerar aquí sus puntos álgidos es nombrar casi cualquier escena donde se utilizan.
- Doblaje: Y en este punto, con la iglesia más reaccionaria, conservadora, intolerante, cenutria y todos los epítetos que tengáis a bien en calificar, habéis topado... A mi natural aversión por ese atentado cultural que es el doblaje, se une mi indignación al tratarse de la película que es. Este en concreto es aberrante, creedme. A parte de las inexactitudes que desvirtúan y adulteran el espíritu del texto, se une la chapuza de esta ocasión. Y ya que estamos, permitidme que os desmonte el chiringuito que a propósito del doblaje tenéis montado en la península (Y que me perdonen los hermanos de las Tierras Imperecederas, pero los doblajes que se hacen por allá son todavía más deleznables). Aquí se llena la boca la gente diciendo cosas como "en España el doblaje es muy bueno, de los mejores del mundo" y chorradas por el estilo. Normalmente suelen comparar nuestros doblajes con los doblajes en francés, alemán e italiano, que son los otros grandes "criminales" de Europa, y saltan con frases iluminadas tipo " tendrías que oir a los alemanes, si parecen perros ladrando". Bien, para trazar una comparación entre un doblaje y otro, primero se tiene que dominar el idioma en cuestión, cosa que no hacen el 90% de los defensores del doblaje patrio. Yo no hablo francés ni alemán, pero si italiano, y os puedo garantizar que los doblajes en Italia son tan buenos (más bien tan malos) como los de España. Sobre "como suena" un doblaje ¿No os habéis parado a pensar lo que puede opinar un alemán o un francés de un doblaje en castellano? ¿No creéis que si a nosotros el doblaje en francés nos parece que están realizando una "fellatio" indefinida, a ellos nuestros doblajes les pueden parecer un banquete de "zopaz y zapatoz"? Pues eso, que no pretendo que estemos de acuerdo, pero que gracias al doblaje, la frase que suelta Gandalf al llegar al campo de la Fiesta "a long expected party" (título en inglés del primer episodio del libro) pierde todo su significado al traducirse literalmente. (Vale, acepto que en su día el traductor del libro quisiese rizar el rizo y no lo tradujese como es debido, pero ahora es lo que hay, y cuando Gandalf dice "long expected party" tiene que traducirse como "una reunión muy esperada".) También, el discurso de Bilbo no tiene nada que ver de como lo expresa en inglés y en el infame doblaje, y es que los atentados a los diálogos originales son tantos, que no cabrían ni en cinco folios. En Rivendel, en Moria, en Lorien... El humor de Merry y Pippin se convierte en charlotada barata carente de gracia... En fin, un desastre que por mucho que lo denuncie no va a tener solución...
Resumiendo, que estamos ante una buena película, brillante en algunos momentos, pero para nada una obra maestra ni nada por el estilo. Y desde luego, no podemos pasar por alto unos detalles, que a algunos pueden parecer nimios, pero que no tienen excusa cuando manejas una producción de tal envergadura. Veamos ¿Es que en una producción de "tropecientos" millones, dónde han trabajado "megacientos" profesionales, se pueden tolerar la gran cantidad de gazapos que han aparecido? ¿En qué par de nalgas estaban pensando, el director de rodaje, el ayudante de dirección, los auxiliares, los secretarios de rodaje, etc, etc, etc...? Además, si la WingNut se ha tomado la molestia de hacer ver al mundo lo meticuloso que es Peter Jackson, si le hemos visto supervisando vía satélite tres decorados a la vez... ¿Qué no podía haberse fijado en el coche, el orco curioso y demás gambas? ¡No me fastidies, hombre! Esos fallos son tolerables en películas como "Mal Gusto", hechas con cuatro perras y tus colegas, entre copiosas merendolas y adobados en hierba de la cuaderna sur, pero no en cintas como Gladiator, ESDLA, y similares. Además, el trabajo de los directores de casting, por lo menos el equipo de Nueva Zelanda, no merece nota alta. Los dobles de hobbits cantan más que el bisoñé de Leonardo Dantés... Me niego a creer que no haya en toda Kiwilandia cuatro adultos como Galindo o Kike Carabias (el "papa" gitano de los "Cruz y Raya") que mantuviesen la coordinación de movimientos con los personajes principales. La expresión corporal de un niño es completamente diferente a la de un adulto. Me parece un pecado grave. A mí, personalmente, y creo que así los visualizaba el Maestro en parte, no me hubiese importado que los Hobbits los interpretasen niños, pero usarlos como dobles de actores adultos ha sido una chapuza de tamaño monumental, insisto.
