¡No soy un hombre!
Un curioso artículo en la web SFgate.com habla del aumento de la relevancia de las heroínas en el cine en los últimos años... y comienza, cómo no, con la impactante frase de El Retorno del Rey en la que Eowyn revela al Rey Brujo que ha llegado el momento de que su destino se cumpla:
- "¡No soy un hombre"
Al comienzo de este artículo, el autor comenta que el papel tradicional de las mujeres en el género de aventuras ha estado en un segundo plano, alejadas de la batalla. El hecho de que Éowyn tenga que vestirse de hombre para cabalgar junto a su hermano y su tío es un buen reflejo de este hecho.
Eso sí, nos permitimos recordar ahora el texto orginal, mucho más "impactante" que la frase que pronuncia Miranda Otto en la última película de El Señor de los Anillos, escrita por nuestro querido J.R.R. Tolkien hace muchos años. Suyo es, realmente, el mérito de haber roto el rol "tradicional" de las mujeres alejadas de la batalla:
-¡Vete de aquí, dwimmerlaik, señor de la carroña! ¡Deja en paz a los muertos!
Una voz glacial le respondió: -¡No te interpongas entre el Nazgûl y su presa! No es tu vida lo que arriesgas perder si te atreves a desafiarme; a ti no te mataré: te llevaré conmigo muy lejos, a las casas de los lamentos, más allá de todas las tinieblas, y te devorarán la carne, y te desnudarán la mente, expuesta a la mirada del Ojo sin Párpado.
Se oyó el ruido metálico de una espada que salía de la vaina.
-Haz lo que quieras; mas yo lo impediré, si está en mis manos.
-¡Impedírmelo! ¿A mí? Estás loco. ¡Ningún hombre viviente puede impedirme nada!
Lo que Merry oyó entonces no podía ser más insólito para esa hora: le pareció que Dernhelm se reía, y que la voz límpida vibraba como el acero.
-¡Es que no soy ningún hombre viviente! Lo que tus ojos ven es una mujer. Soy Éowyn hija de Éomund. Pretendes impedir que me acerque a mi señor y pariente. ¡Vete de aquí si no eres una criatura inmortal! Porque vivo o espectro oscuro, te traspasaré con mi espada si lo tocas.
- "¡No soy un hombre"
Al comienzo de este artículo, el autor comenta que el papel tradicional de las mujeres en el género de aventuras ha estado en un segundo plano, alejadas de la batalla. El hecho de que Éowyn tenga que vestirse de hombre para cabalgar junto a su hermano y su tío es un buen reflejo de este hecho.
Eso sí, nos permitimos recordar ahora el texto orginal, mucho más "impactante" que la frase que pronuncia Miranda Otto en la última película de El Señor de los Anillos, escrita por nuestro querido J.R.R. Tolkien hace muchos años. Suyo es, realmente, el mérito de haber roto el rol "tradicional" de las mujeres alejadas de la batalla:
-¡Vete de aquí, dwimmerlaik, señor de la carroña! ¡Deja en paz a los muertos!
Una voz glacial le respondió: -¡No te interpongas entre el Nazgûl y su presa! No es tu vida lo que arriesgas perder si te atreves a desafiarme; a ti no te mataré: te llevaré conmigo muy lejos, a las casas de los lamentos, más allá de todas las tinieblas, y te devorarán la carne, y te desnudarán la mente, expuesta a la mirada del Ojo sin Párpado.
Se oyó el ruido metálico de una espada que salía de la vaina.
-Haz lo que quieras; mas yo lo impediré, si está en mis manos.
-¡Impedírmelo! ¿A mí? Estás loco. ¡Ningún hombre viviente puede impedirme nada!
Lo que Merry oyó entonces no podía ser más insólito para esa hora: le pareció que Dernhelm se reía, y que la voz límpida vibraba como el acero.
-¡Es que no soy ningún hombre viviente! Lo que tus ojos ven es una mujer. Soy Éowyn hija de Éomund. Pretendes impedir que me acerque a mi señor y pariente. ¡Vete de aquí si no eres una criatura inmortal! Porque vivo o espectro oscuro, te traspasaré con mi espada si lo tocas.
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