Portadas de Leandro para Elfenomeno

Durante dos años, Leandro escribió una serie de relatos cortos para la portada de Elfenomeno.com, basados en El Señor de los Anillos, a modo de homenaje a J.R.R. Tolkien, para dar la bienvenida a quienes entraban en la página web. Estos relatos quedan ahora recogidos aquí en un único texto, ordenados cronológicamente tal y como fueron mostrados, incluyendo un último poema muy personal...

7 de junio del año 3018 de la Tercera Edad

- ¡No puedo creerlo! - exclamó el joven Hal -. Creía que la fortuna de los Bolsón era inagotable.
- Tus tontas ideas sí que son inagotables - le respondió Ted, riéndose -. Primero el viejo Bilbo y después Frodo han malgastado esa fortuna imaginaria. Y quien siembra vientos, recoge tempestades, como decía la vieja Dora. Ah, qué bien le hubiera ido a Frodo si hubiera hecho más caso de su tía y menos de su tío. No se vería ahora obligado a vender Bolsón Cerrado por una bagatela.
- No sabes si ha sido una venta fácil. Posiblemente Frodo haya querido sacar el mayor provecho de su viejo hogar - dijo Merimac Brandigamo, apoltronado en la silla en la que siempre se sentaba, bebiendo cerveza de la jarra de la que siempre bebía.
- No olvides quién es la compradora - replicó Ted Arenas, cada vez más divertido y satisfecho de volver a ser el centro de atención del Dragón Verde.
- Eso es cierto - corroboró el viejo Ganapié, golpeando el suelo con su enorme pie, haciendo temblar el suelo de todo el local -. Si la señora Lobelia es la compradora, el pobre Frodo lo habrá vendido a precio de ocasión.
La noticia había corrido como un reguero de pólvora por todo Hobbiton, llegando al Dragón Verde incluso antes que el propio Frodo, que entró en aquel momento por la puerta, sonriente. Éste se sorprendió de que todos lo supieran ya, pero cuando vio al joven Nibs, el hermano de Rosita. Frodo comprendió que Sam había contado la historia que habían preparado en casa de los Coto. y a Nibs le había faltado tiempo para salir corriendo a contarlo por todo el pueblo.
- Sí... En efecto... No tanto, no tanto... Pues... - intentaba contestar Frodo a las docenas de preguntas que le formulaban aquí y allá -. Sí, me mudaré este otoño...
Frodo supuso que ya no hacía falta pasarse por La Mata de Hiedra para dar cuenta de la noticia. Pero mientras, pensó en Sam. Como único confidente de Frodo, Sam había prometido acompañar a su señor hasta los Gamos y más allá si era necesario, pero eso significaba abandonar a Rosa, si al fin decidían partir hacia Rivendel. Frodo confiaba plenamente en Sam, pero ¿qué decisión tomaría su fiel jardinero a la hora de partir? ¿Le acompañaría como decía, o decidiría quedarse en Hobbiton, donde podría formar un hogar muy pronto?

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