La traductología aplicada al estudio de la obra de Tolkien
     María Inés Arrizabalaga es docente investigadora de la Universidad Nacional de Mar del Plata, en Argentina. Recientemente, ha publicado su tesis de licenciatura, que aborda problemas relacionados con la traducción, y donde la obra de Tolkien se contempla como objeto de estudio. La propia María Inés se ha puesto en contacto con Elfenomeno y nos ha hecho llegar un ejemplar de su libro, editado por Estanislao Balder tanto en inglés como en español, en el cual se recoge dicha tesis: J.R.R. Tolkien y El Señor de los Anillos: Problemas semióticos de la traducción.
     Para todos aquellos que desconocemos la función de la traductología, este texto puede suponer un primer paso, puesto que en la primera parte del libro se aborda la teoría (y, según palabras de la propia autora, el misterio) de la traducción, mientras que en la segunda parte María Inés aplica esta teoría a su "vicio secreto": La obra de Tolkien, y su vínculo (desde el punto de vista traductológico) con adaptación al cine de El Señor de los Anillos, realizada por Peter Jackson.
J.R.R. Tolkien y El Señor de los Anillos: Problemas semióticos de la traducción
     Así, en palabras de Alejandro del Vecchio (amigo de la autora y colega de la universidad), se nos invita a participar "de ese mundo fascinante que es el de las teorías o estéticas del cine" y "seguir con enorme atención los dos modelos de análisis de que se sirve nuestra autora para, primero, explicar la transposición del texto literario al guión cinematográfico de Peter Jackson y, segundo, analizar los tópicos fundamentales de la trilogía y su redistribución en los diálogos que integran dicho guión". De hecho, os ofrecemos en la ampliación de la noticia el texto íntegro del discurso que el propio Alejandro realizó en la presentación del libro. Valga aquí también a modo de presentación del mismo, junto con nuestra enhorabuena a la autora por acercarnos una nueva perspectiva en el estudio de la obra de nuestro querido Profesor.
J.R.R. Tolkien y El Señor de los Anillos: Problemas semióticos de la traducción

María Inés Arrizabalaga
Se me ha concedido a mí también el honor de decir algunas palabras acerca del libro «J. R. R. Tolkien y El Señor de los Anillos. Problemas semióticos de la traducción» de la ya presentada María Inés Arrizabalaga. Pero, en rigor, es evidente que este honor no obedece a mi competencia en temas de traducción, semiosis o la obra de Tolkien, sino a mi condición de amigo y ex-compañero (en letras) de la autora. Confieso que cuando tuve por primera vez el libro entre mis manos experimenté una cierta desconfianza. No, desde luego, en su contenido, garantizado por los impecables antecedentes de María Inés (de los que por otra parte fui un testigo privilegiado), sino más bien en mi capacidad para poder comprender y disfrutar un texto sobre temas tan complejos como los propuestos. No obstante, debo decir que esta desconfianza fue rápidamente desestimada por la claridad expositiva y la sólida argumentación desplegadas en el discurso de nuestra escritora.
Desde ya que quien les habla no es traductor de inglés, lengua que apenas sospecho, ni mucho menos traductólogo, palabra cuya existencia, incluso, me fue revelada por el libro que nos ocupa. Esto puede parecer una inconveniencia, sobre todo si consideramos que en el prólogo, María Inés afirma que escribió la tesis que originó estos volúmenes y que sigue trabajando en el tema porque no acaba nunca de entender ese misterio que es, precisamente, la traducción. (Sentimiento éste que sí puedo compartir, aunque, desde luego, por distintos motivos). La explicación y discusión en el texto de conceptos como «versión», «adaptación» o «interpretación», sin embargo, fueron otra revelación saludable. Y mucho más formar parte, como lector, del estado de la cuestión de problemas vinculados a términos como «equivalencia»,«fidelidad» y «traducibilidad», que terminó de introducirme a los distintos tipos de conflicto que encierra el proceso de traducción.
Pero otro hecho de suma importancia reforzaba mi incompetencia a la hora de leer y presentar el libro de María Inés: mi desconocimiento impune de la obra literaria del Profesor Tolkien, reconocido vicio secreto y obsesión de la autora. Me permito una digresión para explicar que llamo Profesor a Tolkien porque Tolkien era, entre otras cosas, filólogo, y sus textos literarios, según me ha dicho María Inés hace un momento, constituyen una denuncia, una puesta en evidencia de la crisis epistemológica que atravesaba esta disciplina(la filología), desde principios de siglo pasado, en las más prestigiosas universidades europeas. Comprendía yo entonces (o creía comprender) el espesor del discurso literario de Tolkien, espesor muchas veces inadvertido por lecturas superficiales e ingenuas en exceso. Una vez más, no obstante, el análisis que María Inés hace de la tesis tolkieniana sobre la evolución, distribución y diáspora lingüísticas en Tierra Media, terminó por consolidar un entusiasmo que ya no me abandonaría hasta terminar la lectura. Este entusiasmo me permitió seguir con auténtico interés la revisión de los principales factores que Tolkien aborda en su diseño de comunidades de oralidad primaria, a saber: la conservación del acervo folclórico, la construcción de una memoria oral y comunitaria, y el empleo didáctico y moralizante de parábolas y alegorías en grupos semianalfabetos, por parte de referentes culturales legitimados.
María Inés Arrizabalaga
Pero todavía quedaba algo más: a la ignorancia del inglés, a la conciencia de apenas sospechar los avatares de la traductología y al desconocimiento de la obra literaria de Tolkien, se sumaba a este lector-presentador un nuevo atributo por demás insólito: ni siquiera había visto las películas de la trilogía de “El señor de los anillos”. Hecho que, sin embargo, como en realidad todos los demás, no me impidió participar de ese mundo fascinante que es el de las teorías o estéticas del cine, ni me impidió seguir con enorme atención los dos modelos de análisis de que se sirve nuestra autora para, primero, explicar la transposición del texto literario al guión cinematográfico de Peter Jackson y, segundo, analizar los tópicos fundamentales de la trilogía y su redistribución en los diálogos que integran dicho guión. Me refiero a los modelos de análisis de Christian Metz, que, como sostiene María Inés, es el estructuralista, el optimista constructor de sentido, el que traslada al cine plantillas de organización lingüística; y al de Gilles Deleuze, el deconstructor, el diseñador de imágenes catalogadas en el tiempo y en el vaivén de su movimiento.
Vaya entonces, a manera de cierre a estas pocas palabras, un consejo: no se dejen asustar por el título del libro. A pesar de mis múltiples ignorancias (o tal vez por eso mismo), aprendí mucho y fue un verdadero placer leer el trabajo de María Inés Arrizabalaga, les recomiendo a todos ustedes que también lo hagan.

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