¡¡Ha aterrizado un cabronazo!!
Exhaustivo, personal y a la vez divertidísimo artículo en el que nuestro compañero Aldo nos relata cómo conoció la obra de Peter Jackson, antes de que éste se embarcara en la producción de la trilogía de El Señor de los Anillos.
Hace ya algunos años, el que esto os escribe se encontraba viajando por esas carreteras de Dios, embarcado en un espectáculo de variedades más parecido a una corte de los milagros que a una fanfarria festiva. Entre villa y pueblo, entre aldea y ciudad, las interminables y monótonas horas muertas que pasábamos en el autobús las liquidábamos a base de sesiones de mus y tute, siestas condicionadas (por el traqueteo de la furgona), y claro, intensivas sesiones de video para todos los gustos.
Después de devorar las obras completas de John Holmes y Ginger Lynn, y con media tripulación sufriendo esguince de muñeca; tras encajar sin pestañear todos los episodios de "Alf", marcialmente ordenados del primero al quincuagésimo noveno; y al final del último capítulo de "Curro Jiménez"; mi compañero, a quien cariñosamente llamábamos "Gordo" por causas obvias, sacó de su mochila una pequeña joya. Era una copia pirata de una película, recientemente galardonada en el festival internacional de cine fantástico de París.
Casualmente hacía poco que "El Abuelo", a la sazón batería y técnico de monitoraje, menesteres que ocupaba al alimón en la susodicha trouppe, había abierto unas deliciosas latas de ventresca del cantábrico, calamares en salsa guiri, y callos a la cazuela, para regocijo de nuestros sufridos paladares. Latas, por cierto, a las que dimos matarile en menos que canta un fósil, convenientemente regadas con vino peleón, cerveza calentorra y agua de la cisterna. Dispuestos a digerir tan suculento festín (sic) nos sentamos en la parte posterior de nuestro vehículo recreativo, donde teníamos instalada la "sala de proyección", a la par que el Gordo introducía la cinta en las fauces del magnetoscopio. La película se titulaba "Bad Taste", que en inglés significa "Bad Taste", pero que en el idioma de aquende y allende quiere decir "Mal gusto".
Debo reconocer que jamás había visto en una película tanta sinceridad en su enunciado y tanta coherencia en su trama: una auténtica declaración de intenciones. Era dura, y logró que algunos de los más rudos comediantes que castigan las carreteras de Dios se rilasen como colegiales... El primero en caer fue Sergio, que amablemente devolvió al Abuelo parte de las viandas que este previamente nos había ofrecido. El regazo de mi compañero fue graciosamente decorado con un collage de formas y colores (y olores) a cuál más caprichoso. Kiko tuvo la delicadeza de ganar el escusado antes de descargar el lomo de la ventresca cual corriente indómita bajando por la cañada...Yo, lo reconozco, tuve un par de amagos de rendición, y las arcadas me invadieron sin piedad. No obstante, conseguí dominar mi asco y me dejé invadir por la coña marinera que desprendía esa película tan gamberra... Desde entonces, servidor de ustedes, que como todo ser humano tiene sus traumas y taras, empecé a sentir curiosidad por el autor de semejante guarrada, así que en breve conseguí hacerme con una copia para mi deleite personal...
Este relato, basado en hechos reales, sirve para ilustrar la intensidad del trabajo del cineasta que nos ocupa y el efecto inmediato que produjo en toda una generación de degenerados vividores, crápulas, amantes de los/las menores, y canalla de similar ralea. Y es que su ¿autor? Vino a rellenar un hueco que ocuparon Roger Corman en los 50, Russ Mayer y George.A. Romero en los 60 y Tobe Hooper en los 70, y que parecía destinado a extinguirse ante la invasión de "Jasons", "Freddys", y "Hombres Altos" varios, que llenó el cine de terror fantástico en los años 80. Este tío, decidió vacilar al mundo con una serie de cortes a cuál más extravagante, donde se reía de muchos de los clichés de nuestra sociedad, y de paso, donde criticaba los grandes defectos que nos aquejan, desde el punto de vista del observador involucrado y salpicado por la misma mierda que nos pringa a los demás. Señoras y señores ¡Peter Jackson!...
