Meduseld, cuestión relatos...

Cerrado

Hiniglin
Hiniglin
Desde: 17/11/2001
Hola Meduseld,

Ya que se ha abierto la sección de relatos, yo también estoy interesado en que me publiquéis alguno, si puede ser, por supuesto. Pero abro este mensaje para preguntarte si aceptais relatos que, aun dentro de la temática de Tolkien, no hacen explícita referencia al mundo de este, pero tampoco a cualquier otro mundo, ya sea propio, es decir, inventado por uno mismo, o sea cualquier otro ya habido.

Lo digo porque tengo uno muy breve, que por cierto ya publiqué en la web de Ociojoven.com, con la que creo que tenéis un link, o tenías antes (perdón, no me he fijado mucho en eso últimamente), bajo el pseudónimo de Boromir III, y que se titula "En la Mina". Por cierto, por allí ya he mencionado la web de Elfenomeno... je je je . Pero me gustaría que vosotros también lo tuvieséis aquí.

Es un relato de corte, de todas formas, yo diría, más que claramente, tolkiano. Puedes mirarlo por ti mismo, si te interesa o si tienes tiempo, o si lo prefieres, me lo comentas y te lo envío directamente (comprimido en formato zip ¿no?), a ver si puede entrar. Te dejo el link directo, por si acaso:

http://www.ociojoven.com/article/articleview/14279/1/43/

Gracias por tu atención, Meduseld (jo, si que me he hecho largo para comentar sólo esto)
Un saludo de Hiniglin.
En pie, aventureros.
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Anónimo
Anónimo
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#1 Respondiendo a: Hiniglin

Hola Meduseld,

Ya que se ha abierto la sección de relatos, yo también estoy interesado en que me publiquéis alguno, si puede ser, por supuesto. Pero abro este mensaje para preguntarte si aceptais relatos que, aun dentro de la temática de Tolkien, no hacen explícita referencia al mundo de este, pe...


Pues yo no veo ningún problema...mientras no se hagan claras referencias a un mundo ajeno al de Tolkien, por mi perfecto...

saludos
Meduseld

pdta: por cierto, ¿cómo de breve es el relato?

(Mensaje original de: Meduseld)
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Anónimo
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#2 Respondiendo a: Anónimo


Pues yo no veo ningún problema...mientras no se hagan claras referencias a un mundo ajeno al de Tolkien, por mi perfecto...

saludos
Meduseld

pdta: por cierto, ¿cómo de breve es el relato?

(Mensaje original de: Meduseld)

(Esta es la mia)Oye, Meduseld...

Bueno, yo tengo varios poemas y ya sé que se pueden publicar en la sección de relatos. Sólo que veo un problema con esa sección y es que está "poco accesible" Porque primero te tienes que meter a la Sección Tolkien y etc.

Por otro lado, sé que es algo muy complicado y que probablemente no podréis hacer nada al respecto pero... ¿Podríais poner en esa sección un Foro para comentar los relatos? Me refiero para que al escribir alli podamos leer los relatos de los demás y hacer algunas sugerencias y comentarios acerca del estilo, creo que para los escritores sería una opción interesante (me cuento entre ellos), sé que supondría trabajo extra y que es muy probable que tuvieráis que ampliar el espacio para la web y que no es un lugar sólo para escritores, que somos muchos los que escribimos y muchos más los que no leen ni escriben por eso proponía hacer algo a parte...

No me enrollo más.

Un saludo de la Kokiri

P.D: Quizás ande alguno de los poemas que tengo a esa sección... ¿se puede poner dedicatoria?

(Mensaje original de: Miki)
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Anónimo
Anónimo
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#3 Respondiendo a: Anónimo

(Esta es la mia)Oye, Meduseld...

Bueno, yo tengo varios poemas y ya sé que se pueden publicar en la sección de relatos. Sólo que veo un problema con esa sección y es que está "poco accesible" Porque primero te tienes que meter a la Sección Tolkien y etc.

Por otro lado, sé que es algo muy complic...

(Esta es la mia)Oye, Meduseld...

Saludoss

Bueno, sobre la poca accesibilidad de la sección relatos...buf, pues es que no se me ocurre qué se podría hacer para arreglarlo...

Sobre lo de el foro para comentar los relatos, me parece una gran idea, aunque el problema es la falta de tiempo para hacerlo No obstante, esta sugerencia la vamos a tener en cuenta, tenlo por seguro.

Sobre la dedicatoria...pues yo creo que sí se puede...no se me había ocurrido pensar en eso

saludos
Meduseld

(Mensaje original de: Meduseld)
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Hiniglin
Hiniglin
Desde: 17/11/2001

#4 Respondiendo a: Anónimo

(Esta es la mia)Oye, Meduseld...

Saludoss

Bueno, sobre la poca accesibilidad de la sección relatos...buf, pues es que no se me ocurre qué se podría hacer para arreglarlo...

