Conferencia en la UAM sobre las lenguas de Tolkien
Nuestra amiga Elanta pudo asistir ayer a la conferencia en la Universidad Autónoma de Madrid que, con motivo de estas jornadas sobre Tolkien organizadas por la STE, concedió Josu Gómez, a quien todos conocemos como Eleder, y nos ha confeccionado un pequeño resumen sobre lo que se trató en dicha conferencia. Lo podéis leer ampliando la noticia. Muchísimas gracias a Elanta por este reportaje.
Men cenuva fánë cirya... Con estas palabras, las primeras estrofas del poema Markirya, comenzaba la conferencia a cargo de Josu Gómez, al que muchos de nosotros conocemos como Eleder, titulada: "Tolkien, del Logos al Mito: apuntes lingüísticos sobre la Tierra Media".
Josu es Licenciado en Filología Vasca por la Universidad de Bilbao, y un miembro activo en el mundo Tolkeniano tanto dentro como fuera de la STE. Entre otras ocupaciones, actualmente se encuentra en el Instituto Lingüístico Lambenor, dentro de la Comisión de Lenguas de la Sociedad Tolkien Española, y que goza de una de las listas de correo hispanohablante con más suscripciones.
Después de introducirnos en el mundo de las lenguas élficas, Josu ha pasado a relatarnos cómo la inquietud por los idiomas despertó de manera muy temprana en Tolkien. En su infancia inventaba algunos dialectos sencillos (Animálico, Nevbosh) jugando con sus primas, hasta que descubrió los idiomas que marcarían su obra, el galés y el finés. Al contrario que las personas que aprenden lenguas por la utilidad que puedan tener en su trabajo, Tolkien aprendió hasta catorce idiomas por el mero placer de disfrutarlos y acceder a textos como el Kalevala o el Beowulf.
Después de la 1ª Guerra Mundial, Tolkien eligió el inglés antiguo para especializarse, y así se convirtió en profesor universitario. Fue entonces cuando empezaron a cobrar forma los idiomas que harían de su obra algo tan especial: el Quenya y el Sindarin.
Muy pronto Tolkien fue consciente de algo: sus idiomas estaban muertos porque no había nadie que los hablara. Decidió entonces confeccionar un mundo donde existieran gentes entre las que “elen síla lumen´omentielvo” fuese un saludo cotidiano; he aquí el germen de la Tierra Media. Un mundo, el nuestro, en una antigüedad ignorada, que surgió de Tolkien para dar vida a sus idiomas élficos y no al contrario. Creó unos mitos en los que hombres, hobbits, elfos, enanos, dioses... pudieran existir, y sin duda siempre mostró una cierta debilidad por el Pueblo de los Elfos.
A partir de aquí Josu entró en un terreno ligeramente más árido, al menos para los que no son filólogos. Nos ha explicado cómo, durante 62 años, Tolkien se dedicó a confeccionar una serie de idiomas apoyados en sus correspondientes mitos. El Quenya y el Sindarin son los más completos y perfectos, pero también llegó a esbozar idiomas como el Khûzdul de los enanos, el Adûnaico de Númenor, el Rohírrico de Rohan, Valiano de los Valar, Éntico (donde se tarda dos días en decir “hola”), e incluso la oscura Lengua Negra que Sauron intentó inculcar a los orcos con escaso éxito.
A través de esquemas y ejemplos hemos podido entender mejor la composición del Quenya resultado de la ecuación finés+latín+algo de español, su belleza; y también del Sindarin, realmente mucho más difícil debido a las cinco mutaciones del sustantivo, aunque Josu nos ha recomendado no protestar ya que hay idiomas de hasta 50 mutaciones.
Por último nos ha mostrado algo de las escrituras tengwar y cirth. Llegando a la conclusión que sólo un genio como Tolkien ha sido capaz de crear un mundo partiendo de un idioma, del Logos al Mito, como bien anunciaba el título de la conferencia.
Si queréis aprender más sobre los idiomas élficos y entender frases como Líran len lindeli laurië lúmissen, podéis acercaros a las páginas:
http://lambenor.free.fr/: En la que encontraréis un cursillo rápido de Quenya y enlaces varios sobre el tema.
http://lambenor.free.fr/ardalambion/index.html: La mejor y más completa página web sobre todos los idiomas de Tolkien (según mi criterio).