Bueno, estos son mis puntos de vista en cuanto a la película: De todas maneras, esperemos a ver la versión en DVD. Mejor; esperemos a ver la versión en DVD de la trilogía entera para poder sacar todas las conclusiones que esta ambiciosa producción se merece.
LA ADAPTACIÓN.
No descubro nada a estas alturas del partido diciendo que , como era de esperar, la adaptación no ha sido todo lo fiel que uno se podría imaginar. Parto de la base que en algunos aspectos, esta contingencia me podría parecer intrascendente, puesto que, como ya he dejado claro en anteriores ocasiones, comprendo y comparto que el lenguaje cinematográfico puede (y en cierto sentido creo que debe) ser muy diferente al literario. Sin embargo, esto no implica la pérdida de la esencia, y creo que esto SÍ que se pierde, por lo menos a ratos, en esta versión filmada. Quiero dejar claro que estoy opinando sobre una obra inconclusa, por lo que mis comentarios pueden ser tan inoportunos como injustos, soy consciente de ello. Pero la realidad es que lo que tenemos es lo que hay, y sobre eso debemos opinar; y sobre lo que hay, existen varios puntos que, siempre desde mi más modesta e iletrada opinión, y siempre llevado por el profundo amor que me inspira la palabra del Maestro, me decepcionan en demasía. Paradójicamente, dos de las personas que más y mejor conocen la obra del Profesor: Eleder, miembro ilustre de la STE y la UAN, y Gwaihir, puntal de la sabiduría aquí en "elfenomeno", se han declarado entusiastas de la cinta de PJ. Me he sorprendido por su aquiescencia, porque estaba convencido que iban a ser más críticos, pero no ha sido así, cosa que me congratula, porque en la discrepancia está el avance, la riqueza, el conocimiento y el progreso (intelectual, que el otro, como buen Tolkiendili no me interesa).
Entrando en materia, y para que quede constancia de mi buena fe J, me gustaría recalcar las partes en que la adaptación se me antoja buena o acertada. Como primera impresión quisiera darle el mérito que se merece la adaptación literaria; es muy buena, de verdad. Se ha intentado respetar los diálogos, y los añadidos no son altisonantes proclamas a lo "jolivú". En segundo lugar, me parece propio, en consideración a los espectadores legos en la obra de Tolkien, el ubicar la narración de la historia del Anillo a modo de prólogo, así como encajar temporalmente la captura de Gandalf, en relación con Frodo y su viaje. La recreación de Hobbiton es magnífica, no solo en lo visual, sino en lo que a la idiosincrasia del pueblo Hobbit se refiere. Se nota que "El Cabronazo" es un auténtico Mediano: Queda claro ante que tipo de gente nos encontramos. Todo es perfecto, la manera en que presenta el país, atravesado por Gandalf y Frodo en su carro, como sus habitantes exhalan ese aroma encantadoramente provinciano. El modo de presentar la relación entre Gandalf y Bilbo es grandioso, la fiesta de cumpleaños es perfecta, incluso me gusta su manera de introducir a Merry y Pippin. Debo admitir, que en esos primeros minutos de LCDA, lloré como hacía mucho tiempo no había llorado. También me sentí sobrepasado por las sensaciones cuando la compañía entra en Moria. Esa pertinaz sensación de agobio, esa habilidad, creo yo, para mostrarnos la grandiosidad de la minas, las cuales nos enseñan a su vez el perfil del pueblo Enano, desde luego mucho mejor que lo que lo hace el personaje de Gimli. Por último, y aparte de la recreación de Orthanc y el detalle de los árboles derribados, creo que Lorien y sus Señores están rayando a la perfección. Y digo rayando porque hay un aspecto que me convence menos que lo que le pueda convencer a un gorrino una invitación para la cena de San Martín, aunque de ello escribiré más adelante. Ahora quiero quedarme con la imponente estampa de los Mallorn milenarios, la gracia exquisita de los Flets (que también pude contemplar en los edificios de Rivendel) y sobre todo, la mágica presencia de Galadriel. He oído y leído por ahí críticas muy duras sobre el tratamiento de este personaje y su relación con Tolkien. Desde mi punto de vista, Peter Jackson ha estado finísimo. Galadriel es una princesa Noldo, aunque hija de Finarfin, se sumó a la Rebelión de los Noldor y no fue perdonada por los Valar, por eso permaneció en la Tierra Media después de la Primera Edad. Por lo tanto, a pesar de su sabiduría y su bondad, el personaje tiene cierto poso "maldito". Por otra parte, Galadriel era temida (o excesivamente respetada) por los Enanos y por los Jinetes de Rohan, y este temor, fundado más en lo misterioso que en lo concreto pero existente, se tiene que sostener de alguna manera. De la manera en que la reina de Lorien esquiva la tentación del anillo, me parece un ejercicio de fantasía y originalidad sorprendentes, a pesar, de cómo he oído por ahí, parecer estar enchufada a una toma de 1000 voltios. Otros detalles agradables son el Guardián del Lago, primo pequeño del Gran Calamar (aka Chthulu) y del que me mola mazo que no tenga ventosas, los Orcos y/o Trasgos (Mucho mejores que los Uruk), y los Nazgûl en su aspecto visual, no en su concepto
