Cate Blanchett en España
La web del Canal + tiene un entrevista exclusiva con Cate Blanchett que estuvo en España presentado su última película Heaven.
CATE BLANCHETT: En realidad me llevó sólo dos días aceptar el proyecto, fue muy rápido. Mi agente me llamó para enviármelo y para decírme que se trataba sólo de una primera versión del último guión de Kieslowski, con lo cual, ya de entrada tuve muchas ganas de leerlo. Yo soy muy lenta a la hora de leer guiones, tardo meses y meses. La gente se estresa mucho y me llama, preguntando: “¿Te lo has leído ya?, ¿te lo has leído ya?”. En cambio con éste me pasó lo que nunca me había pasado antes, lo devoré en una hora y al día siguiente llamé a Tom. Eso también ayudó a la decisión de seguir adelante con el proyecto, porque Tom tuvo la honestidad de admitir que no sabía exactamente lo que tenía, con lo cual yo supe que iba a poder preparar el personaje con él, iba a poder discutir el contenido y eso me resultaba muy atractivo también.
Da la sensación de que este rodaje fue algo entre amigos pues ya había trabajado antes con Giovanni Ribisi y también con Anthony Minghella y Sydney Pollack, los productores.
C. B.: Definitivamente fue una suerte volver a trabajar con Giovanni en Heaven porque seis meses antes habíamos hecho Premonición juntos, entonces a la hora de preparar esta película no tuvimos que hacer todo el trabajo previo de conocernos y saber cómo encaraba el trabajo cada uno. Nos pudimos meter directamente en los personajes, con mayor profundidad. La presencia de Sydney Pollack y Anthony Minghella en el rodaje no fue constante, porque le dieron mucha libertad al director, Tom Tykwer, la película era suya y le dejaron tomar todas las decisiones, con lo cual tampoco coincidimos mucho en ese sentido. Aunque creo que Anthony sí que trabajó mucho con Tom en el guión y luego en posproducción. Pero desde luego, sí que el rodaje fue agradable y bastante íntimo porque se trataba de un equipo pequeño.
Muchos directores que han trabajado con usted mencionan que es una actriz con una excelente técnica actoral, ¿cuáles son las claves de esa técnica?
C. B.:Es interesante que opinen eso, pero también es natural. Yo empecé a actuar en el teatro y me formé en una escuela de arte dramático. El cine nunca fue una meca para mí. En cierta manera mi voz y mi cuerpo están preparados para desarrollar lo que aprendí cuando estudiaba y cuando hacía teatro. También aprendí a analizar un guión perfectamente. Sin embargo, creo que las decisiones de interpretación sí son intuitivas en el momento del rodaje o de la actuación. Lo que suelo hacer es llenar de antemano mi cabeza de información sobre el personaje y sobre lo que significa lo que va a hacer, para que el día de rodaje me convierta en el personaje automáticamente. Otra cosa muy importante que aprendí es a escuchar: al director, a los otros actores, saber interactuar con el resto de los personajes...
Sus últimos trabajos son muy diversos: superproducciones, películas de estudio americano, proyectos independientes... ¿cómo actriz se enfrenta de una manera diferente a las grandes producciones y a las pequeñas?
C. B.: La verdad es que tengo mucha suerte de poder participar en proyectos tan diferentes porque es así como descubres de verdad lo que es esta industria. Pero aunque he trabajado en una gran producción como El señor de los anillos, en realidad la sensación en esa película era de independencia absoluta. No se tenía la percepción de estar trabajando para un gran estudio, porque la manera de ser de Peter Jackson, su manera de rodar es absolutamente independiente. ¡Si ni siquiera llevaba zapatos!, ¡era un auténtico hobbit! No creo que nadie más en el mundo hubiera podido hacer esta película más que Peter Jackson. Con este tipo de gente, que vive intensamente y con pasión el cine, es con la que más me gusta trabajar, porque yo también lo vivo con intensidad. Necesito trabajar con este tipo de gente.
