¿Dónde puedo aprender “élfico”?
Cuando alguien dice que quiere aprender "élfico", lo más normal es que lo que realmente quiere aprender es Quenya, el Alto Élfico, y más concretamente su "dialecto" Noldorin.
Dejando aparte la polémica de si el Quenya es una auténtica lengua (cosa que algunos dudan, pero que quien esto escribe no está en condiciones de afirmar ni rebatir), lo cierto es que según la página especializada en lenguajes artificiales LangMaker se cita al Quenya como la segunda más popular, y sólo por detrás del Esperanto.
Tolkien no dejó una gramática Quenya, ni siquiera un diccionario. Existen, eso sí, las "Etimologías", publicadas en El Camino Perdido (quinto volumen de La Historia de la Tierra Media); una guía de pronunciación y notas sobre la escritura en los Apéndices de ESdlA; y también numerosas frases y poemas escritos en Quenya, y algunas cartas con aclaraciones lingüísticas. Se puede decir que el resto es fruto del trabajo de investigación de un buen número de fans a lo largo de todo el mundo, de tal forma que no es exagerado considerar al Quenya una lengua, hasta cierto punto, "viva".
La página de referencia en cuanto a las lenguas creadas por Tolkien, y no sólo sobre el Quenya, es la magnífica Ardalambion, de Helge Kåre Fauskanger. Podemos disfrutar de este gran trabajo en castellano gracias a una estupenda traducción; pero si queremos conocer las últimas actualizaciones (como, por ejemplo, el completísimo Curso de Quenya), habrá que visitar la página original en inglés.
Pero el Ardalambion hay que visitarlo con calma; la cantidad, calidad y extensión de sus artículos es tal que podemos sentirnos abrumados. Lo mejor es entrar y echar un vistazo general, y, una vez repuestos de la impresión, empezar a estudiar con tranquilidad.
Entre las páginas hechas en España e Hispanoamérica destaca la del Instituto Lingüístico Lambenor (I.L.L.), asociada a esa genial locura que es la Universidad Autónoma de Númenor. Además de los cursos y artículos que ofrece (muchos en colaboración con el Ardalambion), el I.L.L. dispone de su propia lista de correo (la Lista Lambenor), centro de discusión y estudio sobre las lenguas creadas por Tolkien. La inscripción a esta lista se puede realizar desde la propia página del I.L.L.
Hay más páginas en castellano, evidentemente, pero se puede decir que en todas ellas encontraremos básicamente lo mismo. No es extraño que estas páginas estén asociadas entre ellas (como las diversas Sociedades Tolkien), y que algunos de sus miembros pertenezcan a más de una.
Pero en inglés podemos encontrar páginas tan buenas como la polaca Gwaith-i-Phethdain, la "Hermandad de los Forjadores de Palabras", un impresionante compendio de estudios, artículos, ensayos, recursos, poemas, relatos y "curiosidades" relacionados con las lenguas élficas. De visita obligada.
Hay muchos sitios en Internet dedicados al Quenya, cierto es, pero no conviene olvidar que hay otro medio para aprender, un medio más "clásico": los libros. El mejor (¿y único?) que existe en castellano es La Lengua de los Elfos (Ediciones Minotauro, 1999), escrito por Luis González Baixauli, miembro de la Sociedad Tolkien Española. Los más exigentes en la materia afirman que este libro, a pesar de su calidad, ha quedado ligeramente anticuado, pues no recoge los últimos "descubrimientos" sobre el Quenya. Pero esto es algo inherente a los libros, que no pueden tener la velocidad de actualización de una página web; y de todas formas, es un gran libro.
Pero claro, saber élfico no es sólo hablarlo, también es escribirlo. Y escribirlo además siguiendo unas normas. Como primero necesitaremos unas fuentes para poder utilizarlas en nuestros ordenadores, lo mejor será visitar la página de Dan Smith, desde donde podremos descargar varios tipos de fuentes, tanto Tengwar (o letras, resumiendo mucho) élficas como Runas enanas, así como instrucciones de uso y mapas de teclado. Hay varias páginas que ofrecen estas fuentes, pero ésta es la original (data de 1995).
En cuanto a las reglas para utilizar esas fuentes, en la web de la Asociación Tolkien Argentina tenemos un trabajo muy bueno, el Taller de Escritura, donde podemos consultar las reglas que nos permitan escribir tanto en Quenya como en castellano utilizando las Tengwar élficas.
Y claro, ¿no sería mucho mejor si el pasar de nuestro alfabeto a Tengwar fuera automático? Pues eso es posible mediante el programa Tengwar Scribe, que os podéis bajar gratuitamente desde aquí. Este programa no es un "traductor", es decir, si se escribe una frase en castellano no la traduce al Quenya, lo que hace es transcribir el texto que introduzcamos a caracteres élficos (Tengwar). Funciona en base a una serie de modos, o colecciones de reglas, que el programa entiende y que son particulares de cada idioma; por defecto se incluyen los modos para el Quenya, Sindarin, Lengua Negra e Inglés, mientras que el modo Castellano tendremos que descargarlo e instalarlo aparte. Para utilizarlo hay que haber instalado previamente las fuentes necesarias (desde la página de Dan Smith, por ejemplo).
