Epílogo - Después de la Guerra

Este nuevo relato de Tomih Tuck es sencillamente un epílogo, un "despues de..." y en este caso, de la Guerra del Anillo en el cual se nos cuenta brevemente cómo siguieron las vidas de algunos personajes de El Señor de los Anillos. Para cualquier comentario o sugerencia, podéis contactar con la autora en hobbit_tomih@yahoo.com.mx

Capítulo 4: Arwen

Amaba a Aragorn más que a si misma.
Y cuando él la miraba, ella aun se ruborizaba, porque la miraba con tanto amor, tanto deseo y tanta adulación, que ella se sentía abrumadamente dichosa.
Paseaban a menudo por la plaza con las manos entrelazadas, mientras Eldarion correteaba cerca de ellos, a veces persiguiendo algunos pájaros que visitaban el árbol blanco.
Una paz que nunca hubo imaginado conquistaba cada día el corazón de la Elfa.
Sabía que de alguna manera su padre y su estimada madre a la que renunció volver a ver, sabían lo feliz que era. Su felicidad traspasaría todo tipo de distancias.
Le hablaba a Eldarion de sus abuelos y de sus tíos, los de verdad.
Aunque fuera egoísta, Arwen no les extrañaba. A veces lamentaba no poder compartir su dicha con su familia, pero en ningún momento lamentó haber tomado la decisión de separarse de ellos.
Por nada, por nadie, hubiera dejado escapar un futuro así.
Ser egoísta era su recompensa o así lo veía ella cuando hablaba de ello con Aragorn. Ser egoísta y no sentirse culpable por ello. A veces en sueños le parecía oír a su padre repitiéndole que la quería muchísimo.
A su madre la oía mirando las estrellas, deseando que fueran las mismas que miraba ella.
Y a su querida abuela, Galadriel: si ella supiera que Arwen era tan intensamente feliz…Creía verla sonreír a través de las auras. Arwen creía que Galadriel visionó aquella dicha perdida en un amor inconmensurable.
También Celeborn e incluso su amigo Haldir, ambos más serios y de pocas palabras.
Pero ellos eran Elfos que no creían tanto en los Humanos como ella y Galadriel misma creían.
-¡Mamá¡ -gritó Eldarion abrazándola entre risas. Después se escondió detrás de ella sujetándose en su vestido y Arwen rió viendo como Aragorn se acercaba a su hijo persiguiéndole. Pero le dejó escapar interrumpiendo el juego para besar a su esposa.
-Hola –le susurró. El le devolvió el saludo sonriéndole.
-¿Cómo estás? –preguntó acariciando el vientre de Arwen.
Ambos sonrieron al unísono al notar una patada del futuro retoño.
Eldarion les miró sonriendo, se pasaba el día entre abrazos, sonrisas, mimos, juegos…Y pronto tendría una hermanita para compartir todo aquello.


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