Es sorprendente que teniendo un nombre ya en Hollywood, le pidiera a Minghella un personaje secundario en El talento de Mr. Ripley, ¿volvería a hacer algo así, hacer un personaje secundario porque le gusta y no uno protagónico más lucido?
C. B.:Absolutamente. Mis ambiciones son muy personales. No me importa en absoluto lo que los demás opinen de mi carrera. Seguiré haciendo los personajes que más me interesan, independientemente de los intereses de negocio de terceros. De todos modos, soy un poco perversa al responder esto, porque no sé cuál será mi próxima película. A lo mejor es una superproducción americana de acción (risas). No sé.
El personaje de Philippa de Heaven precisaba mucha concisión porque es un personaje de una pieza, que se plantea temas tan rotundos como la justicia, la culpa, la redención a través del amor...
C. B.: Siempre que afronto un nuevo personaje es como el primer día del colegio, en el que llegas y no conoces a nadie, tienes que preguntar dónde esta todo, tienes que hacer amigos... Sientes una mezcla de miedo y de excitación. Con un personaje te pasa lo mismo, te tienes que hacer preguntas absolutamente sobre todos los aspectos de su vida. En el caso específico de Philippa, acudí a la Biblia, porque aunque no es un personaje católico y Kieslowski tampoco lo era, desde luego el guión tenía muchas referencias biblícas: el sentido de justicia bíblica, el tema de la culpa... Otra cosa que hice fue buscar muchas imágenes de lugares y víctimas de bombas y retuve esas imágenes en mi cabeza. Eso me ayudó mucho para saber lo que siente alguien que sabe que ha matado a inocentes... Pero el enfrentamiento más emocional con el personaje, eso sí que no sé exactamente cómo sale, porque es muy intuitivo.
Ya que se ha formado en una Escuela, ¿qué opina de la intrusión en el cine de actores no profesionales, como ocurre tanto en los últimos tiempos, sobre todo en el cine europeo desde el Dogma?
C. B.:Depende mucho del caso. Yo he trabajado con actores que no han tenido exactamente una formación académica, pero que son capaces de hacer composiciones de personajes increíbles de una forma autodidacta y a través de la improvisación. Como ocurre en una película tan estupenda como Celebración, que no hay exactamente un guión preconcebido, pero sí hay una interpretación basada en la improvisación, que además es impresionante. Hay una gran diferencia entre la gente que sabe lo que está haciendo a través de la improvisación, y la gente que improvisa sin más. Lo malo es que se extiendan programas como el fenómeno de Gran Hermano en todo el mundo. Creemos que lo que estamos viendo es natural, cuando muchas veces los participantes intentan actuar “como si” fueran naturales, y realmente no lo son. Esto, además de muy poco interesante, me aburre muchísimo.
¿Cómo ha sido para usted que un proyecto tan grande como The fountain haya sido pospuesto definitivamente? ¿En qué proyectos se la verá próximamente?
C. B.:Siento muchísimo respeto por Darren Aronosfky y también por Brad, pero para mí es un alivio que por fin el estudio, Warner, haya tomado una decisión, porque lo peor es estar esperando y este proyecto se estaba demorando muchísimo. Prefiero atenerme ya a esa decisión, que estar con la indecisión de no saber si se iba a hacer o no. Además, así tengo más tiempo para estar con mi hijo. Acabo de terminar una película con Joel Schumacher, Veronica Guerin, que está basada en la historia real de esta periodista irlandesa, que se estrenará el año que viene. Ahora tengo tres o cuatro proyectos en la mesa, pero todavía no me he decidido. Me gustaría mucho volver a trabajar en Europa.
Cate Blanchett forma parte de la última oleada de talentos australianos que ha inundado Hollywood. Desde que irrumpió en el panorama cinematográfico mundial con su excelente interpretación en Elizabeht, cuya encarnación de la Reina Isabel I de Inglaterra le valió un Globo de Oro, la australiana se ha convertido en una de las actrices más a tener en cuenta de los últimos años, con estupendas intervenciones en Bandits, Premonición o El señor de los anillos. Gracias al entusiasmo de Anthony Minghella y Sydney Pollack, productores de Heaven, sumados a los de Tom Tykwer y la propia Blanchett, podremos disfrutar de la película a partir del próximo 25 de octubre.
