Sin dedicar ni un solo segundo a recordar la primera entrega comienza la aventura de Las dos Torres. Un trepidente viaje por la Tierra Media con nuevos personajes, más fantasías y muchas escenas de lucha que ponen al espectador en tensión durante más de tres horas.
Peter Jackson ha conseguido lo que se suponía casi imposible: que su segunda parte de la trilogía de El Señor de los Anillos sea todavía mejor que la primera. Estamos de enhorabuena.
La cámara vuelve a circular con magnífica agilidad de nuevo por los increíbles paisajes de Nueva Zelanda, y la imaginación de Tolkien unida a las nuevas tecnologías digitales hacen posible un desbordante espectáculo cinematográfico.
Y es justo en los detalles donde encontramos que para esta producción no se ha dejado nada a la improvisación. Como la agilidad de un Légolas capaz de subir a un caballo en plena carrera o bajar una escalera sobre su escudo emulando a cualquier skater. O en los increibles decorados realizados al milímetro. O en la versatilidad del digitalizado Gollum, un personaje irreal capaz de producir emociones.
El reto de rodar las tres partes de esta megaproducción al mismo tiempo dota además de una continuidad inusual a esta historia.
Bienvenidos a esta nueva entrega y qué dura espera va a suponer un año más.