Sobre lo de el foro para comentar los relatos, me parece una gran idea, aunque el problema es la falta de tiempo para ha...

Pues mira, Meduseld

Como me preguntas sobre la brevedad, si no te importa te lo he copiado aquí (y de paso si alguien quiere leerlo...). Ya lo ves, no es demasiado extenso. En todo caso, si no hay problema en que me lo publiquéis, lo repasaré y puliré el final, que puede que ocupe entonces algo, no mucho, más.

Gracias de nuevo, Meduseld.

En la Mina

Todavía se me encoge el corazón cada vez que lo recuerdo. Evoco el día funesto y las ahora viejas heridas, amargo recuerdo de entonces, me duelen de nuevo, tanto como cuando aun eran recientes y laceraban mi quebrantado cuerpo, como si el agudo filo que las abrió continuase allí, desgarrándolas y vertiendo la sangre.

Las sombras caían, pesadas, muy densas, se extendían desde los recovecos más profundos, desde detrás de las altas e inabarcables columnas de piedra labrada, trepaban por las paredes, parecían ávidas por cubrirlo todo, sumirlo todo en la negra oscuridad.

Me encontraba solo, sólo yo aun conservaba la vida en aquella cámara... ¡maldita seas, Mina de los Khas'ath, así te anegues por los siglos de los siglos en las tinieblas, de una vez por todas!
En torno a mí, cuerpos inertes, despojados de la vida que hasta hace unas horas los anímase... unos pertenecían a mis compañeros... aquí Nathiam, allá Nelya... adiós Gimlor... espadas quebradas, escudos partidos, yelmos hendidos, mallas de acero desgarradas y arcos cuya tensa jamás podría volver a tensarse... y poco más lejos, ingentes, los cuerpos desperdigados de innumerables enemigos caídos, abatidos por mí y mis compañeros, con los últimos arrestos de fuerza y vigor que a ellos les quedaban. Todo estaba demasiado oscuro como para poder ver cuanta sangre había sido derramada, pero debía ser mucha, por que las suelas de mis gastadas botas se adhería con demasiada frecuencia a la viscosa superfície del suelo.

Sentía el salobre sabor de las lágrimas y el sudor mezclados con el olor empalagoso de la sangre en mi boca, la vista enturbiada por el agotamiento, la cabeza embotada... Pasé el dedo por el filo de mi espada... nuevas mellas...
Y de repente sentí el golpe, el poderoso estertor, el anuncio de la llegada inminente y más temida; mi corazón volvió a acelerarse. Me saqué el yelmo, maltrecho, y lo arrojé a un lado...
Me volví en el justo momento en que la gran puerta de doble hoja, de madera y hierro, de pesadas aldabas de bronce, empezó a estremecerse con una violencia que iba en aumento.

Transcurrieron unos segundos interminables. Luego, un último golpe. La puerta cedió. Los goznes reventaron, las aldabas saltaron por los aires y las hojas de la puerta se derrumbaron, restallando contra el duro suelo, cientos de astillas se dispersaron por doquier... seguidas por una lluvía de chispas. Una llamarada intensamente roja brotó del umbral de la puerta y apareció aquello... el primero y último de los habitantes de la Mina, una sombra siniestra, alta como una atalaya, que sostenía una negra y gigantesca maza en una mano, de rostro oculto tras un yelmo de acero también negro y coronado de terrorífica oscuridad.

Ante esta visión, el terror se apoderó de mí y estuvo a punto de dominarme... pero la visión de mis compañeros y amigos caídos refundió valor y templanza en mis entrañas. Con toda seguridad, yo iba a morir, pero moriría en un intento de venganza. Quizá desesperado, pero no tenía a donde ir. No había otra alternativa honorable. Si había de morir, lo haría luchando y no entregando mi vida a la muerte por tan poco, como los cobardes, de alma de escaso valor.

-¡Irvendal!

El grito que surgió de mi garganta, que alentó mi pecho, me pareció que me salía del seno de la misma alma encendida.
Y me lance contra el ominoso enemigo...
Estalló la batalla y las doce columnas que sostenían los arcos de la Profunda Estancia temblaron. La maza, portadora de muerte, cayó cien o más veces contra mí; pedazos hizo con mi escudo, el suelo hizo estremecer y agrietar, hasta las mismas columnas se resquebrajaron, siendo víctimas de sus enloquecidos embates, los que iban en busca de mi vida. Mas, mi ánimo fue lo que no se quebrantó, aun cuando la sangre ya me manaba de demasiadas heridas. Finalmente, mi espada acabó por quebrarse, como las mis occidos compañeros, pero mi hoja se cobró su victoria póstuma, y cuando el Último de Kha'sath sucumbió, reventado el yelmo, perdida la corona, mi alma pudo descansar en paz... regresé a casa.

Dedicado a John Ronald Reuel Tolkien (3 de enero de 1892 - 2 de septiembre de 1973).
Gracias, maestro.


En pie, aventureros.
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