Pero existen otros aspectos que, por pretendidamente más cinematográficos, caen con facilidad en el cliché, y no casan nada con el espíritu de Tolkien. Para empezar, y enlazando con el último párrafo, quisiera recalcar una concepción, a mi parecer, equivocada de los Jinetes Negros. Los Nâzgul apenas tienen poder físico, (salvo cuando alguien usa el Anillo) y en esta versión hacen continuamente gala de él. Su poder se basa en el miedo que infunden en los corazones de los Hombres (por eso apenas pueden hacer nada contra los Elfos y Enanos), y aunque debo reconocer que Peter Jackson si que imprime esa sensación de pavor cuando los Nâzgul hacen acto de presencia, se apoya en partes iguales en su poder físico. Esto, por supuesto, al espectador le importa un comino, y es un recurso utilizado por el director para sugerir el pasado guerrero y regio de los Espectros, y por dinamizar la acción, bastante más metafísica en el libro. Pero por eso mismo, creo que este concepto de los Nueve es sumamente facilón. En la versión de Ralph Baskhi, con todas sus limitaciones e imperfecciones, creo que el espíritu de los Nâzgul está mucho más cercano a la obra de Tolkien que en esta versión, más cercano al de los corazones de la hornada original de fans del Maestro.
Otro acercamiento poco afortunado, es la manera que tiene Peter de situar la ubicación espacio-temporal de la historia. Aquí, seamos sinceros, hay momentos que no sabes si Gandalf ha estado en Orthanc diez minutos o diez días (Cada vez que sale un plano suyo en la torre, el fondo de árboles que están derribándose es el mismo), si al salir de Bree por la mañana llegan a la Cima de los Vientos por la tarde... ¿Dónde están los seis días que faltaban para llegar a Rivendel? Claro que, algunos pensaréis que en el cine esto no es tan fácil de plasmar, a lo que yo os contestaría que talvez tengáis razón, pero que algo muy importante en ESDLA aquí brilla por su ausencia. A pesar de que el tratamiento, tanto en los textos como en el aspecto visual, de Lorien está muy logrado, toda la profundidad simbólica que aportan los presentes de los Elfos a los miembros de la Comunidad desaparece con la manera tan ramplona de ventilarse el pasaje. Incido aquí en mi seguridad que en su montaje particular PJ va a zurcir la escena con más "espíritu" ;-D.
Pero la puñalada mayor que se le propina a ESDLA está en la tentación de Boromir y la huida de Frodo. A ver sí me explico: Todos los acontecimientos que vienen desarrollándose durante toda la Tercera Edad, están encaminados a la llegada de la "Hora de los Medianos". No existe ninguna profecía ni sortilegio destinados a este fin, por lo que es de suponer que en la Canción original de Ilúvatar estuviese sellado el sino de Arda, el cual incluye a los Medianos como punta de la pirámide del destino, por lo menos en lo que a los Días Antiguos y los Anillos de Poder se refiere. Así pues, es el destino el que decide la huida de Frodo, representado por la tentación de Boromir. Al hacer intervenir a Trancos como clarividente y comprensivo acicate estamos rompiendo la cadena forjada por el mismísimo Eru. Por supuesto que esto es una licencia del guión, y que cinematográficamente hablando es un buen recurso dramático, que refuerza a ambos personajes de cara a la historia, pero desde el punto de vista de la obra, es toda una puñalada trapera como ya he dicho...
Y ya, para terminar, creo, como ya he dicho, que ESDLA: LCDA es una buena película, quizá entre las tres mejores del pasado año, con muchos recursos iconográficos como para que perdure en la memoria colectiva, pero para nada una obra maestra. Lo cual no impide que sea un espectáculo impresionante que te hace pasar tres horitas de lo más entretenido.
La adaptación es correcta, bastante buena en cuanto a los textos, pero en mi opinión, no expresa lo que el Maestro trataba de expresar, por lo menos a mí no produce las mismas sensaciones. Creedme cuando os digo que si alguien esperaba este trabajo ese era yo ,(¡y yo!, ¡y yo!, ¡y yo!, ¡y yo!, ¡y...) pero tristemente (por mí) esta película no ha sustituido a la de Baskhi en mi corazón... Aunque mi corazón es muy grande, igual si hago un huequito....;-)