Sólo tardó dos semanas en recibir el guión de Heaven, leerlo, aceptarlo y firmar el proyecto ¿qué fue lo que vio en ese guión para decidirse tan rápidamente? ¿Influyó el hecho de que había sido escrito por Krzysztof Kieslowski?CATE BLANCHETT: En realidad me llevó sólo dos días aceptar el proyecto, fue muy rápido. Mi agente me llamó para enviármelo y para decírme que se trataba sólo de una primera versión del último guión de Kieslowski, con lo cual, ya de entrada tuve muchas ganas de leerlo. Yo soy muy lenta a la hora de leer guiones, tardo meses y meses. La gente se estresa mucho y me llama, preguntando: “¿Te lo has leído ya?, ¿te lo has leído ya?”. En cambio con éste me pasó lo que nunca me había pasado antes, lo devoré en una hora y al día siguiente llamé a Tom. Eso también ayudó a la decisión de seguir adelante con el proyecto, porque Tom tuvo la honestidad de admitir que no sabía exactamente lo que tenía, con lo cual yo supe que iba a poder preparar el personaje con él, iba a poder discutir el contenido y eso me resultaba muy atractivo también.
Da la sensación de que este rodaje fue algo entre amigos pues ya había trabajado antes con Giovanni Ribisi y también con Anthony Minghella y Sydney Pollack, los productores.
C. B.: Definitivamente fue una suerte volver a trabajar con Giovanni en Heaven porque seis meses antes habíamos hecho Premonición juntos, entonces a la hora de preparar esta película no tuvimos que hacer todo el trabajo previo de conocernos y saber cómo encaraba el trabajo cada uno. Nos pudimos meter directamente en los personajes, con mayor profundidad. La presencia de Sydney Pollack y Anthony Minghella en el rodaje no fue constante, porque le dieron mucha libertad al director, Tom Tykwer, la película era suya y le dejaron tomar todas las decisiones, con lo cual tampoco coincidimos mucho en ese sentido. Aunque creo que Anthony sí que trabajó mucho con Tom en el guión y luego en posproducción. Pero desde luego, sí que el rodaje fue agradable y bastante íntimo porque se trataba de un equipo pequeño.
Muchos directores que han trabajado con usted mencionan que es una actriz con una excelente técnica actoral, ¿cuáles son las claves de esa técnica?
C. B.:Es interesante que opinen eso, pero también es natural. Yo empecé a actuar en el teatro y me formé en una escuela de arte dramático. El cine nunca fue una meca para mí. En cierta manera mi voz y mi cuerpo están preparados para desarrollar lo que aprendí cuando estudiaba y cuando hacía teatro. También aprendí a analizar un guión perfectamente. Sin embargo, creo que las decisiones de interpretación sí son intuitivas en el momento del rodaje o de la actuación. Lo que suelo hacer es llenar de antemano mi cabeza de información sobre el personaje y sobre lo que significa lo que va a hacer, para que el día de rodaje me convierta en el personaje automáticamente. Otra cosa muy importante que aprendí es a escuchar: al director, a los otros actores, saber interactuar con el resto de los personajes...
Sus últimos trabajos son muy diversos: superproducciones, películas de estudio americano, proyectos independientes... ¿cómo actriz se enfrenta de una manera diferente a las grandes producciones y a las pequeñas?
C. B.: La verdad es que tengo mucha suerte de poder participar en proyectos tan diferentes porque es así como descubres de verdad lo que es esta industria. Pero aunque he trabajado en una gran producción como El señor de los anillos, en realidad la sensación en esa película era de independencia absoluta. No se tenía la percepción de estar trabajando para un gran estudio, porque la manera de ser de Peter Jackson, su manera de rodar es absolutamente independiente. ¡Si ni siquiera llevaba zapatos!, ¡era un auténtico hobbit! No creo que nadie más en el mundo hubiera podido hacer esta película más que Peter Jackson. Con este tipo de gente, que vive intensamente y con pasión el cine, es con la que más me gusta trabajar, porque yo también lo vivo con intensidad. Necesito trabajar con este tipo de gente.