Este pedazo de cabrón sin escrúpulos nació allá donde las cisternas desaguan al reves, es decir en las antípodas, concretamente en Nueva Zelanda, la noche de Halloween de 1961, siendo probablemente, el mayor de los sustos que los Jackson tuvieron esa noche. Según ciertos rumores sin confirmar, parece que el pequeño Peter llegó disfrazado de Orco y gritando aquello de ¡Truco o caramelo!, a lo que su padre reaccionó dándole un guantazo que al resonar intensamente en su recién estrenada sesera, le distorsionó la capacidad de discernir entre el respeto y la ofensa, cosa que debemos agradecer porque gracias a aquel socorrido sopapo hemos disfrutado de sus degeneradas ideas.
Bromas aparte, Peter llegó al mundo en el seno de una familia de clase media, era hijo único y su infancia solo se puede catalogar como feliz, tranquila y llena de amor familiar, así que buscar en su biografía datos tales como que fuese sodomizado por el cura párroco, que sufriese la mofa y la befa de sus compañeros de colegio, o que fuese objeto de soberanas tundas paternas, datos que suelen explicar lo complicado del carácter de futuras estrellas, es tan difícil como inútil; Sus padres se querían y le querían. Cuando tenía ocho años, compraron por capricho una cámara de 8 mm, que tras la novedad y el típico uso navideño, acabó comiendo polvo en un oscuro rincón. Peter, que desde muy pequeño se dedicaba a inventar juegos para sí, vio en aquel artefacto una manera de realizar esos juegos de modo tangible. Claro que era muy joven aún, y papá Jackson no estaba dispuesto a que su preciado "mathom" acabase operado a corazón abierto por su inquieto vástago. Así que no fue hasta que Peter tuvo doce años que sus papis le permitieron jugar con la cámara. Lo cierto es que el chaval enseguida se ganó su confianza porque por primera vez desde que la compraron, la cámara tuvo una utilidad de veras. Con un par de colegas, cavó un hoyo en su jardín y rodó una película sobre la Segunda Guerra Mundial. Para simular los disparos, usaban chapas y luego Peter retocaba el negativo agujereándolo, para simular los impactos de bala, ya que no era probable que su paga acudiese semanalmente a sus manos si se dedicaba a horadar las paredes del domicilio familiar. Está claro que el joven Peter ya tenía una sensibilidad singular hacia los efectos especiales. Durante sus años escolares y de instituto, rodó algunos filmes más, al tiempo que ingresaba en el "Evenig Post", un periódico de Wellington que se llama igual que otro de Chicago, de Boston, de Londres, de... Fuera o no demasiado original el nombre del diario, el caso es que los monises que Jackson recibía como remuneración a su actividad laboral, los invirtió en una cámara de 16 mm marca ACME digo Bolex, mucho más competente y con la que podía abordar objetivos más ambiciosos. Por lo tanto, todo ufano con su nuevo "tesssssoro", escribió una historia para un corto titulada "Roast of the Day", que literalmente se traduce como "Asado del día", y que para nosotros puede traducirse como "Plato del día", que debería durar 10 minutos. Esto ocurría en 1983. Sucedió que a medida que avanzaba en el rodaje, nuevas ideas bullían en su cerebro; ideas que iba aplicando sobre la marcha y que convirtieron el corto en un largometraje. Junto con su pandilla de amigos, haciendo todos indistintamente funciones de producción, guión, localización, interpretación, etc... hipotecando los fines de semana, amén de los ahorros, Peter se marcó una película muy chula, lo suficientemente chula como para que al menos un miembro de la Comisión Cinematográfica de Nueva Zelanda (NZFC) se arrojase al barro por él. El resto de los honorables caballeros de la comisión estaban sumidos en un mar de dudas y no llegaban a ponerse de acuerdo; mientras que unos se preguntaban si llamar a la gendarmería para denunciarle, otros abogaban por ingresarle ipso-facto en el psiquiátrico más cercano.
