Esta palantir, de las más pequeñas, se custodió durante toda la Tercera Edad en Minas Tirith. Servía principalmente para comunicarse con la Piedra de Ithil, aunque la desaparición de esta última con la toma de Minas Ithil por los Nazgûl en 2002 provocó que los Reyes de Gondor dejaran prudentemente de usarla. Se guardó en secreto en la cámara más alta de la Torre de Echtelion.

Pero ante la amenaza creciente de Sauron, el Senescal Denethor volvió a utilizarla, cerca del 3000. Al principio, su fuerza de voluntad le permitió controlarla viendo así todo tipo de acontecimientos. Pero al saber la muerte de su hijo, su mente se quebró. En 3019, Sauron, a través de la Piedra de Ithil, le reveló las fuerzas que acantonaba contra Minas Tirith, lo que aceleró la desesperación del Senescal. Durante el asedio a la ciudad, Denethor se suicidó, arrojándose a una pira junto a su palantir. La Piedra no se destruyó, pero nunca más volvió a funcionar, pues los que la miraban sólo podían ver dos manos ennegrecidas, consumiéndose en el fuego.