Es sorprendente que teniendo un nombre ya en Hollywood, le pidiera a Minghella un personaje secundario en El talento de Mr. Ripley, ¿volvería a hacer algo así, hacer un personaje secundario porque le gusta y no uno protagónico más lucido?
C. B.:Absolutamente. Mis ambiciones son muy personales. No me importa en absoluto lo que los demás opinen de mi carrera. Seguiré haciendo los personajes que más me interesan, independientemente de los intereses de negocio de terceros. De todos modos, soy un poco perversa al responder esto, porque no sé cuál será mi próxima película. A lo mejor es una superproducción americana de acción (risas). No sé.
El personaje de Philippa de Heaven precisaba mucha concisión porque es un personaje de una pieza, que se plantea temas tan rotundos como la justicia, la culpa, la redención a través del amor...
C. B.: Siempre que afronto un nuevo personaje es como el primer día del colegio, en el que llegas y no conoces a nadie, tienes que preguntar dónde esta todo, tienes que hacer amigos... Sientes una mezcla de miedo y de excitación. Con un personaje te pasa lo mismo, te tienes que hacer preguntas absolutamente sobre todos los aspectos de su vida. En el caso específico de Philippa, acudí a la Biblia, porque aunque no es un personaje católico y Kieslowski tampoco lo era, desde luego el guión tenía muchas referencias biblícas: el sentido de justicia bíblica, el tema de la culpa... Otra cosa que hice fue buscar muchas imágenes de lugares y víctimas de bombas y retuve esas imágenes en mi cabeza. Eso me ayudó mucho para saber lo que siente alguien que sabe que ha matado a inocentes... Pero el enfrentamiento más emocional con el personaje, eso sí que no sé exactamente cómo sale, porque es muy intuitivo.
Ya que se ha formado en una Escuela, ¿qué opina de la intrusión en el cine de actores no profesionales, como ocurre tanto en los últimos tiempos, sobre todo en el cine europeo desde el Dogma?
C. B.:Depende mucho del caso. Yo he trabajado con actores que no han tenido exactamente una formación académica, pero que son capaces de hacer composiciones de personajes increíbles de una forma autodidacta y a través de la improvisación. Como ocurre en una película tan estupenda como Celebración, que no hay exactamente un guión preconcebido, pero sí hay una interpretación basada en la improvisación, que además es impresionante. Hay una gran diferencia entre la gente que sabe lo que está haciendo a través de la improvisación, y la gente que improvisa sin más. Lo malo es que se extiendan programas como el fenómeno de Gran Hermano en todo el mundo. Creemos que lo que estamos viendo es natural, cuando muchas veces los participantes intentan actuar “como si” fueran naturales, y realmente no lo son. Esto, además de muy poco interesante, me aburre muchísimo.
¿Cómo ha sido para usted que un proyecto tan grande como The fountain haya sido pospuesto definitivamente? ¿En qué proyectos se la verá próximamente?
C. B.:Siento muchísimo respeto por Darren Aronosfky y también por Brad, pero para mí es un alivio que por fin el estudio, Warner, haya tomado una decisión, porque lo peor es estar esperando y este proyecto se estaba demorando muchísimo. Prefiero atenerme ya a esa decisión, que estar con la indecisión de no saber si se iba a hacer o no. Además, así tengo más tiempo para estar con mi hijo. Acabo de terminar una película con Joel Schumacher, Veronica Guerin, que está basada en la historia real de esta periodista irlandesa, que se estrenará el año que viene. Ahora tengo tres o cuatro proyectos en la mesa, pero todavía no me he decidido. Me gustaría mucho volver a trabajar en Europa.
Comentarios: (0)
Tienes que entrar para ver los comentarios.