Solo este héroe solitario vio en ese tremendo delirio filmado un atisbo de talento, así que saltándose a la torera la opinión de sus ilustres colegas y abusando ligeramente de su condición de Presidente de la Comisión, cogió unos fondos que estaban paralizados y financió la post-producción de la película. En 1987, cuatro años después de empezar el rodaje, "Asado del día" estaba terminada; solo que ahora no tenía nada que ver con la idea original. Se había transformado en una especie de cruce entre "Alien", "La matanza de Texas" y "El profesor chiflado" y se le puso el acertado título de "Mal gusto". La película fue enviada por la NZFC al Festival de Cannes y causó sensación. La respuesta fue extrema en ambos sentidos, fue adorada y vilipendiada a partes iguales, pero levantó la polvareda suficiente para que diversos distribuidores se arriesgasen a exhibirla en sus países. Después ganó los premios del jurado en París, y el del público en el Fantafestival de Roma. ¡El cabronazo había aterrizado!
Para deleite de todos, la película recuperó en pocos días el dinero invertido por la NZFC, y el gentil hombre que había dado la cara por él y por su talento, cesó en su puesto de Presidente para formar una productora, WingNut, con el propio Jackson. Su nombre era Jim Booth.
"Bad Taste" ha sido capital para Peter por varios motivos; Inició su carrera profesional, le dio cierto nombre, conoció a su socio capitalista, a su futuro colaborador Stephen Sinclair y además ligó. Durante el rodaje, una de las coleguillas, llamada Frances Walsh, deslumbró al de Wellington con su talento y desparpajo, convirtiéndose desde entonces en presencia permanente en la vida de PJ.
Con la vena sangrienta rezumándole por las orejas, escribió junto a Fran y Stephen una idea que siempre le había gustado llevar a la pantalla: un film sobre zombis. Solo que no había pasta. Parece ser que logró el apoyo financiero de la NZFC y de una productora japonesa y otra ¿Española? Así por lo menos consta en la página no oficial "The bastards have landing", aunque en la ficha de la película no se ve ningún nombre hispano más que el de su protagonista, Diana Peñalver, y el del técnico de marionetas apellidado Aguilera. He indagado fehacientemente este dato y no he podido resolver nada. Por la época, y el tipo de cine, podría aventurarme a decir que pudo ser Piquer Producciones Cinematográficas, responsable de cosas como "Supersonic man" "Tentáculos" o "Slugs"... Pero como dicha productora ya no existe no he podido confirmar esta sospecha. El caso es que el dinero reunido no era suficiente para abordar tal proyecto, así que se sacó de la manga una parodia lasciva, escatológica y sangrienta de los "Teleñecos", co-escrita por su equipo más su amigo Danny Mulheron, que se estrenó bajo el título "Meet the Febles". Durante 1989, la película fue exhibida en un montón de festivales a lo largo y ancho del orbe ganando varios premios (Incluido uno en el Festival de Cine de Madrid, concedido por el público como película más popular) y consiguiendo la financiación necesaria para abordar su proyecto zombi. "Braindead", estrenada en 1991 y que en España se subtituló "Tu madre se ha comido mi perro", supuso un éxito comercial considerable, siendo estrenada en casi todos los países occidentales y de América Latina, así como en varios asiáticos, y consiguiendo a su vez que los anteriores trabajos de Peter fuesen exhibidos en lugares donde eran inéditos. Esta película, que ha sido considerada la más sangrienta de todos los tiempos, significó el punto y final (por el momento) de su etapa "Gore", y el inicio de una carrera "más seria", caracterizada principalmente por el considerable aumento en los presupuestos y un tratamiento más ortodoxo de sus historias.
En esa época Peter tuvo un revés profesional con la New Line Cinema, del que hablaremos en un futuro reportaje "La otra cara de Peter Jackson".
