Raza o especie: Elfo Noldo.
Grupos: Casa de Fingolfin, Gondolindrim, Casa del Arpa.
Objetos: Arpa dorada.
El nombre Salgant es de origen y significado desconocido.
Según se relata en El Libro de los Cuentos Perdidos, 2, Salgant era el líder de la Casa del Arpa, una de las doce Casas de Gondolin, siendo también descrito como un Elfo cobarde y necio, adulador de Maeglin, de figura pesada y rechoncha. Siempre llevaba consigo un Arpa dorada, igual que el símbolo de su casa.
Cuando Maeglin convenció a Turgon de quedarse a defender la ciudad y sus tesoros ante el inminente ataque de Morgoth, fue apoyado por Salgant en todo momento, ya que, aunque Maeglin tenia sus propios oscuros motivos de traición, Salgant sentía terror de abandonar la ciudad, ya que prefería luchar desde una fortaleza inexpugnable que arriesgarse a sufrir graves heridas fuera de ella.
Luego de que Maeglin contara a Salgant sus planes de traición, le ordenó la tarea de retener a Tuor en la morada del rey y de incitarlo a salir de allí en lo más peligroso de la lucha para conseguir matarlo; pero se cuenta como un pavor mortal se había apoderado de Salgant, que se marchó cabalgando a su casa y allí se encontró temblando en su cama.
Según se cuenta: “Turgon había enviado a los hombres del Arpa a ayudarlos ante el apremio de los mensajeros de Glorfindel, pero Salgant impidió que recibieran la orden diciéndoles que debían defender la plaza del Mercado Menor en el sur, donde él vivía, y los hombres había recibido esa orden con irritación. Sin embargo, se alejaron de Salgant para dirigirse a la morada del rey; y llegaron muy oportunamente, porque una multitud triunfante de enemigos le pisaba los talones a Glorfindel. Por su propia decisión, los hombres del Arpa se arrojaron con gran ímpetu sobre ellos y compensaron con creces la cobardía de su señor al hacer retroceder nuevamente al enemigo hasta el mercado, y, por no tener jefe, siguieron avanzando embravecidos, de modo que muchos quedaron atrapados entre las llamas o cayeron víctimas del aliento de la serpiente que se refocilaba allí.”
Sobre su fin se cuenta como el joven Eärendil preguntaba por él durante la huida, ya que ”a veces Salgant le contaba curiosas historias o lo divertía con bufonadas y Eärendil reía mucho con el viejo Gnomo cuando solía ir a la casa de Tuor, porque le gustaban el buen vino y las comidas sabrosas que allí le daban. Pero nadie sabía dónde estaba Salgant ni podía saberlo. Tal vez el fuego lo había sorprendido en su lecho, aunque algunos creían que lo habían llevado como prisionero a la morada de Melko y lo habían convertido en su bufón... y ese es un triste destino para un noble de la ilustre raza de los Gnomos. Entonces Eärendil se entristeció y echó a andar en silencio al lado de su madre.”
Se ha sugerido que, de haberse desarrollado posteriormente este relato por Tolkien, seguramente se hubiera cambiado el enfoque del personaje de Salgant, ya que aquí es descrito con unas características sin precedentes en un señor elfo: gordo, achaparrado, cobarde y necio.