La tarde pasaba tranquilamente ante ellos mientras disfrutaban agradablemente del sol en el porche de Bolsón Cerrado. Ambos estaban fumando en silencio, viendo cómo un poco más apartados un grupo de hobbits jugaba despreocupadamente. Rompiendo el silencio, Bilbo formuló en voz alta sus pensamientos:
-Estaba pensando en designar un heredero.
-¿En serio? - Gandalf enarcó una ceja, sorprendido ante la inesperada revelación.
-Sí. Ya soy viejo, lo sabes. Todos dicen que me conservo muy bien y esperan que viva todavía muchos años. Pero eso no quita la sensación que llevo aquí dentro.
-¿Qué sensación?
-Es... difícil de describir. Un frío que empieza a llenarme. Cada vez me cuesta más trabajo seguir con mi vida aquí. Y a veces, cuando estoy solo... - tras unos instantes de vacilación, Bilbo continuó - cuando cae la noche y me encierro a dormir, muchas veces no puedo dormir. Los hobbits estamos hechos para vivir en grandes familias, rodeados de seres queridos. Pero yo eso no lo tengo.
-Entiendo...
-Por eso muchas veces invito a Frodo a venirse temporadas aquí. Pobre muchacho, perder a sus padres de una manera tan trágica. Se ahogaron, ¿lo sabías? Habían salido al lago en una barca y ya no volvieron.
-Oí algo de eso.
-Pero cuando Frodo no está me siento muy solo. Alguna vez me he puesto el anillo, ¿te acuerdas del anillo? y he aprovechado que nadie me veía para pasar un rato rodeado de otros hobbits.
-Bilbo, no necesitas ocultarte para estar con ellos - Gandalf parecía ahora serio y observaba atentamente a su amigo
-Lo sé. Pero ellos me consideran un hobbit extraño. No es igual que cuando les visito. No necesito que me hablen, ni siquiera que me miren. Sólo quiero estar cerca suya. Escuchar sus conversaciones. Fundirme con ellos.
-Sigo pensando que no necesitas ser invisible para estar con ellos.
-No es sólo ser invisible, me siento más protegido.
Ambos guardaron silencio durante un rato. Los hobbits que jugaban se habían acercado un poco más y ahora sus gritos llenaban el aire.
-¿Y tenías pensado en alguien?
-Bueno, ya te dije que Frodo estaba un poco aislado, como yo. Es un buen muchacho, un poco alocado, pero como todos los de su edad. Estaba pensando en pedirle que se viniera a vivir aquí, conmigo. Él tampoco tiene un hogar verdadero y Bolsón Cerrado es tan bueno como cualquier otro sitio. Así no me sentiría tan solo y Frodo volvería a tener alguien que cuidara de él. ¿Crees que es buena idea?
-No conozco a Frodo mucho, pero sí tú crees que es buena idea...
-Quería saber tu opinión. Siento que es algo importante, no solo para mí, sino para toda la Comarca.
-El dueño de Bolsón Cerrado siempre es importante para la Comarca.
Cuando el humo de sus pipas se disipó otra vez, Gandalf volvió a hablar:
-Camino hacia la Comarca pasé por Rivendel. Elrond volvió a reiterar su invitación, dice que cuando quieras tienes allí tu casa.
-Me alegra mucho saber que tengo buenos amigos, aunque sea lejos.
-Bilbo, tienes muchos buenos amigos, incluso aquí.
-Siguen sin perdonarme lo del dragón.
-No digas eso. Los hobbits jovenes te adoran. Y muchos de los adultos también. Pero te tienen miedo.
-¿Miedo?
-¡Claro! Siguen pensando que en cualquier momento volverás a coger el camino y temen que alguien más te siga.
-Quizás algún día vuelva a viajar... - sus ojos soñadores miraron a lo lejos - al menos hasta Rivendel.
-Cuando quieras.
De pronto uno de los hobbits que jugaban aterrizó encima de Gandalf, haciendo que éste tirase su pipa al suelo. Apartándose el rubio flequillo de la cara, miró primero con ojos asustados la pipa rota en el suelo y luego al mago. Éste era inescrutable.
-¡Oh! Lo siento mucho señor mago. Por favor, no me castigue. Fue sin querer, no ví dónde pisaba. ¡No me convierta en un gusano! Le traeré una pipa nueva si quiere, pero no me haga daño.
Los demás hobbits quedaron quietos expectantes de lo que iba a ocurrir. Gandalf se levantó lentamente y recogió su pipa del suelo. Cuando se enderezó se quedó mirando al hobbit, quien dió un paso atrás. Al ver la cara del pequeño hobbit, soltó una sonora carcajada que lo asustó aún más.
-¡Bolsón insensato! Ten más cuidado dónde pisas la próxima vez.
Frodo soltó un suspiro y miró a sus compañeros con una sonrisa cómplice. Al ver que el mago volvía a sentarse murmuró un ininteligible "perdón" y corrió hacia los demás hobbits.
-¿Tanto miedo me tienen? ¿De verdad creía que lo convertiría en un gusano?
-Viejo amigo, tienes que reconocer que tu fama en Hobbiton no es lo que se dice buena. - de lejos, Frodo los miraba aún dudando de su buena suerte - Ya te conocerá mejor.
-Es un buen chico, creo que has hecho la elección correcta.