En 1993, cuando había conseguido consolidarse como director y había adquirido el estatus de cineasta de culto por una buena parte de los seguidores de las cintas de serie Z, Peter Jackson le pega un buen corte de mangas a sus fanáticos facturando un extraordinario film, que si bien seguía la línea de lo fantástico, lo presentaba de una manera completamente inédita en él.
"Criaturas celestiales" fue un acontecimiento en Nueva Zelanda, toda vez que abordaba un caso de asesinato muy famoso en las islas, ocurrido en los años 50. El guión, facturado a pachas con su parienta, fue nominado a los Oscars, y de él pudo extraer una película redonda, donde la conjunción de actores, historia y efectos especiales encajaban como un puzzle. La reacción de público y crítica fue muy buena, excepto para un pequeño pero ruidoso grupo de cavernícolas, entre los que me encontraba yo (¿qué pasa? ¿no se puede ser tontito en una vida anterior?), que clamaron contra el giro que había dado Peter Jackson y le acusaron de blandengue, pedorro y nenaza. Afortunadamente uno no ha sido un pánfilo toda su vida y rectificar es de sabios, así que desde aquí pido disculpas por aquella desafortunada ceguera juvenil.
El caso es que la película encauzó la carrera de Peter hacia otros derroteros, otros objetivos más ambiciosos, como por ejemplo el que actualmente le ocupa. Después del éxito de "Criaturas...", Peter se tomó un pequeño respiro, por lo menos en relación con lo fantástico, para volver ha apretar en la asignatura del humor implícito (y explícito), con una de las burlas más originales de la historia del cine. Ya abordaremos en un futuro reportaje todo lo relacionado con "Forgotten Silver", una producción de medio metraje realizada en 1995 para la NZTV, la televisión pública kiwi. Solo diré que con esta cinta Jackson y su equipo (su inseparable Fran, más Booth y Costa) consiguieron tomarle el peluquín a la mitad del país, toda vez que la opinión pública y parte de los medios cayeron en la trampa que tan ingeniosamente les tendieron.
Una vez repuesto de las risas que seguramente se debió pegar a costa de sus paisanos, risa sana por supuesto, Peter se embarcó en su penúltima aventura. Con la mano de Hollywood detrás y el apadrinamiento de Robert Zemeckis por delante, con un presupuesto de varios kilos en dólares (todos sabemos que los kilos en dólares, desafiando los más simples postulados de la física, pesan más), y con un reparto de estrellas (venidas a menos pero estrellas a fin de cuentas), realizó en ese mismo año "The frighteners", horriblemente traducida en España como "Agárrame esos fantasmas". Si he de ser sincero, es la única de las películas de PJ que no me acaba de gustar. Aunque este correctamente filmada y cuente con unos efectos especiales muy espectaculares, el guión es más bien flojete. Parece ser que originalmente iba a ser un episodio para "Historias de la cripta", (en el reportaje que realizaremos sobre la película se explicarán más detalles) que por caprichos del destino se convirtió en un "ente individual". El caso, como no podía ser de otra manera, es que la película se pegó una buena hostia y el público en general pasó de ella.
Y así llegamos a 1996, en que el equipo de Peter inicia la preproducción de una nueva versión del clásico de fantasía "King kong". El hecho que estuviese a punto de caramelo "Godzilla", "Mi gran amigo Joe", y la nueva versión de "La mujer de 50 pies", hizo pensar a algún ejecutivo que había demasiado tamaño en el cine de aventuras y ficción en ese momento, y que lo mejor sería aparcar el proyecto por un rato. ¡Qué Dios le bendiga! Porque a consecuencia de esto una nueva idea rondó su cabeza... Meses después se rumoreaba que Peter Jackson estaba preparando una ambiciosa película fantástica; más tarde que trabajaba sobre los escritos del maestro del genero, JRR Tolkien; en junio de 1998 se hablaba de castings para "El Hobbit", hasta que en el verano de ese mismo año se anunció a todo el mundo la realización del proyecto que adaptaría a la pantalla la obra cumbre del genial escritor británico: "The Lord of the Rings". El resto, es de sobra conocido por los que visitáis asiduamente esta página, y si eres nuevo, pues no seas gandul y entérate...
