Lugar de origen o emplazamiento habitual: Quebradas de los Túmulos.
Otros nombres: Barrow-wights en la V.O.
Los tumularios son un tipo de espectro; por lo que sabemos de su origen y descripciones, se presumen espíritus malignos que animaban cadáveres y huesos muertos de tumbas funerarias.
Su nombre en la V.O. es Barrow-wights
En El Señor de los Anillos se narra la presencia de estos espectros en la zona conocida como las Quebradas de los Túmulos, y de como los hobbits protagonistas casi sucumben al ataque de éstos cuando intentaban atravesar la zona.
Según se narra, el origen de los tumularios en esta zona proviene del año 1633 de la Tercera Edad, cuando el reino dúnadan de Cardolan sucumbe definitivamente ante los ataques de Angmar. El Rey Brujo, para prevenir un resurgimiento de los Dúnedain de esta zona, envía multitud de espíritus malignos que se aposentan sobre los túmulos funerarios donde se enterraban a los muertos del reino (aunque los túmulos funerarios de esta zona se remontan hasta la Primera Edad), convirtiéndolo en un lugar maldito y temido.
Frodo, Sam, Merry y Pippin llegaron a la Quebrada de los Túmulos el 28 de septiembre de 3018, después de descansar y recuperarse en casa de Tom Bombadil. Tom les advirtió que tuvieran cuidado al pasar por allí, y la intención de los Hobbits era atravesar esas tierras antes del anochecer. Sin embargo, mientras descansaban se quedaron dormidos y cuando despertaron era tarde y estaban inmersos en una espesa niebla.
Frodo, perdido, comienza a buscar a sus compañeros, pero no consigue dar con ellos. El Hobbit acaba desmayándose y cuando se despierta, se encuentra dentro de un túmulo. Sam, Merry y Pippin yacían envueltos en sábanas blancas y adornados con joyas, mientras que unas espadas amenazaban sus cuellos.
Una mano reptaba hacia la empuñadura de la espada que pendía sobre el cuello del hobbit. Frodo consiguió vencer el deseo de ponerse el Anillo y con la espada consiguió cortar la mano. Llamó entonces a Tom Bombadil, quién acudió al rescate de los Hobbits y con sus cánticos vence a los tumularios. Una vez fuera del túmulo, Tom entrega a los Hobbits las armas de los tumularios, espadas con las que antaño se había combatido al rey Brujo.
Por lo que sabemos de sus encuentros con los hobbits protagonistas, los Tumularios sólo podían actuar en la oscuridad, siendo totalmente inoperantes o incluso destruidos a la luz del día; por medio de encantamientos, podían anular la voluntad de sus victimas, a las cuales atrapaban y encerraban en sus túmulos para luego sacrificarlos.
Según se dice en los Apéndices de El Señor de los Anillos: “Dicen algunos que el túmulo en que el Portador del Anillo quedó encerrado había sido la tumba del último príncipe de Cardolan, que cayó en la guerra de 1409".
Aunque sólo se habla de la presencia de estos Tumularios en la zona de las Quebradas de los Túmulos, no se descarta la posibilidad de que existan en otras zonas de la Tierra Media, tal y como se puede apreciar, por ejemplo, en que en Rohan tenían una palabra propia para los espectros y espíritus malignos: dwimmerlaik.