Maeglin
Raza o especie: Elfo
Nacimiento: 320 PE
Muerte: 510 PE
Grupos: Casa del Topo de Gondolin
Objetos: Anguirel
Otros nombres: Lómion; Iôn
Según se nos dice, el hijo de Aredhel nació en la oscuridad del bosque de Nan Elmoth, y su madre, al nacer le puso un nombre secreto en Quenya, Lómion, pues la lengua de los Noldor estaba prohibida en los dominios de su esposo Eöl. Sin embargo, su padre, Eöl, lo llamó Iôn hasta que cumplió los doce años, momento a partir del cual lo llamó Maeglin, “Mirada Aguda”, pues la mirada de su hijo era aún más aguda que la suya propia y según se dice, era capaz de conocer las verdaderas intenciones que se escondían tras las palabras. Conforme Maeglin iba creciendo, cada vez se parecía más en cuerpo a los Noldor: era alto y de piel blanca; y sus ojos eran brillantes y profundos. Pero tanto su espíritu como su mente eran como los de su padre: hablaba poco, pero cuando lo hacía su poderosa voz hacía sucumbir a todo aquel que lo escuchaba.
Maeglin solía acompañar a su padre a las ciudades de los Enanos, donde aprendió mucho sobre el trabajo de la piedra y los metales. Sentía un gran amor por su madre, con la que pasaba mucho tiempo escuchando historias y proezas de su noble casa. Cuando supo que Turgon no tenía heredero (pues su única hija era Idril Celebrindal) sintió deseos de ir a Gondolin, pues pensó que allí obtendría un poder que creía suyo por derecho. Y quiso conocer a los hijos de Fëanor, que vivían cerca del bosque, pero cuando su padre conoció sus intenciones, le prohibió que tuviera trato con los Noldor so pena de prisión. Desde entonces se fue distanciando cada vez más de Eöl, hasta que en el verano del año 400 de la Primera Edad, aprovechando que su padre se encontraba en Nogrod, convenció a su madre y escaparon de Nan Elmoth dirigiéndose a Gondolin. Según se cuenta, antes de marchar robó Anguirel, la espada de su padre, (que era hermana de la espada Anglachel del Rey Thingol).
Finalmente, Aredhel y su hijo llegaron al Portal Exterior de Gondolin donde fueron recibidos con gran alegría. Una vez contada su historia, ya en presencia de Turgon, Maeglin causó una grata impresión en el Rey pues parecía un auténtico príncipe de los Noldor. Allí fue donde vio por primera vez a Idril, hija de Turgon, y desde entonces la deseó por encima de todo. Pero Eöl había seguido los pasos de los fugitivos, y en presencia de Turgon exigió con orgullo que Maeglin regresara con él a su hogar. Ante la negativa del Rey, el Elfo Oscuro sacó una jabalina que llevaba oculta y se la arrojó a su hijo, pero su madre se interpuso en el camino del arma mortal y pocas horas más tarde encontró la muerte. Eöl fue condenado a muerte y arrojado por sobre los muros de la ciudad, pero antes de morir maldijo a su hijo y le deseó la misma muerte. Por este motivo, Idril, que tenía el don de la premonición, desconfió de Maeglin, y se sentía turbada cuando él la miraba.
A partir de entonces Maeglin se elevó en los favores del Rey y se hizo poderoso. Aprendió mucho de la ciencia de los Gondolindrim y también les enseñó lo mucho que sabía sobre las artes y el trabajo de la piedra y los metales. Encontró la mina de Anghabar, rica en duro hierro, con el que fabricó muchas armas de gran calidad para los ejércitos del Rey. Con el tiempo se convirtió en Señor de la Casa del Topo, cuyos hombres llevaban hachas de doble filo y arreos negros y cascos redondos cubiertos de piel de topo. De esta forma Maeglin se convirtió en uno de los más poderosos príncipes de los Noldor, pero no era feliz, pues no tenía lo que más deseaba: a Idril.
Cuando en el año 495 de la Primera Edad llegó Tuor a Gondolin, fue acogido por el Rey siguiendo los consejos y advertencias de Ulmo. Y las puertas escondidas de las Echoriath fueron cerradas y nadie podía salir de la ciudad, por lo que Tuor se quedó en el reino en calidad de huésped del Rey. El hijo de Huor se hizo poderoso y se ganó los favores del Rey, además del corazón de Idril, con la que se casó en el año 502 de la Primera Edad. Y esto fue demasiado para Maeglin, pues no sólo su poder en la ciudad era usurpado por un mortal sino que también había perdido la posibilidad de conquistar a su amada. Y fue así como su odio por Tuor crecía hasta hacerse incontenible y cuando podía hablaba en contra suya. Además, Maeglin desoía las órdenes del Rey y salía con frecuencia fuera de las Montañas Circundantes en busca de metales y fue de este modo como en el año 509 de la Primera Edad fue capturado por los Orcos y llevado a Angband.
Y así se produjo una de las mayores traiciones de los Días Antiguos: a cambio de salvar su vida, Maeglin contó a Morgoth todo lo que necesitaba saber sobre la ubicación y las defensas de la ciudad. Y fue tal la alegría de Morgoth, que le prometió a Maeglin, como pago por su información, el señorío de Gondolin y la posesión de Idril tras la toma de la ciudad. Y entonces, para no levantar sospechas, Maeglin volvió a la ciudad y no dijo nada, hasta que en el año 510 de la Primera Edad se produjo la Caída de Gondolin. Maeglin aconsejó entonces a Turgon a resistir dentro de la ciudadela pues de esta forma se aseguraba que todos perecieran en el asedio y no lograran descubrir su traición. Y aprovechando el ataque a la puerta norte de la ciudad cogió a Idril e intentó dar muerte a Eärendil. Pero Tuor se enfrentó cara a cara con Maeglin y tras romperle un brazo, lo arrojó sobre los muros de la ciudad, y después de dar tres golpes contra las piedras, Maeglin cayó sobre las llamas que ardían abajo. Y fue así como encontró la muerte el hijo del Eöl, y se cumplió la maldición que su padre le lanzara antes de morir.