¡Pero vamos! ¿Qué haces ahí mirando todavía? ¡A navegar por "elfenomeno", caray!...
Después de devorar las obras completas de John Holmes y Ginger Lynn, y con media tripulación sufriendo esguince de muñeca; tras encajar sin pestañear todos los episodios de "Alf", marcialmente ordenados del primero al quincuagésimo noveno; y al final del último capítulo de "Curro Jiménez"; mi compañero, a quien cariñosamente llamábamos "Gordo" por causas obvias, sacó de su mochila una pequeña joya. Era una copia pirata de una película, recientemente galardonada en el festival internacional de cine fantástico de París.
Casualmente hacía poco que "El Abuelo", a la sazón batería y técnico de monitoraje, menesteres que ocupaba al alimón en la susodicha trouppe, había abierto unas deliciosas latas de ventresca del cantábrico, calamares en salsa guiri, y callos a la cazuela, para regocijo de nuestros sufridos paladares. Latas, por cierto, a las que dimos matarile en menos que canta un fósil, convenientemente regadas con vino peleón, cerveza calentorra y agua de la cisterna. Dispuestos a digerir tan suculento festín (sic) nos sentamos en la parte posterior de nuestro vehículo recreativo, donde teníamos instalada la "sala de proyección", a la par que el Gordo introducía la cinta en las fauces del magnetoscopio. La película se titulaba "Bad Taste", que en inglés significa "Bad Taste", pero que en el idioma de aquende y allende quiere decir "Mal gusto".
Debo reconocer que jamás había visto en una película tanta sinceridad en su enunciado y tanta coherencia en su trama: una auténtica declaración de intenciones. Era dura, y logró que algunos de los más rudos comediantes que castigan las carreteras de Dios se rilasen como colegiales... El primero en caer fue Sergio, que amablemente devolvió al Abuelo parte de las viandas que este previamente nos había ofrecido. El regazo de mi compañero fue graciosamente decorado con un collage de formas y colores (y olores) a cuál más caprichoso. Kiko tuvo la delicadeza de ganar el escusado antes de descargar el lomo de la ventresca cual corriente indómita bajando por la cañada...Yo, lo reconozco, tuve un par de amagos de rendición, y las arcadas me invadieron sin piedad. No obstante, conseguí dominar mi asco y me dejé invadir por la coña marinera que desprendía esa película tan gamberra... Desde entonces, servidor de ustedes, que como todo ser humano tiene sus traumas y taras, empecé a sentir curiosidad por el autor de semejante guarrada, así que en breve conseguí hacerme con una copia para mi deleite personal...
Este relato, basado en hechos reales, sirve para ilustrar la intensidad del trabajo del cineasta que nos ocupa y el efecto inmediato que produjo en toda una generación de degenerados vividores, crápulas, amantes de los/las menores, y canalla de similar ralea. Y es que su ¿autor? Vino a rellenar un hueco que ocuparon Roger Corman en los 50, Russ Mayer y George.A. Romero en los 60 y Tobe Hooper en los 70, y que parecía destinado a extinguirse ante la invasión de "Jasons", "Freddys", y "Hombres Altos" varios, que llenó el cine de terror fantástico en los años 80. Este tío, decidió vacilar al mundo con una serie de cortes a cuál más extravagante, donde se reía de muchos de los clichés de nuestra sociedad, y de paso, donde criticaba los grandes defectos que nos aquejan, desde el punto de vista del observador involucrado y salpicado por la misma mierda que nos pringa a los demás. Señoras y señores ¡Peter Jackson!...
