Análisis de la Banda Sonora de La Comunidad del Anillo
…A VISTA DE PÁJARO
Dos poderosos temas llaman inmediatamente la atención. Son estos sobre los que se articula toda la banda sonora, constituyendo el material básico utilizado por Shore. Como suele ser habitual, estos dos temas presentan un aspecto totalmente diferente. Uno de ellos es muy hermoso, es el tema conferido a La Comunidad del Anillo, allí donde ésta hace acto de presencia. Su aparición es abundante a lo largo de la banda sonora, ya apenas enunciado al final de La Profecía, hasta sonar con todo su esplendor, asignado a las cuerdas, en "Muchos Encuentros". Recuerda lejanamente a las bellas melodías de un John Barry, el inolvidable re-creador de "Memorias de África". El otro tema, opuesto en intención, es una fanfarria heroica y poderosa. Normalmente se encuentra asignada a los metales. Esta fanfarria, construida con contratiempos, se me antoja, lamentablemente, floja y poco original. En un principio, en una primera impresión, lo asocié a la típica banda sonora de película de serie B. Actualmente me sigue pareciendo uno de los puntos débiles de la banda sonora, pero, sin embargo, Shore consigue sacarle todo el partido posible. Ese es un gran logro. Sus apariciones esporádicas ocurren en los momentos más impresionantes y exactos, dándole, en mi opinión, mayor categoría de la que realmente merece esta especie de fanfarria. Sobre estos dos temas y mediante múltiples variaciones, Shore construye su banda sonora. Aparecen otra serie de temas, como el de los Hobbits o el del Anillo Único, pero en la mayor parte de los casos son variaciones de los dos primeros y principales temas.
El empleo de la voz humana es fundamental en todo el trabajo. Su tratamiento es exclusivamente instrumental, como un timbre más, formando parte indivisible de todo un conjunto. Hay fragmentos corales de mujeres, de infantes, otros destinados a hombres, y solos especialmente diseñados para momentos delicados. En un principio, debo decir que la presencia de Enya en la banda sonora me llenó de temores. Siempre me ha parecido una voz absolutamente artificial, modificada expresamente por medios electrónicos para conseguir unos efectos tan espectaculares como superficiales y efectistas. En El Señor de los Anillos, Enya está……como siempre. Sin embargo, el gran trabajo de Howard Shore ha consistido en integrarla perfectamente en el conjunto. La detallada y preciosista instrumentación y las transiciones que Shore proporciona hacen que la voz de Enya no se comporte como un elemento completamente extraño.
La banda sonora se abre con una seductora cantinela. Bajo las palabras proféticas del coro en perfecto Quenya, surge una hermosa melodía atribuida a los chelos. Aquí ya se aprecia el misterio, el drama, la melancolía que va a salpicar toda la obra. Buen augurio, sin duda. Tras un clímax, vuelve la calma y arranca, por primera vez, con una simple trompeta, el tema de La Comunidad, surgiendo de la nada más absoluta y sin completar, apenas esbozado. Un momento mágico, al igual que otros muchos.

Misterio, carácter tétrico, para una música que pretende contar un periodo muy oscuro en la historia de la Tierra Media. La música aquí es prácticamente atmosférica, evocando y pintando una atmósfera opresiva. Hacia el minuto 1:15 aparece un pasaje de viento muy típico en Shore, enormemente similar al tema principal de la película La Celda. Se pretende provocar una impresión de desazón, de pavor. El coro inmediatamente le sustituye de manera terrible, desembocando en el tema del Anillo, que es terriblemente deformado.


Uno de los momentos de más calidad que he encontrado a lo largo de la banda sonora. Un momento irónico para acercarnos a Bree mediante un tema muy interesante, pero siempre rodeado de bruma, de oscuridad, de algo que todavía no se puede revelar. De repente aparece el tema de los jinetes negros, rápidas figuras y arpegios en los chelos, y los coros en pleno frenesí amenazador.

Otro momento increíblemente bello. Un comienzo de solistas femeninos en un hermoso y melancólico tema, recordando arcanas músicas gregorianas. Uno de los grandes momentos en muchos años de música cinematográfica. Todo se transforma en una música orquestal muy apacible y bella. Pero la persecución regresa, los jinetes negros arrebatan la paz nuevamente. El momento termina como ha empezado, con la tranquilidad de los cantantes absolutamente místicos y oníricos. Una obra maestra en muchos sentidos.
Uno de los momentos más extrovertidos y poderosos. A partir de ahora la banda sonora no tiene desperdicio alguno, si es que lo ha tenido en algún momento. Un pórtico solemne con los coros permite la aparición de uno de los dos temas principales con todo su esplendor: el tema de la Comunidad, con los violines al completo en su registro grave. Es un tema hermosísimo, lleno de melancolía. El momento continúa con múltiples variaciones y con un nuevo retorno del tema en toda su gloria, para terminar muriendo en la paz más absoluta. Este movimiento convencerá, sin duda, a mucha gente.