Pues nada, a darse prisa, que a este paso el Quenya será dentro de poco obligatorio en las escuelas.
© Las FAQ de ElFenómeno, 2002
Dejando aparte la polémica de si el Quenya es una auténtica lengua (cosa que algunos dudan, pero que quien esto escribe no está en condiciones de afirmar ni rebatir), lo cierto es que según la página especializada en lenguajes artificiales LangMaker se cita al Quenya como la segunda más popular, y sólo por detrás del Esperanto.
Tolkien no dejó una gramática Quenya, ni siquiera un diccionario. Existen, eso sí, las "Etimologías", publicadas en El Camino Perdido (quinto volumen de La Historia de la Tierra Media); una guía de pronunciación y notas sobre la escritura en los Apéndices de ESdlA; y también numerosas frases y poemas escritos en Quenya, y algunas cartas con aclaraciones lingüísticas. Se puede decir que el resto es fruto del trabajo de investigación de un buen número de fans a lo largo de todo el mundo, de tal forma que no es exagerado considerar al Quenya una lengua, hasta cierto punto, "viva".
La página de referencia en cuanto a las lenguas creadas por Tolkien, y no sólo sobre el Quenya, es la magnífica Ardalambion, de Helge Kåre Fauskanger. Podemos disfrutar de este gran trabajo en castellano gracias a una estupenda traducción; pero si queremos conocer las últimas actualizaciones (como, por ejemplo, el completísimo Curso de Quenya), habrá que visitar la página original en inglés.
Pero el Ardalambion hay que visitarlo con calma; la cantidad, calidad y extensión de sus artículos es tal que podemos sentirnos abrumados. Lo mejor es entrar y echar un vistazo general, y, una vez repuestos de la impresión, empezar a estudiar con tranquilidad.
Entre las páginas hechas en España e Hispanoamérica destaca la del Instituto Lingüístico Lambenor (I.L.L.), asociada a esa genial locura que es la Universidad Autónoma de Númenor. Además de los cursos y artículos que ofrece (muchos en colaboración con el Ardalambion), el I.L.L. dispone de su propia lista de correo (la Lista Lambenor), centro de discusión y estudio sobre las lenguas creadas por Tolkien. La inscripción a esta lista se puede realizar desde la propia página del I.L.L.
Hay más páginas en castellano, evidentemente, pero se puede decir que en todas ellas encontraremos básicamente lo mismo. No es extraño que estas páginas estén asociadas entre ellas (como las diversas Sociedades Tolkien), y que algunos de sus miembros pertenezcan a más de una.
Pero en inglés podemos encontrar páginas tan buenas como la polaca Gwaith-i-Phethdain, la "Hermandad de los Forjadores de Palabras", un impresionante compendio de estudios, artículos, ensayos, recursos, poemas, relatos y "curiosidades" relacionados con las lenguas élficas. De visita obligada.
Hay muchos sitios en Internet dedicados al Quenya, cierto es, pero no conviene olvidar que hay otro medio para aprender, un medio más "clásico": los libros. El mejor (¿y único?) que existe en castellano es La Lengua de los Elfos (Ediciones Minotauro, 1999), escrito por Luis González Baixauli, miembro de la Sociedad Tolkien Española. Los más exigentes en la materia afirman que este libro, a pesar de su calidad, ha quedado ligeramente anticuado, pues no recoge los últimos "descubrimientos" sobre el Quenya. Pero esto es algo inherente a los libros, que no pueden tener la velocidad de actualización de una página web; y de todas formas, es un gran libro.
Pero claro, saber élfico no es sólo hablarlo, también es escribirlo. Y escribirlo además siguiendo unas normas. Como primero necesitaremos unas fuentes para poder utilizarlas en nuestros ordenadores, lo mejor será visitar la página de Dan Smith, desde donde podremos descargar varios tipos de fuentes, tanto Tengwar (o letras, resumiendo mucho) élficas como Runas enanas, así como instrucciones de uso y mapas de teclado. Hay varias páginas que ofrecen estas fuentes, pero ésta es la original (data de 1995).
En cuanto a las reglas para utilizar esas fuentes, en la web de la Asociación Tolkien Argentina tenemos un trabajo muy bueno, el Taller de Escritura, donde podemos consultar las reglas que nos permitan escribir tanto en Quenya como en castellano utilizando las Tengwar élficas.
Y claro, ¿no sería mucho mejor si el pasar de nuestro alfabeto a Tengwar fuera automático? Pues eso es posible mediante el programa Tengwar Scribe, que os podéis bajar gratuitamente desde aquí. Este programa no es un "traductor", es decir, si se escribe una frase en castellano no la traduce al Quenya, lo que hace es transcribir el texto que introduzcamos a caracteres élficos (Tengwar). Funciona en base a una serie de modos, o colecciones de reglas, que el programa entiende y que son particulares de cada idioma; por defecto se incluyen los modos para el Quenya, Sindarin, Lengua Negra e Inglés, mientras que el modo Castellano tendremos que descargarlo e instalarlo aparte. Para utilizarlo hay que haber instalado previamente las fuentes necesarias (desde la página de Dan Smith, por ejemplo).
Pues nada, a darse prisa, que a este paso el Quenya será dentro de poco obligatorio en las escuelas.
© Las FAQ de ElFenómeno, 2002