Magnifica conferencia y, en mi modesta opinión, creo que las que nos faltan tienen visos de igualar las dos que ya hemos disfrutado.
Como ha dicho Eleder, Hantalë ar tenn´encenië. (Gracias, y hasta la vista).
Elanta.
Men cenuva fánë cirya... Con estas palabras, las primeras estrofas del poema Markirya, comenzaba la conferencia a cargo de Josu Gómez, al que muchos de nosotros conocemos como Eleder, titulada: "Tolkien, del Logos al Mito: apuntes lingüísticos sobre la Tierra Media".
Josu es Licenciado en Filología Vasca por la Universidad de Bilbao, y un miembro activo en el mundo Tolkeniano tanto dentro como fuera de la STE. Entre otras ocupaciones, actualmente se encuentra en el Instituto Lingüístico Lambenor, dentro de la Comisión de Lenguas de la Sociedad Tolkien Española, y que goza de una de las listas de correo hispanohablante con más suscripciones.
Después de introducirnos en el mundo de las lenguas élficas, Josu ha pasado a relatarnos cómo la inquietud por los idiomas despertó de manera muy temprana en Tolkien. En su infancia inventaba algunos dialectos sencillos (Animálico, Nevbosh) jugando con sus primas, hasta que descubrió los idiomas que marcarían su obra, el galés y el finés. Al contrario que las personas que aprenden lenguas por la utilidad que puedan tener en su trabajo, Tolkien aprendió hasta catorce idiomas por el mero placer de disfrutarlos y acceder a textos como el Kalevala o el Beowulf.
Después de la 1ª Guerra Mundial, Tolkien eligió el inglés antiguo para especializarse, y así se convirtió en profesor universitario. Fue entonces cuando empezaron a cobrar forma los idiomas que harían de su obra algo tan especial: el Quenya y el Sindarin.
Muy pronto Tolkien fue consciente de algo: sus idiomas estaban muertos porque no había nadie que los hablara. Decidió entonces confeccionar un mundo donde existieran gentes entre las que “elen síla lumen´omentielvo” fuese un saludo cotidiano; he aquí el germen de la Tierra Media. Un mundo, el nuestro, en una antigüedad ignorada, que surgió de Tolkien para dar vida a sus idiomas élficos y no al contrario. Creó unos mitos en los que hombres, hobbits, elfos, enanos, dioses... pudieran existir, y sin duda siempre mostró una cierta debilidad por el Pueblo de los Elfos.
A partir de aquí Josu entró en un terreno ligeramente más árido, al menos para los que no son filólogos. Nos ha explicado cómo, durante 62 años, Tolkien se dedicó a confeccionar una serie de idiomas apoyados en sus correspondientes mitos. El Quenya y el Sindarin son los más completos y perfectos, pero también llegó a esbozar idiomas como el Khûzdul de los enanos, el Adûnaico de Númenor, el Rohírrico de Rohan, Valiano de los Valar, Éntico (donde se tarda dos días en decir “hola”), e incluso la oscura Lengua Negra que Sauron intentó inculcar a los orcos con escaso éxito.
A través de esquemas y ejemplos hemos podido entender mejor la composición del Quenya resultado de la ecuación finés+latín+algo de español, su belleza; y también del Sindarin, realmente mucho más difícil debido a las cinco mutaciones del sustantivo, aunque Josu nos ha recomendado no protestar ya que hay idiomas de hasta 50 mutaciones.
Por último nos ha mostrado algo de las escrituras tengwar y cirth. Llegando a la conclusión que sólo un genio como Tolkien ha sido capaz de crear un mundo partiendo de un idioma, del Logos al Mito, como bien anunciaba el título de la conferencia.
Si queréis aprender más sobre los idiomas élficos y entender frases como Líran len lindeli laurië lúmissen, podéis acercaros a las páginas:
http://lambenor.free.fr/: En la que encontraréis un cursillo rápido de Quenya y enlaces varios sobre el tema.
http://lambenor.free.fr/ardalambion/index.html: La mejor y más completa página web sobre todos los idiomas de Tolkien (según mi criterio).
Magnifica conferencia y, en mi modesta opinión, creo que las que nos faltan tienen visos de igualar las dos que ya hemos disfrutado.
Como ha dicho Eleder, Hantalë ar tenn´encenië. (Gracias, y hasta la vista).
Elanta.
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