Este pedazo de cabrón sin escrúpulos nació allá donde las cisternas desaguan al reves, es decir en las antípodas, concretamente en Nueva Zelanda, la noche de Halloween de 1961, siendo probablemente, el mayor de los sustos que los Jackson tuvieron esa noche. Según ciertos rumores sin confirmar, parece que el pequeño Peter llegó disfrazado de Orco y gritando aquello de ¡Truco o caramelo!, a lo que su padre reaccionó dándole un guantazo que al resonar intensamente en su recién estrenada sesera, le distorsionó la capacidad de discernir entre el respeto y la ofensa, cosa que debemos agradecer porque gracias a aquel socorrido sopapo hemos disfrutado de sus degeneradas ideas.
Bromas aparte, Peter llegó al mundo en el seno de una familia de clase media, era hijo único y su infancia solo se puede catalogar como feliz, tranquila y llena de amor familiar, así que buscar en su biografía datos tales como que fuese sodomizado por el cura párroco, que sufriese la mofa y la befa de sus compañeros de colegio, o que fuese objeto de soberanas tundas paternas, datos que suelen explicar lo complicado del carácter de futuras estrellas, es tan difícil como inútil; Sus padres se querían y le querían. Cuando tenía ocho años, compraron por capricho una cámara de 8 mm, que tras la novedad y el típico uso navideño, acabó comiendo polvo en un oscuro rincón. Peter, que desde muy pequeño se dedicaba a inventar juegos para sí, vio en aquel artefacto una manera de realizar esos juegos de modo tangible. Claro que era muy joven aún, y papá Jackson no estaba dispuesto a que su preciado "mathom" acabase operado a corazón abierto por su inquieto vástago. Así que no fue hasta que Peter tuvo doce años que sus papis le permitieron jugar con la cámara. Lo cierto es que el chaval enseguida se ganó su confianza porque por primera vez desde que la compraron, la cámara tuvo una utilidad de veras. Con un par de colegas, cavó un hoyo en su jardín y rodó una película sobre la Segunda Guerra Mundial. Para simular los disparos, usaban chapas y luego Peter retocaba el negativo agujereándolo, para simular los impactos de bala, ya que no era probable que su paga acudiese semanalmente a sus manos si se dedicaba a horadar las paredes del domicilio familiar. Está claro que el joven Peter ya tenía una sensibilidad singular hacia los efectos especiales. Durante sus años escolares y de instituto, rodó algunos filmes más, al tiempo que ingresaba en el "Evenig Post", un periódico de Wellington que se llama igual que otro de Chicago, de Boston, de Londres, de... Fuera o no demasiado original el nombre del diario, el caso es que los monises que Jackson recibía como remuneración a su actividad laboral, los invirtió en una cámara de 16 mm marca ACME digo Bolex, mucho más competente y con la que podía abordar objetivos más ambiciosos. Por lo tanto, todo ufano con su nuevo "tesssssoro", escribió una historia para un corto titulada "Roast of the Day", que literalmente se traduce como "Asado del día", y que para nosotros puede traducirse como "Plato del día", que debería durar 10 minutos. Esto ocurría en 1983. Sucedió que a medida que avanzaba en el rodaje, nuevas ideas bullían en su cerebro; ideas que iba aplicando sobre la marcha y que convirtieron el corto en un largometraje. Junto con su pandilla de amigos, haciendo todos indistintamente funciones de producción, guión, localización, interpretación, etc... hipotecando los fines de semana, amén de los ahorros, Peter se marcó una película muy chula, lo suficientemente chula como para que al menos un miembro de la Comisión Cinematográfica de Nueva Zelanda (NZFC) se arrojase al barro por él. El resto de los honorables caballeros de la comisión estaban sumidos en un mar de dudas y no llegaban a ponerse de acuerdo; mientras que unos se preguntaban si llamar a la gendarmería para denunciarle, otros abogaban por ingresarle ipso-facto en el psiquiátrico más cercano.
