Cuentan los Quendi, los que hablan con voces, que las palabras flotaron y se perdieron entre las estrellas; allí, una brilló más que ninguna.Cuentan que con sólo cerrar los ojos, podía escucharse el melancólico canto del bosque... y el gemir de las hojas que, con el viento, susurraban una nana para todos aquellos que supieran cómo escuchar.Los ríos, las montañas, las piedras... plantas y animales... ¡todos hablaban! ¡¡Todos cantaban la canción de Krâlag!! Y lloraban, lloraban en silencio mientras la brisa arrancaba sus lágrimas y las elevaba hacia el firmamento.Y en lo más sombrío y recóndito del bosque, se dice...
(sigue)
Sí, usamos cookies para mostrarte información, publicidad y datos de tu sesión. Sí, la ley nos obliga a poner este comentario si lo hacemos. Si sigues navegando es que todo esto te da lo mismo o te parece bien: muchas gracias por visitarnos, y di amigo y entra. Si no, cierra la página, namarië y tan amigos.