Epílogo - Después de la Guerra
Capítulo 7: Pippin
Pippin exhaló un largo suspiro mientras caminaba con paso lento por el camino; apretaba las riendas de su caballo, andando detrás suyo a pocos pasos.
La Comarca.
Sin Frodo.
La plaza.
Sin Gandalf.
Pippin volvió a suspirar profundamente; aquello parecía más una prueba que un regreso.
Bolson Cerrado, sin Bilbo.
-Ay, cielos… -dijo parándose -¿Sabes qué ?Cirdán? ; Casi mejor si empezamos de nuevo ¿eh?. Quiero decir que…Bueno, veámoslo así…A ver… ¡Los campos están preciosos¡ -el caballo resopló sin entender porqué se paraban – Hay flores…y...Hobbits. No sé…hay….hay…Uf… ¿No notas que hace mucho calor?
-¡No me digas que estas hablándole al caballo!
Pippin reconoció la voz de la Hobbit inmediatamente y se giró con entusiasmo; era Esmeralda, la madre de Merry, su tía.
Sin decirle nada, soltó las riendas y la abrazó; ella empezó a reír.
-¡Me alegro de verte! ¡Estas radiante!
-¡Pippin, estás más alto que mi hijo¡ ¿Qué os dan de comer en esas extrañas tierras? ¡Que hermoso corcel! ¿Es tuyo? –preguntó acercándose al caballo. Pippin se apartó unas lágrimas y asintió.
Que apareciera su tía fue un consuelo, ya no sabía si huir del lugar; no creía poder afrontar solo el regreso.
Ambos empezaron a caminar uno al lado del otro, pero esta vez era Esmeralda quien llevaba las riendas.
-¿Cómo estáis? –le preguntó Pippin.
-¡De enhorabuena¡ -sonrió la hermana de su padre – No sé si lo sabes, pero parece ser que mi hijo y Estela Bolger están consolidando su relación.
Pippin esbozó una sonrisa; no lo sabía pero ya no era como antes, que se lo contaban todo. De hecho no recordaba a ninguna Estela aunque casi estaba seguro de que la recordaría al verle el rostro.
-Me alegro –dijo el Hobbit.
-¿Y tú?
-Vine a asegurarme de que Sam cumplía con su palabra y nombraba a su hijo como yo –bromeó Pippin.
-¡Oh, mi hermano, tu estimado padre, bien se encarga de recordárselo¡
-¿En serio? –Pippin sintió unas ganas casi incontenibles de abrazar a sus padres. De repente, les echaba mucho de menos.
-¿Y tu bufanda, Hobbitin? ¿Ya eres demasiado mayor o importante para eso?
-Es el uniforme de Caballero tía Esmeralda, ya lo viste una vez, cuando regresé con el primo Frodo. ¿Recuerdas?
-Estás realmente elegante.?
-Gracias –dijo tímidamente Pippin.
-¡Las chicas van a abalanzarse sobre ti¡ -Pippin se ruborizó y Esmeralda se hecho a reír - ¡Oh, no has cambiado tanto¡ Y dime, Pippin…¿vas a regresar a Gondor?
-No está dentro de mis planes.
-Me alegro. Tu madre te hecha mucho de menos. ¡Tu padre dice que has aprendido el arte de lanzar flechas directamente de la mano de un Elfo¡
-Si, se lo comenté en una carta, Legolas y Faramir… -Pippin hubiera preferido no mencionar esos nombres.
Les echaría muchísimo de menos, lo sabía pues era algo fácil de intuir.
No solo por haber estado viéndoles cada día durante años, si no por su estrecha relación.
-Bienvenido a tu hogar, Peregrin Tuck –le dijo Esmeralda acariciándole el brazo.
-Gracias.
Aquellas palabras ¡benditas palabras!
* Caballo que siempre pongo en mis relatos, normalmente representa el caballo de Tomih (mío) ^.^