Solo este héroe solitario vio en ese tremendo delirio filmado un atisbo de talento, así que saltándose a la torera la opinión de sus ilustres colegas y abusando ligeramente de su condición de Presidente de la Comisión, cogió unos fondos que estaban paralizados y financió la post-producción de la película. En 1987, cuatro años después de empezar el rodaje, "Asado del día" estaba terminada; solo que ahora no tenía nada que ver con la idea original. Se había transformado en una especie de cruce entre "Alien", "La matanza de Texas" y "El profesor chiflado" y se le puso el acertado título de "Mal gusto". La película fue enviada por la NZFC al Festival de Cannes y causó sensación. La respuesta fue extrema en ambos sentidos, fue adorada y vilipendiada a partes iguales, pero levantó la polvareda suficiente para que diversos distribuidores se arriesgasen a exhibirla en sus países. Después ganó los premios del jurado en París, y el del público en el Fantafestival de Roma. ¡El cabronazo había aterrizado!
Para deleite de todos, la película recuperó en pocos días el dinero invertido por la NZFC, y el gentil hombre que había dado la cara por él y por su talento, cesó en su puesto de Presidente para formar una productora, WingNut, con el propio Jackson. Su nombre era Jim Booth.
"Bad Taste" ha sido capital para Peter por varios motivos; Inició su carrera profesional, le dio cierto nombre, conoció a su socio capitalista, a su futuro colaborador Stephen Sinclair y además ligó. Durante el rodaje, una de las coleguillas, llamada Frances Walsh, deslumbró al de Wellington con su talento y desparpajo, convirtiéndose desde entonces en presencia permanente en la vida de PJ.
Con la vena sangrienta rezumándole por las orejas, escribió junto a Fran y Stephen una idea que siempre le había gustado llevar a la pantalla: un film sobre zombis. Solo que no había pasta. Parece ser que logró el apoyo financiero de la NZFC y de una productora japonesa y otra ¿Española? Así por lo menos consta en la página no oficial "The bastards have landing", aunque en la ficha de la película no se ve ningún nombre hispano más que el de su protagonista, Diana Peñalver, y el del técnico de marionetas apellidado Aguilera. He indagado fehacientemente este dato y no he podido resolver nada. Por la época, y el tipo de cine, podría aventurarme a decir que pudo ser Piquer Producciones Cinematográficas, responsable de cosas como "Supersonic man" "Tentáculos" o "Slugs"... Pero como dicha productora ya no existe no he podido confirmar esta sospecha. El caso es que el dinero reunido no era suficiente para abordar tal proyecto, así que se sacó de la manga una parodia lasciva, escatológica y sangrienta de los "Teleñecos", co-escrita por su equipo más su amigo Danny Mulheron, que se estrenó bajo el título "Meet the Febles". Durante 1989, la película fue exhibida en un montón de festivales a lo largo y ancho del orbe ganando varios premios (Incluido uno en el Festival de Cine de Madrid, concedido por el público como película más popular) y consiguiendo la financiación necesaria para abordar su proyecto zombi. "Braindead", estrenada en 1991 y que en España se subtituló "Tu madre se ha comido mi perro", supuso un éxito comercial considerable, siendo estrenada en casi todos los países occidentales y de América Latina, así como en varios asiáticos, y consiguiendo a su vez que los anteriores trabajos de Peter fuesen exhibidos en lugares donde eran inéditos. Esta película, que ha sido considerada la más sangrienta de todos los tiempos, significó el punto y final (por el momento) de su etapa "Gore", y el inicio de una carrera "más seria", caracterizada principalmente por el considerable aumento en los presupuestos y un tratamiento más ortodoxo de sus historias.
En esa época Peter tuvo un revés profesional con la New Line Cinema, del que hablaremos en un futuro reportaje "La otra cara de Peter Jackson".
En 1993, cuando había conseguido consolidarse como director y había adquirido el estatus de cineasta de culto por una buena parte de los seguidores de las cintas de serie Z, Peter Jackson le pega un buen corte de mangas a sus fanáticos facturando un extraordinario film, que si bien seguía la línea de lo fantástico, lo presentaba de una manera completamente inédita en él.
"Criaturas celestiales" fue un acontecimiento en Nueva Zelanda, toda vez que abordaba un caso de asesinato muy famoso en las islas, ocurrido en los años 50. El guión, facturado a pachas con su parienta, fue nominado a los Oscars, y de él pudo extraer una película redonda, donde la conjunción de actores, historia y efectos especiales encajaban como un puzzle. La reacción de público y crítica fue muy buena, excepto para un pequeño pero ruidoso grupo de cavernícolas, entre los que me encontraba yo (¿qué pasa? ¿no se puede ser tontito en una vida anterior?), que clamaron contra el giro que había dado Peter Jackson y le acusaron de blandengue, pedorro y nenaza. Afortunadamente uno no ha sido un pánfilo toda su vida y rectificar es de sabios, así que desde aquí pido disculpas por aquella desafortunada ceguera juvenil.
El caso es que la película encauzó la carrera de Peter hacia otros derroteros, otros objetivos más ambiciosos, como por ejemplo el que actualmente le ocupa. Después del éxito de "Criaturas...", Peter se tomó un pequeño respiro, por lo menos en relación con lo fantástico, para volver ha apretar en la asignatura del humor implícito (y explícito), con una de las burlas más originales de la historia del cine. Ya abordaremos en un futuro reportaje todo lo relacionado con "Forgotten Silver", una producción de medio metraje realizada en 1995 para la NZTV, la televisión pública kiwi. Solo diré que con esta cinta Jackson y su equipo (su inseparable Fran, más Booth y Costa) consiguieron tomarle el peluquín a la mitad del país, toda vez que la opinión pública y parte de los medios cayeron en la trampa que tan ingeniosamente les tendieron.
Una vez repuesto de las risas que seguramente se debió pegar a costa de sus paisanos, risa sana por supuesto, Peter se embarcó en su penúltima aventura. Con la mano de Hollywood detrás y el apadrinamiento de Robert Zemeckis por delante, con un presupuesto de varios kilos en dólares (todos sabemos que los kilos en dólares, desafiando los más simples postulados de la física, pesan más), y con un reparto de estrellas (venidas a menos pero estrellas a fin de cuentas), realizó en ese mismo año "The frighteners", horriblemente traducida en España como "Agárrame esos fantasmas". Si he de ser sincero, es la única de las películas de PJ que no me acaba de gustar. Aunque este correctamente filmada y cuente con unos efectos especiales muy espectaculares, el guión es más bien flojete. Parece ser que originalmente iba a ser un episodio para "Historias de la cripta", (en el reportaje que realizaremos sobre la película se explicarán más detalles) que por caprichos del destino se convirtió en un "ente individual". El caso, como no podía ser de otra manera, es que la película se pegó una buena hostia y el público en general pasó de ella.
Y así llegamos a 1996, en que el equipo de Peter inicia la preproducción de una nueva versión del clásico de fantasía "King kong". El hecho que estuviese a punto de caramelo "Godzilla", "Mi gran amigo Joe", y la nueva versión de "La mujer de 50 pies", hizo pensar a algún ejecutivo que había demasiado tamaño en el cine de aventuras y ficción en ese momento, y que lo mejor sería aparcar el proyecto por un rato. ¡Qué Dios le bendiga! Porque a consecuencia de esto una nueva idea rondó su cabeza... Meses después se rumoreaba que Peter Jackson estaba preparando una ambiciosa película fantástica; más tarde que trabajaba sobre los escritos del maestro del genero, JRR Tolkien; en junio de 1998 se hablaba de castings para "El Hobbit", hasta que en el verano de ese mismo año se anunció a todo el mundo la realización del proyecto que adaptaría a la pantalla la obra cumbre del genial escritor británico: "The Lord of the Rings". El resto, es de sobra conocido por los que visitáis asiduamente esta página, y si eres nuevo, pues no seas gandul y entérate...
¡Pero vamos! ¿Qué haces ahí mirando todavía? ¡A navegar por "elfenomeno", caray!...